sábado, 20 de diciembre de 2014

Libro del papa revela sus esperanzas sobre Cuba

Libro del papa revela sus esperanzas sobre Cuba
Un libro poco conocido sobre Cuba que escribió Jorge Mario Bergoglio —ahora el papa Francisco— hace década y media revela sus puntos de vista sobre la sociedad cubana, el marxismo y el embargo comercial estadounidense que influyeron en su rol como intermediario entre Estados Unidos y Cuba.
Bergoglio compiló la obra “Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro” en 1998, poco después de la histórica visita del papa polaco a la isla de gobierno comunista.
Bergoglio asistió a la gira cuando estaba por ser nombrado arzobispo de Buenos Aires. El clérigo argentino estaba claramente bien versado en los temas antes de esa fecha, dado el impacto que la Guerra Fría tuvo sobre toda la iglesia latinoamericana.

Foto de archivo que muestra al papa Juan Pablo II junto al líder cubano Fidel Castro. LAPRENSA/AP/ARCHIVO
Foto de archivo que muestra al papa Juan Pablo II junto al líder cubano Fidel Castro. LAPRENSA/AP/ARCHIVO
En el texto, Bergoglio criticó duramente el socialismo —y por extensión la revolución atea de Castro— por negar a las personas su “dignidad trascendente” y por colocarlas exclusivamente al servicio del Estado.
Al mismo tiempo, el papa denunció el embargo de Estados Unidos y el aislamiento económico de Cuba como factores que empobrecieron a la isla.”El pueblo cubano debe superar este aislamiento”, escribió.
Es significativo que el primer capítulo del libro se titulara “El valor del diálogo”, y está claro que Bergoglio creía fervientemente —como lo hizo Juan Pablo II— que el diálogo es la única manera de acabar con el aislamiento de Cuba y con las hostilidades contra la Iglesia Católica por promover la democracia.
Al citar los discursos tanto de Juan Pablo II como de Castro durante el viaje, Bergoglio subrayó que el entonces papa insistió en un espacio para que la Iglesia operara en Cuba y que Castro enfatizó las similitudes entre el marxismo y el cristianismo.
“Pero ambos tuvieron que escucharse el uno al otro”, escribió.Francisco ha subrayado con frecuencia la necesidad del diálogo para forjar la paz, como lo demuestra su invitación a los presidentes israelí y palestino para que oraran en el Vaticano en junio pasado. Su invitación al presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro, para que analicen a fondo sus diferencias sobre la isla caribeña —con el Vaticano como mediador— fue en el mismo sentido.
Austen Ivereigh, quien se refiere al libro en la nueva biografía de Francisco “El gran reformador”, dijo que Bergoglio demostró un enfoque “increíblemente imparcial” al problema cubano sin dejar de delinear un futuro para la isla que ahora puede sonar más realista, cuando el deshielo ha comenzado.
“Él ve el futuro de Cuba como el de un gobierno democrático enraizado en los valores cristianos y humanistas del pueblo cubano”, dijo en una entrevista telefónica. “Es una especie de comprensión católica nacionalista de la política, ni de izquierda ni de derecha, ni de comunismo ni de capitalismo de mercado sin adulterar”.

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