Una Navidad con demonios sueltos
PERIODISTA VENEZOLANA | 24 de diciembre de 2014
CARACAS.- Para los que vivimos en Venezuela, las fiestas decembrinas son ya un mero recuerdo aun cuando nos aferremos a conservar tradiciones. Sólo teniendo conciencia de lo que significan las terribles colas y las romerías indignantes buscando lo poco que hay, y de eso lo que va quedando, es suficiente para arruinarnos la alegría y las ganas de festejar.
A la escasez hay que sumarle el miedo al hampa desenfrenada, que roba y asesina con absoluta impunidad en todo el país. Los primeros 15 días de diciembre, solo en la morgue de Bello Monte en Caracas, fueron ingresados casi 300 cadáveres producto de la violencia. Ciudades y pueblos de nuestra geografía presentan similar balance.
Autopistas y carreteras que se han convertido en caminos peligrosísimos donde matones acechan y convierten las vacaciones de miles de familias en tiempo de luto y llanto. Aeropuertos colapsados por una “peste gobernante” que lo único que ha sabido hacer es robar y destruir un país que hoy, ruinoso y desesperado ve las Navidades sólo como un preámbulo para el año 2015, que sin dudas será horrible. Copia de la Cuba castrista, isla de siervos que han visto llegar la muerte mientras por 55 años escucharon a unos pendencieros sanguinarios que ofrecieron una revolución “verde como las palmas” y les impusieron una tiranía brutal que les robó la vida, la dignidad y la ilusión.
Más allá de las penurias que día a día se parecen más a las que se viven en la mazmorra antillana, otro motivo, ya de carácter ético y de solidaridad con los millones de exiliados cubanos, es el rechazo que tiene que causarle a toda persona honesta la manera en la que Barack Obama y su “círculo” -cómplices de la tiranía cubana- entregaron a cambio de nada un “indulto” total a sus grandes crímenes y a su inexistente propósito de enmienda.
Día a día, después del anuncio sobre la apertura de relaciones diplomáticas con Cuba, nos vamos enterando de facetas vergonzantes de esa claudicación. Entrega que ha sido un hecho negociado por Obama sin siquiera tomar en cuenta el martirio vivido por el pueblo cubano y que lleva años de secretismo hasta lograr que Raúl Castro haya podido decir que “ganó la guerra”.
La tiranía castrista le ha probado al mundo lo fácil que es arrodillar a los Estados Unidos cuando hombres como Carter, Clinton y Obama ocupan la Casa Blanca.
La dolorosa historia de Elizabeth Bretón Rodríguez y su hijo Elián es un episodio más al que ahora se suman la entrega de Alan Gross, acabado física y psíquicamente a cambio de tres verdugos confesos y convictos que devuelven rozagantes y envalentonados. Como olvidar hoy el dolor y la impotencia de las madres e hija de los cuatro Hermanos al Rescate liquidados el 24 de febrero de 1996 por Gerardo Hernández, juzgado y condenado a dos cadenas perpetuas por conspirar y asesinar a Armando Alejandre, Jr., Carlos Costa, Mario De la Peña y Pablo Morales.
Como no sentir asco ante la poca elegancia de la administración Obama y de Patrick Leahy, senador demócrata de Vermont, que se le conoce afanoso desde hace años buscando restaurar las relaciones con Cuba.
Leahy y su esposa Marcelle se dedicaron a ver cómo complacían a la mujer del asesino Gerardo Hernández, Adriana Pérez también agente del G2 cubano, que desesperada por ya ser añosa, se las agenció para que estos dos con la anuencia de Obama organizaran la posibilidad de inseminación artificial.
Historias chocantes dentro de una traición donde las víctimas y deudos no contaron a la hora de premiar a los tiranos Castro y sus secuaces. Detalles repulsivos del hacer de unos cabrones que intentan taparlo todo alegando que lo que deseaban era mejorar la vida en la cárcel de Gross, a quien entregaron con 38 kilos menos y sin dientes, evidencias del apuro porque el hombre se moría.
El asesino Gerardo Hernández en la TV cubana le soba la barriga a Adriana Pérez. Dice descarado: “El sentimiento que tengo es enorme. Todo el mundo nos pregunta y nos estamos divirtiendo con todos los comentarios y especulaciones. Si tengo que expresarlo en una sola palabra, diría que es delirante”.
En Navidad, pienso en los Hermanos al Rescate que asesinó este monstruo que hoy dice delirar. Navidad, festejo cristiano que los demonios empañan… Refiero a todos que en el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica promulgado por el papa Benedicto XVI el año 2005, la inseminación artificial en humanos es considerada inmoral ¿Qué opinas Bergoglio? Yo siento mucho asco y mucho dolor por tanto relativismo perverso.
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