Obama y Castro mantienen 'una reunión histórica': 'La Guerra Fría ha terminado. Cuba no es una amenaza para Estados Unidos'
'Ahora estamos en condiciones de avanzar en el camino hacia el futuro', subrayó Obama
Castro dijo que está 'dispuesto a hablar de todo' en el proceso hacia la normalización
Reunión Obama-Castro EFE
Por primera vez desde el 22 de julio de 1956, el presidente de EEUU y el de Cuba se han reunido durante una hora y veinte minutos. Lo han hecho a solas, con un reducido número de asesores. "Hemos demostrado que podemos pasar página", dijo Obama tras el encuentro. A su lado, Raúl Castro asintió: "Nosotros estamos dispuestos a discutirlo todo", aunque "con mucha paciencia".
La séptima 'cumbre de las Américas' concluyó este sábado en Ciudad de Panamá marcada por la Historia. O por el simbolismo. Primero, ver a un presidente de Estados Unidos y al de Cuba sentados en la misma mesa ya era suficiente. Pero, por si eso no bastara, ambos se trataron con un inusitado respeto y, en el caso de Raúl Castro, casi hasta con admiración hacia el inquilino de la Casa Blanca. Y, para rematar, Obama y Castro mantuvieron, después de comer, un breve encuentro a solas con solo sus asesores y sus intérpretes presentes
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Tras el encuentro, el presidente estadounidense se dirigió a la prensa para desvelar parte de la conversación con Raúl Castro. "Parte de mi mensaje aquí es que la Guerra Fría ha terminado. Seguiremos teniendo diferencias pero podemos avanzar en intereses mutuos, está conversación puede ser el principio del cambio", expresó Obama. También afirmó que "aún no tiene decidida la salida de Cuba de la lista terrorista", que Castro y él tienen una "visión diferente sobre cómo debe ser organizada la sociedad", que ha sido "muy directo" con el mandatario cubano sobre la "importancia de la libertad de reunión y de prensa" y que "tiene muy claro" que "Cuba no es una amenaza para EEUU".
"Los presidentes analizaron los progresos alcanzados desde losanuncios del 17 de diciembre y coincidieron en la importancia de continuar trabajando con el objetivo de conformar el contexto apropiado para proceder a restablecer las relaciones diplomáticas y abrir embajadas en los respectivos países", dijo el canciller cubano,Bruno Rodríguez. "El presidente cubano expresó que es necesario eliminar las políticas de EEUU que afectan directamente al pueblo cubano y que están dirigidas a promover cambios en el sistema político y socioeconómico del país", explicó el canciller.
Una relación normal
Eso sí: resultados prácticos, ninguno. Pero, como declaraba a este periódico Jason Marczak, subdirector del Centro Adrienne Arsht para América Latina del centro de estudios Atlantic Council, de Washington: "La mesura que ambos han mostrado ha sido muy sorprendente".
El argumento de Barack Obama es simple: Estados Unidos quiere tener una relación normal con América Latina, como la tiene con cualquier otro mercado emergente del mundo. "No me interesan las discusiones teóricas, me interesa presentar soluciones tangibles", dijo en el Plenario. "Estados Unidos mira hacia el futuro. No queremos estar atrapados en la ideología. O yo, por lo menos, no lo estoy", recalcó el jefe de Estado y de Gobierno estadounidense. Para dejar claro eso, afirmó: "La Guerra Fría ya terminó". "No estoy interesado en disputas que francamente empezaron antes de que yo naciera", dijo Obama.
Efectivamente, el miércoles se cumplirán 56 años del último encuentro de alto nivel entre Cuba y EEUU. Al final del encuentro, Nixon escribió que Castro era "increíblemente ingenuo respecto al comunismo o bajo la disciplina comunista. Mi impresión es que es lo segundo". En aquel momento no es que Obama no hubiera nacido; es que sus padres ni siquiera se conocían.
Así que Obama pudo decir, tras la reunión con Castro, que "después de mantener inalterada la política de Estados Unidos hacia Cuba era hora de intentar algo nuevo". Es una iniciativa que Castro apoyó. Y es que el dictador cubano parece haberse convertido en un 'fan' más del presidente estadounidense. "Según mi opinión, Obama es un hombre honesto", dijo Castro, que calificó de "valiente" "el esfuerzo" del presidente estadounidense de convencer al Congreso de EEUU para que levante el bloqueo. El dictador cubano llegó a decir: "Pido disculpas al presidente Obama y a otros" por el duro tono antiestadounidense de su discurso. "Es que me emociono cuando hablo de la Revolución", se excusó.
'Pasar página'
Así pues, Cuba está dispuesta a "pasar página", por emplear la expresión de Obama. Castro incluso dijo que los culpables delbloqueo económico de la isla son "los 10 presidentes" que precedieron al actual inquilino de la Casa Blanca, pero no éste. "Todos tienen deuda con nosotros, menos el presidente Obama", concluyó. Obama, por su parte, admitió que EEUU "no siempre ha estado a la altura de lo que predicaba".
