lunes, 23 de febrero de 2015

LA PROSTITUCION EN CUBA.





                                                         LA PROSTITUCION EN CUBA.


Con el triunfo de la revolución Castro comunista en Cuba, muchos fueron los temas que se abordaron para condenar la dictadura de Fulgencio Batista y uno de ellos fue la prostitución. La prostitución es uno de los trabajos más antiguos del mundo y en ello se ven envueltas tanto mujeres como hombres. Las prostitutas ejercen su trabajo y tienen el respaldo de un hombre que le representa por si algún problema surge durante la jornada laboral. Antes del año 1959 existían áreas designadas para ejercer tales actividades y hasta se les exigía a los trabajadores el certificado de salud correspondiente para evitar la proliferación de enfermedades venéreas o de transmisión sexual.
Lo que nunca se vio en estas áreas controladas fue la prostitución infantil, que en la actualidad, en Cuba, no ha podido ser controlada y casi se puede decir que es tratada por la tiranía, con cierta benevolencia. En ambos casos, la prostitución profesional y la infantil;, no tienen justificación alguna, solo que son entendibles las causas por las cuales son ejercidas.






 El fracasado modelo económico implantado por la tiranía ha repercutido en la población cubana de varias formas y vemos que la mas bochornosa ha sido la resonancia en la juventud, que una parte de ella ha tenido que prostituirse como medio de subsistencia y poder cooperar económicamente en sus hogares, además de ser el único medio posible para obtener vestimentas, perfumería, alimentos y dólares para poder tener acceso a las tiendas controladas por el tirano.






La prostitución infantil se ve con más frecuencia en los centros turísticos de las grandes capitales de provincias donde el turismo sexual tiene cabida, siendo los lugares preferidos para su ejercicio por aquellos elementos pedófilos, que en su decadencia senil, buscan el placer ofreciendo algunos dólares para comprar la miseria humana.








El control de la prostitución es una responsabilidad de los gobiernos de cada país, pero en el caso de la tiranía Castrista permitirla o hacerse el de la vista gorda es una forma complaciente en la que la juventud ve una forma de entretenerse y a la vez lucrar con el entretenimiento. Una vez más queda al descubierto que al tirano y sus gendarmes no tienen en cuenta las acciones de la juventud y que no tienen el menor interés en buscar soluciones a los problemas y se convierten en cómplices de los problemas en los problemas de inmoralidad en que se envuelve la población.

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