Un Podemos chavista a la fuerza
La formación venezolana que inspiró a Iglesias fue expropiada tras apoyar a Capriles
Nació en 2002 de una escisión del MAS y luego se negó a integrarse en el partido único
En 2012, el Supremo lo entregó al movimiento bolivariano, pero la guerra interna continúa
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro (dcha.), junto al líder del Parlamento, Diosdado Cabello.REUTERS
El otro Podemos está hoy de fiesta en Venezuela. El partido chavista Por la Democracia Social celebra por todo lo alto los 23 años transcurridos desde el golpe de estado de Hugo Chávez contra el presidente socialdemócrata Carlos Andrés Pérez, que catapultó a la fama al comandante bolivariano.
"Saludo el heroísmo de estos compañeros que arriesgaron su carrera, su vida, para que hoy se respiren aires de esperanza y socialismo", clamó Gerson Pérez, vicepresidente de la formación que milita en el Gran Polo Patriótico. Un partido que sirvió de inspiración a los líderes del Podemos español en su nacimiento. Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón y Luis Alegre han frecuentado Venezuela durante el gobierno de Chávez, en una figura a mitad de camino entre asesor y activista.
El Podemos venezolano de 2015 es un partido que se niega a mantener un perfil bajo, a la sombra del Partido Socialista Unido de Venezuela, por lo que busca llamar la atención pública con denuncias, como la que acaba de hacer contra Henrique Capriles. Pérez acudió a la Fiscalía General para tramitar una denuncia por presunta malversación de fondos públicos contra el gobernador opositor.
También aplaudió hasta desgañitarse a Diosdado Cabello, líder militar de la Revolución, quien el pasado fin de semana alardeó públicamente de que con Syriza en Grecia y con Podemos en España "el chavismo está dando la vuelta al mundo". El también presidente de la Asamblea avanzó que "más pronto que tarde" el partido de Iglesias gobernará en Madrid. La televisión pública y los medios oficialistas han ofrecido el discurso de Iglesias en la Puerta del Sol de forma reiterada, como si se tratase de un triunfo propio.
El Podemos venezolano, más allá de sus arengas y de sus colores (ondea el vinotinto, parecido al morado de sus amigos españoles), es una metáfora del chavismo. Nacido en 2002 de una escisión del Movimiento Al Socialismo (MAS) y con el diputado Ismael García a la cabeza, sus dirigentes se alinearon con Chávez durante el golpe de abril de 2002, incluso García lideró el apoyo de los barrios populares.
La travesía revolucionaria les llevó con 15 diputados hasta el Parlamento, 100% chavista tras negarse la oposición a concurrir a las elecciones, un error histórico que todavía están pagando. El pacto con el chavismo comenzó a fracturarse cuando Podemos se negó a integrarse en un partido único, además de mostrar su desacuerdo por el cierre del canal de televisión RCTV. Un malestar que se profundizó con el referéndum de 2007: Chávez convocó a su pueblo para acelerar la vía al socialismo y, sobre todo, para que una reforma constitucional le permitiera ser presidente todas las veces que quisiera.
La distancia entre García y Chávez se estiró tanto que en 2009 Podemos se sumó a la opositora Mesa de la Unidad Democrática. La voz de sus diputados se convirtió en la única discrepante en el Parlamento. Tres años más tarde, Podemos apoyó al candidato presidencial Capriles, firmando así su sentencia de expropiación política. Meses antes de las elecciones, el Tribunal Supremo intervino el partido y se lo entregó a Didalco Bolívar y a Pérez. El primero regresó así del exilio, al que había huido por denuncias de corrupción.
"Le han dado Podemos a dos sicarios", resumió García en su día. La guerra entre los dos Podemos venezolanos continúa hoy, con constantes denuncias entre ambos sectores. García milita ahora en Primero Justicia, el partido de Capriles.
"Saludo el heroísmo de estos compañeros que arriesgaron su carrera, su vida, para que hoy se respiren aires de esperanza y socialismo", clamó Gerson Pérez, vicepresidente de la formación que milita en el Gran Polo Patriótico. Un partido que sirvió de inspiración a los líderes del Podemos español en su nacimiento. Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón y Luis Alegre han frecuentado Venezuela durante el gobierno de Chávez, en una figura a mitad de camino entre asesor y activista.
El Podemos venezolano de 2015 es un partido que se niega a mantener un perfil bajo, a la sombra del Partido Socialista Unido de Venezuela, por lo que busca llamar la atención pública con denuncias, como la que acaba de hacer contra Henrique Capriles. Pérez acudió a la Fiscalía General para tramitar una denuncia por presunta malversación de fondos públicos contra el gobernador opositor.
También aplaudió hasta desgañitarse a Diosdado Cabello, líder militar de la Revolución, quien el pasado fin de semana alardeó públicamente de que con Syriza en Grecia y con Podemos en España "el chavismo está dando la vuelta al mundo". El también presidente de la Asamblea avanzó que "más pronto que tarde" el partido de Iglesias gobernará en Madrid. La televisión pública y los medios oficialistas han ofrecido el discurso de Iglesias en la Puerta del Sol de forma reiterada, como si se tratase de un triunfo propio.
Más allá de la simpatía política
Los nexos entre los dos partidos europeos van más allá de la simpatía política, según Nelson Bocaranda. El popular periodista, quien desveló los entresijos del cáncer de Chávez pese a la censura oficial, publicó ayer que Syriza fue "financiada" en 2010 por el chavismo por "recomendación" de Monedero e Iglesias, "asesores en ese momento del presidente".El Podemos venezolano, más allá de sus arengas y de sus colores (ondea el vinotinto, parecido al morado de sus amigos españoles), es una metáfora del chavismo. Nacido en 2002 de una escisión del Movimiento Al Socialismo (MAS) y con el diputado Ismael García a la cabeza, sus dirigentes se alinearon con Chávez durante el golpe de abril de 2002, incluso García lideró el apoyo de los barrios populares.
La travesía revolucionaria les llevó con 15 diputados hasta el Parlamento, 100% chavista tras negarse la oposición a concurrir a las elecciones, un error histórico que todavía están pagando. El pacto con el chavismo comenzó a fracturarse cuando Podemos se negó a integrarse en un partido único, además de mostrar su desacuerdo por el cierre del canal de televisión RCTV. Un malestar que se profundizó con el referéndum de 2007: Chávez convocó a su pueblo para acelerar la vía al socialismo y, sobre todo, para que una reforma constitucional le permitiera ser presidente todas las veces que quisiera.
La distancia entre García y Chávez se estiró tanto que en 2009 Podemos se sumó a la opositora Mesa de la Unidad Democrática. La voz de sus diputados se convirtió en la única discrepante en el Parlamento. Tres años más tarde, Podemos apoyó al candidato presidencial Capriles, firmando así su sentencia de expropiación política. Meses antes de las elecciones, el Tribunal Supremo intervino el partido y se lo entregó a Didalco Bolívar y a Pérez. El primero regresó así del exilio, al que había huido por denuncias de corrupción.
"Le han dado Podemos a dos sicarios", resumió García en su día. La guerra entre los dos Podemos venezolanos continúa hoy, con constantes denuncias entre ambos sectores. García milita ahora en Primero Justicia, el partido de Capriles.
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