sábado, 28 de enero de 2017

Cogida en su trampa la izquierda castrochavista

Cogida en su trampa la izquierda castrochavista


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Un cartel de la reunión de la CELAC, recién finalizada en República Dominicana. (TECNO ALIMEN)
La tendencia proteccionista del nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, ha posibilitado que salgan a la luz ciertas facetas del comercio internacional que determinadas fuerzas políticas trataban de ocultar. En especial, sobresale el hecho de que la extrema izquierda latinoamericana pueda haber perdido uno de sus argumentos favoritos.

Esa izquierda castrochavista no cesaba de censurar al libre comercio, en particular los tratados que varios países de la región habían firmado con Washington, pues  consideraba que se trataba de una acción colonizadora de EEUU, y que solo el vecino norteño obtenía dividendos con semejante práctica.
Lo cierto es que en un tratado de libre comercio (TLC) ninguna de las partes gana o pierde en un 100% de los escenarios. Hay que hacer concesiones. Lo que sucede es que los partidarios del libre comercio creen hallar en él más ventajas que contratiempos.
Por ejemplo, cuando EEUU firma un TLC con otra nación, esta última debe rebajar los aranceles a varios productos que importa de Washington —y en ocasiones con cero arancel—, con la invasión posterior de esos productos a su mercado interno. Visto de esa manera, parece que gana EEUU.
Sin embargo, EEUU debe hacer lo mismo con determinados productos de su contraparte. Es cuando varios rubros exportables de América Latina entran en condiciones favorables al mercado estadounidense, favoreciendo el crecimiento económico de estas naciones, pero pudiendo provocar el cierre de empresas en EEUU, y el correspondiente desempleo que ello ocasiona. Eso es lo que no quiere Donald Trump para su país. Y, por supuesto, también tiene derecho a pensar de esa manera.
A las manifestaciones de Trump en este sentido hay que agregar lo expuesto por el presidente de República Dominicana, Danilo Medina, durante la reciente celebración de la V Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), y que reafirma el filón ventajoso que obtenía América Latina con el libre comercio.
Durante esa cita, a los Raúl Castro, Nicolás Maduro, y compañía,  no les quedó más remedio que escuchar cómo la interconexión de las economías latinoamericanas y caribeñas en el mercado global —dícese la práctica de TLC— ha logrado que en 25 años se redujera la pobreza de la región del 48% al 29%, y que en conjunto el Producto Interno Bruto (PIB) se multiplicara por seis.
Entonces, ¿qué razones llevaron a esa izquierda a obviar esos resultados y a apropiarse de un discurso beligerante contra el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), los TLC y el libre comercio en general?  El pretexto empleado ha sido oponerse al sistema capitalista, a la "explotación" de las empresas transnacionales, y a las "prácticas neoliberales" en la región.
Mas, en el fondo, esa retórica tiene como objetivo afianzar el estatismo económico, y así crear las condiciones para el control político de la sociedad. No hay que olvidar que se trata de una izquierda que, explícitamente, ha manifestado la intención de perpetuarse en el poder.
Si extrapolamos este enfoque al caso cubano, pudiéramos pedirle a la historiografía oficial que revalorice el significado de los Tratados de Reciprocidad Comercial que Cuba firmó con EEUU durante la época republicana, en especial el rubricado en 1903.
El castrismo siempre ha afirmado que se trató de un acto de servilismo de los gobernantes de la época, y que convirtió a Cuba en una neocolonia de Washington. Pero no dicen que ese tratado de 1903 permitió que el azúcar y el tabaco cubanos entraran preferentemente en el mercado norteamericano, y que la Isla obtuviera los ingresos necesarios para levantar una economía devastada por la guerra contra el colonialismo español.
Pero hay más: Cuba mantuvo casi siempre un saldo favorable en su comercio con EEUU, es decir, vendió más que lo que compró. Una situación que jamás ha conseguido la Isla a partir de 1959 con ningún otro socio comercial.

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