viernes, 6 de enero de 2017

Una 'obra estratégica' del Estado deja sin puente y aislados a vecinos de Mayarí

Una 'obra estratégica' del Estado deja sin puente y aislados a vecinos de Mayarí


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Arroyo del Medio tras una crecida en 2007. (GETTY)
Como parte de los trabajos relacionados con la Presa Mayarí y toda la inversión hidráulica que tiene lugar en esta localidad holguinera, se canalizó el arroyo conocido aquí como "Arroyo del Medio", porque está ubicado entre otros dos. Eso significó que el zigzagueante curso fuera destruido y convertido en un canal más recto, también que los escasos tres o cuatro metros de ancho que tenía se convirtieran en 20 y que los puentes rústicos que usaban los pobladores, y que eran suficientes por la corta distancia, ya no pudieron reinstalarse.

El Gobierno demoró más de dos años en construir nuevos puentes, excepto uno, que nunca se ha ejecutado y cuya falta tiene sufriendo a los pobladores. Antes, con un simple tronco cruzaban el pequeño arroyo, pero ahora es un reto atravesar el enorme canal.
Los vecinos unieron troncos de coco (que son bien largos) y aprovecharon un montículo sedimentario que la maleza hizo en el centro del canal, pero la primera crecida se los llevó. Luego han intentado soluciones con bambú mientras esperan que aparezcan otros troncos lo bastante largos.
La zona es un área suburbana, no monte intrincado. El problema no existía, ha sido creado por la construcción de una obra estratégica del Estado.
"Yo, que soy un hombre joven, he resbalado como en dos ocasiones en días lluviosos. Me imagino lo difícil que es para otros. Por aquí pasan decenas de personas todos los días, mujeres embarazadas, con niños, viejos… Este puente está peligrosísimo", dijo Ramón, que atraviesa el canal varias veces al día.
"Antes era fácil, dabas dos pasitos y cruzabas el arroyo; además, en cada margen se clavaban dos postes y con un tronco el puente quedaba firme y soportaba las crecidas muchos años. Ahora cada vez que llueve y crece el arroyo se lleva el puente", comentó Rafaela, una señora mayor pero fuerte aún.
Las crecidas ocurren cada vez que hay temporal. "Entonces quedamos incomunicados", añadió Rafaela.
"El Gobierno desbarató todo esto y amplió el canal. Es bueno que el río ya no crezca para las fincas, pero tenían que habernos hecho un puentecito de hierro aunque sea porque, si no lo hace el Estado, ¿quién más puede hacerlo? A los demás afectados se lo hicieron, solo a nosotros nos tocó perder", añadió.
En todas las Asambleas de Rendición de Cuentas los vecinos plantean el problema y el delegado del Poder Popular asegura que ha hecho gestiones, pero no hay solución.
En realidad ese cargo de gestión política-administrativa (uno de los pocos postulados y elegidos por el pueblo, que "casualmente" son los de menos poder) no tiene fuerza ni maneja recursos para resolver nada.
"Siempre me dicen lo mismo, que no hay recursos, que no tienen asignación para una obra como esta y que, por desgracia, ese puente quedó fuera del presupuesto del canal, aparentemente por un error de los proyectistas", respondió el delegado a un vecino que lo interpeló.
Lo peor es que ese paso de río une dos barrios suburbanos y es tránsito obligado para familias de un lado y otro que necesitan comunicarse, gente que labora en fincas de tabaco y viven del otro lado, cobradores de la electricidad o el agua, compradores de leche, etc. Aún con la práctica de hacer equilibrio que muchos han desarrollado, es un reto cruzar sin resbalar.
El canal ha ocasionado otros daños a los campesinos: destruyó partes de sus terrenos y dejó propiedades divididas en dos, haciendo casi imposible su uso y creando conflictos limítrofes porque legalmente era el río el lindero entre fincas.
A eso se añade que al drenar y escavar se depositó terreno infértil en campos que hoy no rinden beneficios y antes eran muy productivos. Todo eso sin el más mínimo derecho a recibir compensaciones.
Algunos campesinos se quejaron y en respuesta recibieron visitas intimidatorias de la Seguridad del Estado, que además hizo el trabajo sucio de crear conflictos entre vecinos para que quienes protestaran quedaran como negativos y conflictivos.
El resultado es que en el horizonte no se ve solución alguna para el puente. Al parecer, el Estado considera que no es su problema.

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