sábado, 7 de mayo de 2016

Pintor habanero califica de "maquillaje" apertura del comunismo cubano






"Una de las primeras cosas que tiene que hacer el sistema es abrirse a los cubanos y también haber diferentes partidos de la oposición en el país...de lo contrario todo es un maquillaje", dijo el pintor Carlos Boix a Efe en una entrevista en Ginebra.
La apertura de Cuba no se concretará hasta que no haya amnistía para los presos políticos, los cubanos puedan salir y entrar libremente de la isla y haya libertad de expresión o libre creación de empresas, según cree el pintor habanero Carlos Boix.
"Una de las primeras cosas que tiene que hacer el sistema es abrirse a los cubanos y también haber diferentes partidos de la oposición en el país...de lo contrario todo es un maquillaje", dijo el artista a Efe en una entrevista en Ginebra.
Boix inaguurará el próximo 18 de mayo en Ginebra una exposición en la que se sirve de figuras icónicas como el Che Guevara y Mickey Mouse para ironizar sobre esta nueva "actualidad cubano-americana, que no es nada más que un maquillaje
del sistema cubano", sostuvo.
A juicio de Boix, "va a costar muchas generaciones restablecer las libertades en el país. No se acabará ni con la muerte de Fidel y con la de Raúl... pero todo puede pasar, y sería de buena hora que el sistema cayese en la cuenta y fueran ellos mismos los primeros en avanzar hacia la transición".
El artista cubano, alumno de su compatriota René Portocarrero y relacionado con el mundo surrealista, salió de la isla -casado con una diplomática- tras experimentar la censura de un régimen que "no tiene ningún respeto hacia los creadores".
"La cultura, la música, la literatura... todo tenía un barniz con mucho olor a realismo socialista, para dar la impresión de que los artistas podían hacer de todo", dijo.
Para Boix "todo en Cuba es política, hasta comerse un pedazo de pan" y es por eso por lo que defiende que el argumento actual de que los cubanos se marchan de la isla por problemas económicos es falso, "siempre son problemas políticos".
"Mi pintura siempre ha sido irónica contra el sistema, por su intolerancia hacia la intelectualidad, a la libertad y al mismo tiempo hacia el pueblo cubano", explicó el artista, ahora afincado en Ginebra, tras haber residido en Madrid, Túnez y Estocolmo.

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