De transiciones que se esbozan y decepciones que vendrán, editorial 334
La Habana, (PD) Dos modelos de transición política se impusieron cuando cayó la Unión Soviética, el comunismo se derrumbó en Europa del Este
y terminó la Guerra Fría.
En la antigua URSS se impuso un capitalismo autoritario de corte fascista que entronizó como oligarcas a ex miembros de aquella tenebrosa
KGB, a funcionarios y burócratas del Partido Comunista. Surgieron mafias o surgió una mafia y quedó como zar de la única Rusia el ex kagebista
Vladimir Putin. Es decir, hubo la transición desde algo peor hasta algo malo. Los rusos ciertamente mejoraron. Si no extrañaron la democracia, fue
quizás porque nunca la conocieron.
El segundo modelo de transición fue el que se produjo en la República Checa liderado por Havel y en Polonia desde el sindicato paralelo
Solidaridad, dirigido por Lech Walesa. Ambos procesos trajeron como resultado la democracia y el estado de derecho. Entonces, -y entre otros
pueblos sometidos al imperio soviético- los pueblos polaco, checo y eslovaco son en la actualidad pueblos libres y felices.
En Cuba todo parece indicar que se impondrá el modelo de transición ruso. Al igual que se hiciera en Rusia, los disidentes verdaderos van
siendo eliminados. Algunos son simplemente apartados. Otros –los peores- reciben inmerecidas promociones y con ellas, viajes, premios y otros
estímulos. Cuando se hizo necesario, algunos murieron porque alguien les ayudó a morir. Así pasó con Laura Pollán y Oswaldo Payá y ya nadie
habla de eso.
Lo lamentable es que todo sucede con la bendición y el patrocinio de los Estados Unidos de América. La nación líder del mundo libre, que debe
dar el santo y seña de la palabra democracia, no lo hace y así por omisión, da el visto bueno a lo que la inteligencia militar castrista preparó con
esmero y delectación de artistas.
Lo más significativo es ver que personas que se aprestaron ayer a enfrentar la saña del régimen militar cubano, en la actualidad se hunden en el
más frustrante silencio y la más frustrante de las decepciones. Lo que nunca logró el palo de la brigada de respuesta rápida o la perspectiva del
presidio y la muerte, lo logran el dinero y las componendas que hacen con la bendición yanqui, las pandillas adineradas que en concierto armónico
con la dictadura militar castrista, promueven oposiciones “leales”, medio-periódicos y valientes postulantes del seudónimo.
Esperemos que los libres y valientes que con su trabajo crean la riqueza de esa gran nación, no paguen más temprano que tarde la apuesta
indigna que su gobierno promueve. Que no haya americanos que mueran enfrentados a los servicios especiales ruso-castristas en América Latina.
Que los ideales de democracia y libertad no terminen aplastados en América Latina por la influencia hegemónica combinada de Rusia y China, en
tránsito apacible por las autopistas pavimentadas por el régimen militar cubano y su muy eficiente Inteligencia Militar.
Todo parece indicar que seremos un estado fascista autoritario con capitalismo de oligarcas, mafias y todo el inventario de horrores que el zar
Putin creó para los rusos, solo que tropicalizado. Esa es la transición que la buena intención de Washington nos depara.
La banda armada verde olivo ya tiene un nuevo look aportado por los hijos “de papá” que llegan para invertir el dinero que sus padres robaron. Los
que no han trabajado ni un día en factorías, los que llegaron con contactos y viviendas cómodas y confortables. Ellos son la reserva del castrismo
dispuesta a secundar las oposiciones leales, los medio-periódicos y eméritos postulantes del seudónimo al gusto yanqui. Los que crearán la nueva
atmosfera política, económica y espiritual de Miami y quizás de USA, más adelante.
Así son las transiciones que hoy se esbozan y así serán las decepciones que mañana vendrán.
viernes, 1 de agosto de 2014
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