DEGENERACIÓN RELIGIOSA DE LOS CONFLICTOS POLÍTICOS
Dr. Oscar Elías Biscet
Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos
Presidente del Proyecto Emilia
Medalla Presidencial de la Libertad
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El presidente ruso Vladimir Putin, en su discurso a la nación en el Parlamento, reconoció que el aislamiento y las sanciones de Occidente eran perjudiciales para Rusia. Pero lo vergonzoso de sus palabras fue la comparación de sus acciones de rapiña sobre el territorio ucraniano con los Santos Lugares en Israel.
Crimea es territorio del Estado soberano de Ucrania, que fue anexadopor las fuerzas de las armas por Rusia, a través de una guerra de agresión que socavó la integridad territorial de un país soberano reconocido por el Derecho internacional consuetudinario y considerado como el mayor crimen internacional.
La guerra de agresión es incompatible con el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, la resolución 3314 (XXIX) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de 1974, y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (2010).
Estos organismos internacionales definen por acto de agresión “el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro Estado”. Además, ejemplifican que “cualquiera de los actos siguientes, independientemente de que haya o no declaración de guerra, se caracterizará como acto de agresión: La invasión de un Estado por otro; el ataque de fuerzas armadas de un Estado contra otras de otro Estado o contra la población civil de éste; toda ocupación militar que derive de los actos anteriores y que implique el uso de la fuerza; el bombardeo; el bloqueo de puertos o de costas de un Estado”.
La clasificación de la agresión continua, “La utilización de las fuerzas armadas de un Estado que se encuentren en un Estado extranjero con acuerdo de éste pero que exceda las condiciones pactadas entre ambos Estados incluyendo toda prolongación de la presencia en el territorio extranjero de fuerzas militares de un Estado foráneo; la disposición de un territorio propio de un Estado para que otro Estado pueda agredir a un tercero; o el envío por parte de un Estado de grupos irregulares: paramilitares o mercenarios, que lleven a cabo actos armados contra otro Estado”.
El presidente Putin dio toque de sacralidad a la tierra de Crimea; al convertir la ocupación de Ucrania de un evento político estratégico a uno de perfil marcadamente religioso, hace que esas graves violaciones de la soberanía de un estado sean irreconciliables en la mesa de negaciones y solo pueda ser resuelta por vías del enfrentamiento militar.
En realidad, Putin insinúo implícitamente que la ocupación del territorio ucraniano no tendría solución y se prolongaría por años la conflagración en esa región al compararlo con el conflicto árabe-israelí.
Algunos países autocráticos, antisemíticos y pro islamistas han hecho promoción de resoluciones, la mayoría no vinculante, sin objetividad, en las Naciones Unidas (NN.UU.), aprovechándose de la institucionalización de la democracia en este organismo y que esas actitudes están muy lejos de ser disfrutadas por sus conciudadanos en sus países.
Esas resoluciones clasificaron a Israel como una nación ocupante, muy lejos de la realidad. Las acciones israelitas por el derecho internacional pueden ser definidas en conflictos por territorios en disputas, según el Cuarto Convenio de Ginebra, de 1949.
Por otra parte, Gaza y Judea-Samaria (Margen Occidental) no eran parte legal de un Estado soberano. En los inicios para su independencia fue rechazada por los árabes palestinos. Y la Liga Árabe y otros países musulmanes se negaron a la aprobación del Estado de Israel y rechazaron la formación del Estado Palestino soberano, en 1948.
Los territorios de Gaza y Judea-Samaria fueron ocupados en 1948, el primero por Egipto y el otro, por Transjordania (Jordania), durante veinte años, en ese tiempo los árabes no le dieron importancia a esas regiones y mucho menos a Jerusalén. La conciencia de país palestino surgió cuando los países de Jordania, Egipto y otras naciones árabes atacaron nuevamente, guerra de agresión, al Estado de Israel; y éste, en su legítima defensa (guerra justa o estado de necesidad) los derrotó y liberó esos territorios de la ocupación y las dictaduras.
Sin embargo, esos países que han condenado injustamente a Israel en las NN.UU. nunca se han pronunciado sobre la ocupación de territorios pertenecientes a estados soberanos, que en la actualidad están bajo la usurpación extranjera, como el Tíbet por China comunista y las Islas Kuriles de Japón por Rusia.
El Presidente ruso reconoció recientemente al Estado Palestino sin importarle que existiera paz entre árabes e israelíes, porque él sabe que el conflicto degenerará de problema político a religioso, como desean los palestinos para destruir a Israel y ocupar toda la región con el fin de cumplir sus sueños de creación de la Gran Palestina Árabe.
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