jueves, 18 de diciembre de 2014

18 meses de negociaciones con la mediación de Canadá y del Vaticano

18 meses de negociaciones con la mediación de Canadá y del Vaticano

El presidente de EEUU, Barack Obama, habla con el líder cubano Raúl...
El presidente de EEUU, Barack Obama, habla con el líder cubano Raúl Castro desde el Despacho Oval. REUTERS
Cuando en 1971, Estados Unidos y China empezaron su deshielo, lo hicieron con una visita del equipo de ping-pong estadounidense al país asiático. Siete años más tarde, aquella primera aproximación acabó con el presidente de EEUU, Jimmy Carter, anunciando el reconocimiento de la República Popular China (y, de paso, la retirada del embajador estadounidense en Taiwan).
En el caso del deshielo entre Cuba y EEUU, la cosa no ha sido tan complicada. Pero aún así el deshielo ha sido un proceso largo, en el que han jugado un papel esencial dos países. Uno, Canadá, un aliado de EEUU que tiene buenas relaciones con Cuba. El otro, elVaticano.

El prestigio mundial de Francisco, el primer Papa latinoamericano, sale así todavía más reforzada con el deshielo entre La Habana y Washington. Si el polaco Juan Pablo II ha sido considerado por algunos el Papa que derrotó al comunismo -en parte con el apoyo de Ronald Reagan- Francisco podría ser no solo el hombre que dio una nueva cara a la Iglesia católica en el siglo XXI, sino también el que ayudó a cerrar uno de los conflictos más enquistados del mundo.

2012, el punto de inflexión

Según Julia Sweig, del 'think tank' Consejo para las Relaciones Internacionales, Barack Obama comprendió la necesidad de mejorar las relaciones entre EEUU y Cuba de forma drástica en la cumbre de las Americas en Cartagena de Indias, en abril de 2012, cuando la mayor parte de los jefes de Estado y de Gobierno del continente le explicaron que el embargo no era aceptable en el mundo actual.
Pero en noviembre de 2012, Obama afrontaba su reelección y no tenía posibilidad de mover ficha. Así que esperó a enero de 2013 para autorizar contactos con Cuba. Por parte de EEUU, designó a dos personas de su máxima confianza: el viceconsejero de Seguridad Nacional, Benjamin J. Rhodes, y el director para América Latina del Consejo de Seguridad Nacional, Ricardo Zúñiga, que había sido consejero político adjunto de la Embajada de EEUU en Madrid entre 2004 y 2007. En ese cargo, Zúñiga se encargó de coordinar la colaboración entre Estados Unidos y España en materia antiterrorista después de los atentados del 11-M en Madrid, que causaron 192 muertos. En la actualidad, Zúñiga es el máximo asesor de Obama para América Latina.

Ottawa, el primer cara a cara

Pero solo en junio de 2013 los dos equipos negociadores se vieron cara a cara. Fue en la capital de Canadá, Ottawa. Y el objetivo, muy limitado: Cuba demandó la liberación de tres espías condenados en EEUU por llevar a cabo acciones contra los grupos anticastristas de Miami, y a cambio ofreció la liberación de Alan Gross, el contratista de la Agencia de Desarrollo de EEUU (USAID, según sus siglas en inglés) detenido en Cuba por ayudar a la comunidad judía de ese país. USAID es una organización similar a la AECI española.
Washington se negó en redondo, porque, alegaba, Gross no era un espía. Pero, pese al atasco en la cuestión de partida, las negociaciones empezaron a girar hacia una apertura más amplia entre los dos enemigos. Fue entonces, en marzo pasado, cuando Obama viajó al Vaticano y se planteó la situación a Francisco. El Papa respondió enviando cartas al presidente de EEUU y al dictador cubano, Raúl Castro.
Pero la cuestión de los espías y de Gross seguía siendo el escollo que impedía cualquier avance. Entretanto, fiel a su política, Obama mantuvo al secretario de Estado, John Kerry, fuera de las negociaciones. El Departamento de Estado vio su papel limitado a recalcar un punto: sin la liberación de Gross, no iba a haber acuerdo.
Con las conversaciones totalmente atascadas, la Casa Blanca sacó una nueva propuesta en verano: la liberación de un espía estadounidense, cuyo nombre no se ha difundido, encarcelado en Cuba. Este espía es el hombre que 'destapó' en 2009 al diplomático estadounidense Kendall Myers, un experto en política europea que es nieto del inventor del teléfono, Alexander Graham Bell, y nieto del fundador de National Geographic, Gilbert Grosvenor.
El acuerdo definitivo del intercambio de espías y de Gross se alcanzó en octubre, en una reunión en el Vaticano. Y el mes pasado se cerraron los últimos flecos en otra ronda negociadora en Ottawa. Justo el 4 de noviembre, el Partido Demócrata al que pertenece Obama, fue pulverizado en las elecciones legislativas de EEUU y el presidente decidió dar un giro estratégico a su política: ante lo que consideraba una política de bloqueo de la oposición, optó por explicar al máximo sus poderes legales e ignorar al Congreso. El primer paso fue anunciar una amnistía temporal a la que pueden optar 5 millones de inmigrantes ilegales. El segundo ha sido la apertura a Cuba.

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