Los bancos de EEUU temen usar tarjetas de crédito en Cuba por la falta de un marco legal
Una mujer vestida con la bandera cubana vende muñecas en La Habana EFE
Al mismo tiempo que en diciembre se anunciaba el deshielo político en el Caribe, con el reconocimiento mutuo de Estados Unidos y Cuba, el presidente Barack Obama autorizaba a la banca estadounidense a operar en la isla comunista y el uso de tarjetas de crédito de las grandes empresas.
El gesto fue visto como un deseo de acelerar los contactos entre las dos poblaciones y una de las primeras empresas en anunciar la apertura de sus operaciones fue MasterCard, a partir del 1 de marzo, seguida de American Express en una fecha todavía por definir.
Sin embargo, cuatro meses después nada ha sucedido y la explicación es que la banca estadounidenses todavía tiene sus reticencias sobre las posibilidades que se le abren en Cuba. Lo ha dicho el vicepresidente de MasterCard, Walt Macnee, quien ha viajado a La Habana en una delegación presidida por el gobernador de Nueva York, Andrew Como, de la cual formaron parte también gerentes superiores de la aerolínea JetBlue, la farmacéutica Pfizer y Chobani, fabricante de yogurt.
"Muchos bancos aún tienen dudas sobre todo esto", ha dicho Macnee. La mayor de todas es en qué tipo de gastos los potenciales visitantes estadounidenses o cubanoamericanos podrán utilizar sus tarjetas de crédito, ya que el embargo comercial a la isla todavía no permite determinadas operaciones, pese a que el presidente Barack Obama ha prometido el levantamiento parcial de las restricciones.
Lo natural sería que los visitantes usaran el dinero plástico para pagar gastos como alojamiento, comidas, entradas de cine o eventos deportivos y hasta en los 100 dólares de puros habanos o ron cubano que están autorizados a importar a Estados Unidos. Pero no pueden usar las tarjetas para comprar, por ejemplo, alguno de los célebres coches de los años 50 del siglo pasado que circulan restaurados por las calles, o comprar una casa, levantar dinero en efectivo y entregarlo a instituciones gubernamentales. Tampoco podrán usar las tarjetas si viajan a Cuba sin estar encuadrados en alguna de las 12 categorías de viajeros autorizados.
Dificultades para rastrear los gastos
Cuando en enero la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), que vigila el cumplimiento del embargo económico, procedió a la revisión de las reglas dijo a los bancos que la única forma de saber que los viajeros no usarían sus tarjetas en gastos no autorizados sería, básicamente, basándose en su palabra. Incluso la entidad ha abierto la puerta al perdón fiscal al decir que los viajeros no tienen necesariamente que saber si determinada transacción está o no autorizada.
Esto es precisamente lo que tiene a los bancos en duda sobre la pertinencia de comenzar a operar ya en Cuba porque no saben cómo los auditores gubernamentales van a interpretar determinados gastos y, al final, puede que sean los bancos quienes paguen fuertes multas. "Mientras eso no se decida, habrá dudas", ha dicho Macnee.
De momento, no queda mucho que hacer más allá de negociar con cada banco individualmente, ya que son los bancos que emiten las tarjetas mientras que MasterCard es el circuito a través del cual se hacen los pagos. "Nos hemos reunido con funcionarios de los bancos cubanos y acordamos que, por el momento, lo mejor es negociar caso por caso, individualmente, y ver cómo avanzamos poco a poco", ha agregado el vicepresidente de MasterCard.
Inicialmente se pensó que la decisión de Obama de sacar a Cuba del listado de países que apoyan el terrorismo, algo que excluye totalmente las operaciones bancarias estadounidenses en la isla, iba a facilitar las transacciones. Pero no ha sido así. "Hacer transacciones con Cuba todavía se demora un poco. La infraestructura física y legal aún no existe", ha enfatizado Peter Quinter, abogado especializado en aduanas de la firma GrayRobinson.
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