lunes, 2 de enero de 2017

Santiago de Cuba empieza el año a la sombra de la tumba de Castro

Santiago de Cuba empieza el año a la sombra de la tumba de Castro


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Imágenes de Fidel Castro frente a una feria en el parque Céspedes, Santiago de Cuba. (L. GÓMEZ)
Bajo la sombra de la tumba de Fidel Castro en Santa Ifigenia comenzaron los santiagueros el nuevo año. El cementerio se ha convertido en un lugar de peregrinación permanente, sea por la obligada visita por parte de centros de trabajo y estudio o por la curiosidad de los turistas extranjeros, que no obstante se quejan porque deben pagar tres CUC por la entrada al Mausoleo a José Martí y otros cinco por hacer fotos.

Ver el lugar en el que se encuentra el fallecido dictador es, sin embargo, gratis.
En diciembre, durante tres días se realizaron las tradicionales ferias agropecuarias de venta de viandas y cárnicos, muy aprovechadas por la población aunque la compra del cerdo en pie a 14 pesos (moneda nacional) la libra —el precio más asequible— precisó custodia policial para evitar riñas ante el temor fundado de que se acabara el plato principal de la cena del 31.
La presencia policial fue notable este fin de año en las ferias de Santiago. "La organización ha sido mucho mejor, la cola para el cerdo estuvo controlada; ya sabe, aquí cerca está el comandante y no se pueden dar esos feos espectáculos con tantos visitantes", dijo una compradora.
De hecho, el llamado a la disciplina fue una constante de las autoridades en los medios locales.
La temporada alta turística siempre implica un impacto en la ciudad, pero sin dudas en este diciembre la afluencia de visitantes fue abrumadora.
El "acto político cultural" de la bandera en el parque Céspedes estuvo dedicado a Fidel Castro, como todos los que se realizan desde el 25 de noviembre en el país.
Las autoridades instalaron carpas gastronómicas, de frutas, repostería y bebidas alcohólicas en las áreas aledañas al parque, lo que atrajo a residentes y turistas.
"Todo está muy lindo", dijo Michel, quien salía por vez primera en las fiestas con su esposa y su pequeño hijo. "La cantidad de turismo es impresionante y lo mejor es la variedad de cosas que están ofertando, hasta paquetes de papa que este año el Estado no vendió y había que comprársela a los revendedores", añadió.
"Lo malo es que no hay transporte. Yo vine a pie y me voy igual", comentó Michel refiriéndose a la "desaparición" de los privados y la habitual ineficiencia del transporte público.
No todos cenaron bien el 31 porque el costo de los productos más buscados en esas fechas supera el salario promedio. La mayoría, no obstante, trato de hacer una "comidita" mejor.
En años anteriores las fiestas de familiares y amigos se extendieron a las calles. Esta vez la mayoría se limitó a una celebración íntima, casi restringida al núcleo hogareño.
No fue por el "semiluto" oficial, sino porque "la jugada está apretada", dijo Albertico. "Uno no puede arriesgarse a invitar a alguien para que se aparezcan con un montón de gente y te limpien tu comida".
Fue, según santiagueros, un fin de año tranquilo y con una apabullante cantidad de imágenes de Fidel Castro en vallas y carteles en las calles.
Las autoridades de la ciudad han aprovechado muy bien la excepción en el uso de la imagen que incluye la ley recién aprobada por la Asamblea Nacional de Poder Popular. Ahora sí se puede decir que Fidel Castro es omnipresente… desde el más allá.

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