MUERTE DE UNA GENERACION
Por: Ariel Clavijo
El triunfo de la Revolución
para muchos significo un sin fin de oportunidades. Pensamos en un sistema
político capaz de conducir al país por mejores senderos por los cuales
pudiéramos transitar sin el temor de estancarnos o vernos reducidos a ser un
pueblo ignorante e inculto. Todos pusimos nuestras esperanzas en aquel
insipiente proceso que ayudamos a tomar el poder, pero pronto nos dimos cuenta
de nuestra equivocación. El fervor de los primeros días de la reluciente
revolución se fue apagando poco a poco cuando se produjeron las primeras
confiscaciones de propiedades privadas, de grandes compañías, empresas
familiares, escuelas y todo aquello que para muchos represento el esfuerzo de
años de trabajo.
Los ataques
contra la iglesia y otras congregaciones que formaban parte de nuestra sociedad
en desarrollo, fueron desarticuladas y los ataques contra la base de la familia
fue perpetrada al ser establecida la campaña de alfabetización, donde los
jóvenes eran separados del seno familiar y enviados a lugares remotos con el
fin de enseñar a leer y escribir a aquellos que por una razón u otra no habían
tenido la oportunidad de asistir a la escuela.
El llamado al
servicio militar obligatorio fue otro eslabón de la cadena de medidas
encaminadas a la desarticulación de la familia tradicional y pronto los jóvenes
partieron hacia los campamentos militares donde serian entrenados militarmente
con la finalidad de ser enviados a otros países como mercenarios a apoyar
regímenes dictatoriales y en muchos de los casos a combatir contra gobiernos
legalmente elegidos.
La reacción
interna de muchos de los jóvenes no se hizo esperar, y con todo el fervor
patrio, una gran mayoría se lanzo al rescate de la Democracia en peligro de
extinción. La aparición de grupos políticos, inspirados en la ideología
Martiana no se hizo esperar y la Revolución comenzó a experimentar la presión
de esos grupos y sus actividades para la
desestabilización del sistema y su derrocamiento que conducirían al país de
vuelta por los caminos de la Democracia.
Frentes de lucha
armada fueron abiertos en diferentes regiones de la isla y el sistema de
guerrilla se hizo sentir en las zonas de Pinar del Rio, Las Villas y Oriente
por ser estas zonas más propicias para estas actividades debido a lo irregular
de su terreno. Pronto se dieron a conocer El Escambray y la Sierra Maestra donde operaban la mayoría
de estos grupos.
La reacción del
régimen no se hizo esperar y cruentos combates tuvieron lugar en las diferentes
zonas obligando al ejército y milicias a emplearse a fondo para la erradicación
de estos focos guerrilleros. Uno de los primeros y más activo grupo guerrillero
lo fue el conocido por Cuba Libre que operaba en la zona de Pinar del Rio y que
para su control fueron utilizadas tropas Soviéticas que ya se encontraban en
Cuba asesorando militarmente a las tropas cubanas.
Al ser
controladas las actividades guerrilleras era necesario controlar las
actividades conspirativas en las ciudades y así fue como la Madre Patria
recibió en sus brazos a aquellos caídos en combate y frente al paredón de
fusilamiento y las cárceles cubanos se vieron colmadas de aquellos valientes
jóvenes que pasarían muchos años de su juventud en las ergástulas Castristas.
Así comenzó la agonía y muerte de una generación de valientes cubanos que
entregaron sus vidas y su juventud a la cause de la liberación de Cuba.
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