La sintonía entre ambos parece considerable. "Lo que ha expresado el presidente es prácticamente lo mismo que lo que pensamos nosotros", dijo Castro, en referencia las declaraciones de Obama. Ahora bien, una cosa es un acercamiento y otra muy distinta una 'luna de miel'. Y eso no se va a dar.
Tanto Obama como Castro no se cansaron de insistir en las "profundas diferencias" entre ambos países. "Nosotros estamos dispuestos a hablar de todo, incluyendo libertad de expresión, derechos humanos y otras cuestiones" de Cuba, pero "también en Estados Unidos", dijo Castro tras la reunión bilateral. "No hay que hacerse ilusiones. Tenemos muchas diferencias. Es una relación muy complicada la de nuestros dos países", remachó.
Ambos dejaron claro que la apertura de embajadas no va a ser inmediata. Y Barack Obama todavía no ha elevado al Congreso de su país la propuesta para quitar a Cuba de la lista de Estados que promueven el terrorismo. Es una vieja aspiración de La Habana, más por motivos políticos que económicos.
Instituciones multilaterales
"La eliminación de Cuba de esa lista permitirá a las instituciones multilaterales -como el Banco Mundial, el FMI o el Banco Interamericano de Desarrollo- prestar dinero a Cuba. Pero no está claro que Cuba tenga mucho interés en entrar en esos organismos, salvo que se produzca un colapso de la economía de Venezuela.
De hecho, la mayor parte de las restricciones de los bancos de Estados Unidos a operar en Cuba proceden de la Ley Helms-Burton de 1996, no de la lista de Estados que apoyan el terrorismo", ha declarado a EL MUNDO la experta en la economía de Cuba Barbara Kotschwar, del think tank Instituto Peterson para la Economía Internacional.
Las divergencias han quedado también de manifiesto en materia de derechos humanos. Barack Obama visitó el viernes la 'cumbre de la Sociedad Civil', que forma parte de los actos de la reunión de jefes de Estado, y se reunió con dos disidentes cubanos a los que prometió que nunca les abandonará. Pero esa cumbre ha sido muy manipulada por organizaciones afines al castrismo que gozan del apoyo de Cuba. "La actitud de los procastristas en los encuentros de la sociedad civiles uno de los aspectos más negativos de la 'cumbre'", explica Marczak.
Pésima relación con Venezuela
El deshielo con Cuba contrastó con la pésima relación entre EEUU y Venezuela y sus aliados, encabezados por Ecuador, Bolivia y Argentina. De hecho, el presidente boliviano Evo Morales llegó a declarar en rueda de prensa que la apertura de EEUU a Cuba es "para dividir a los países del ALBA", es decir, la organización, formada por 12 países, que siguen la revolución bolivariana de Venezuela.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, fue de lejos el más drástico. "Yo lo respeto, pero no tengo confianza en usted, presidente Obama", dijo Maduro, que declaró que el jefe del Estado y del Gobierno de EEUU "puede pasar a la Historia como George W. Bush". El presidente de Venezuela exigió que EEUU levante la consideración de Venezuela como 'peligro' para Estados Unidos y que Washington indemnice a Cuba por el bloqueo. Pero Obama no va a derogar esa calificación ni a compensar a Cuba. Precisamente, el enfrentamiento entre Venezuela y sus aliados y EEUU es lo que ha hecho que la 'cumbre' haya terminado sin una Resolución oficial.
Obama se ausentó del Plenario cuando Maduro y la argentina Cristina Fernandez de Kirchner hablaron, para mantener reuniones con otros presidentes. Pero no rehuyó las críticas. De hecho, se salió del guión para replicar al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, uno de los líderes 'bolivarianos', que había intervenido justo antes que él y había lanzado un feroz ataque a EEUU.
"Puede ser posible emplear a Estados Unidos como una gran excusa para los grandes problemas nacionales. Pero eso no va a traer progreso, a hacer que los niños analfabetos coman, a hacer que los países sean competitivos", dijo.
Con respecto a la tensión entre Correa y la prensa independiente -"la prensa latinaomericana es muy, muy mala", había dicho el ecuatoriano-, Obama declaró que en EEUU "todo el mundo tiene la oportunidad para decir lo que opina, siempre y cuando no obren con violencia. Queremos hablar con libertad". Obama también recordó que la soberanía nacional no está reñida con aceptar las críticas a los derechos humanos, en una clara alusión a lo que dijo Correa, la argentina Cristina Kirchner -que acusó a las ONGs internacionales de seguir dictados de EEUU- y, sobre todo, Maduro: "Cuando el doctor King [el líder de los derechos de los negros Martin Luther King] la gente hablaba de él fuera de Estados Unidos".
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