Y PARA EL CRUEL
QUE ME ARRANCA………..
Por: Ariel
Clavijo
No queremos ser
repetitivos en señalar en lo que la tiranía de los hermanos Castro ha
convertido a nuestra Cuba, pero si es bueno mencionar como, inteligentemente,
han dividido al pueblo cubano, como han roto la familia y como han llegado a distorsionar
las creencias religiosas otrora tan arraigadas en el sentimiento nacional.
En estos momentos
en Cuba existen dos bandos; los que han acatado y siguen fervientemente a la revolución
y aquellos que no aceptamos una ideología de odio y hambre. Aquellos que siguen
la línea encabezada por el tirano Raúl Castro, heredero en el trono de Fidel
Castro, y que practican la política estalinista y que amparados bajo la sombra
protectora de los gendarmes de la Seguridad del Estado y atacan con furia y odio a todo aquel que
disiente del tirano y que esta opuesto a un sistema que ha sumido a la patria
en la más horrible miseria, hambre y enfermedades.
Esos seguidores,
que conjuntamente al tirano, han traicionado a la patria que nos vio crecer, no
quedan exentos del hambre, la miseria y las enfermedades, además de quedar
expuestos a la mirada del mundo que siguen con atención los acontecimientos de
un pueblo que sufre y llora; un pueblo que cada vez más se hunde en el barro de
la corrupción y la inmoralidad patentizada.
También los hijos
de los seguidores del castro comunismo se prostituyen, también tienen hambre, también
se enferman y sufren los rigores de la escases al igual que los demás. Los
hijos de los seguidores del tirano son enviados a combatir en tierras extrañas
apoyando el expansionismo ideológico, la ambición desmedida de aquel que ha esclavizado
a su propio pueblo y también sufren la ausencia de la familia, sin libertad de
pensamiento y movilidad, con las mismas barreras insalvables de aquellos que se
oponen a ser esclavos.
Las esposas de
los seguidores de Castro también sufren la ausencia de alimentos en sus casas, también
envían a sus hijos a la escuela con hambre, también sufren la ausencia de
medicamentos fundamentales para combatir las epidemias que les azotan; porque
formamos parte del mismo pueblo, porque todos estamos considerados como
esclavos, porque todos iguales, porque todos formamos parte de la igualdad
proletaria, no importa si aplaudes o condenas al tirano, simplemente eres uno más
que obedece, uno más sin esperanzas y sin derechos.
Los seguidores
propinan golpes a los opositores, pero ellos también son golpeados por el puño
del tirano, porque reciben los mismos beneficios que aquellos a los que ellos
golpean. Los seguidores gritan Patria o Muerte y solo la Muerte los espera en
la misma Patria.
¿Por qué golpear,
porque dar actos de repudio, porque vigilar las actividades de los demás con el
ánimo de hacer daño si por esa actividad no recibes nada?
Revolución
significa cambios que beneficien al pueblo, Revolución no es asesinar, no es
encarcelar, no es reprimir, no es discriminar a aquellos que practican la fe
cristiana, no es perseguir a los que piensan diferente o los que quieren
cambios; Revolución no es imponer el criterio de unos pocos, Revolución no
significa un solo partido, Revolución es algo más profundo que marcha con la
voluntad del pueblo y con sus necesidades, Revolución no es matar de hambre a
un pueblo y hundirlo en la miseria. Revolución significa dar al pueblo los
beneficios de sus luchas sociales, libertad, democracia, pluri-partidismo,
elecciones libres, educación, salud pública, mejoras económicas y sociales; y también
dar al pueblo la paz y tranquilidad que ese pueblo se merece proporcionándole fuentes
de trabajo donde puedan desarrollarse los conocimientos adquiridos mediante los
estudios cursados.
Nacimos en el
mismo país, hablamos el mismo idioma, tenemos las mismas costumbres y queremos
vivir en paz. Pero debemos seguir viéndonos como los vecinos de antaño, como la
gran familia unida por el mismo dolor y la misma alegría, compartiendo nuestros
alimentos y nuestros sueños, sin esclavistas que quieran dirigir nuestras
vidas, donde podamos pensar y decidir el mejor camino a seguir.
“Y para el cruel
que me arranca el corazón con que vivo, cardo ni ortigas cultivo, cultivo una
rosa blanca”.
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