domingo, 4 de enero de 2015

Después de Cuba, ¿Irán?

Después de Cuba, ¿Irán?

  • Tras el acercamiento entre Cuba y EEUU crecen las expectativas en Teherán

  • Si hubiese sido por Obama y Rohanim ese paso hace tiempo que se habría dado

Una niña iraní muestra una foto de Obama en Teherán.
Una niña iraní muestra una foto de Obama en Teherán.MORTEZA KINOUBAZLREUTERS
Tras el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, las expectativas de una posible normalización de las relaciones entre Irán y Estados Unidos han crecido en el interior de la República Islámica. ¿Será 2015 el año del deshielo entre Estados Unidos e Irán? Pese a las diferencias, los paralelismos entre las relaciones de Estados Unidos con Cuba e Irán son evidentes. Los dos rompieron relaciones con Washington tras el triunfo de una revolución popular. En ambos países existe la figura del líder de la revolución. Y tanto Cuba como Irán soportan desde hace décadas duras sanciones, que ahogan sus economías. Diversos analistas coinciden en que el acercamiento con Irán ya ha empezado hace tiempo, pero tras el giro en la política norteamericana con Cuba, existen razones para creer que lo mismo podría ocurrir este año con Irán.
El diplomático italiano y ex embajador en Irán entre 2003 y 2008, Roberto Toscano, cree que dentro de ambos países "hay fuerzas muy potentes que se oponen a la reanudación de las relaciones diplomáticas. Si fuera por Obama y Rohani, el camino estaría abierto". El diplomático afirma que la presión que ejercen los republicanos para impedir un acercamiento con Irán obstaculiza la estrategia del presidente Obama, si bien recalca que el mayor escollo se encuentra fuera del país: "Israel hará todo lo posible, utilizando su influencia en el Congreso, para impedirlo". En Irán, las fuerzas conservadoras antiamericanas también actúan dentro de sus márgenes de poder para torpedear los esfuerzos del presidente Hasan Rohani para acercarse a Washington. "Un restablecimiento de las relaciones podría poner en marcha un proceso de liberación gradual a pesar de la resistencia del régimen", vaticina Toscano.
De forma parecida opina el analista del diario digital sobre Oriente Próximo Al-Monitor Shahir Shahidsaless, quien señala que "los líderes religiosos más conservadores rechazan la cultura americana y creen que un acercamiento a Estados Unidos erosionaría las creencias religiosas de los jóvenes -dos tercios de la población tiene menos de 35 años- y menoscabaría su influencia ". Este analista sostiene que los círculos de poder de la línea dura también "temen que la reconciliación facilite la infiltración de la inteligencia americana en Irán y ayude a tejer vínculos con individuos dispuestos a colaborar con los americanos para tratar de socavar el régimen".
Desde Irán, la primera reacción oficial al acercamiento entre Cuba y Estados Unidos la hizo la portavoz de la diplomacia iraní, Marzieh Akfham, quien declaró que la reconciliación demuestra que "las políticas de aislamiento y sanciones impuestas por las potencias hegemónicas son infructuosas e ineficaces", en clara alusión al embargo del gobierno americano y la Unión Europea. Pero desde el exterior, los iraníes residentes en Estados Unidos aplauden la estrategia llevada a cabo por Rohani y Obama, y confían en que Irán y el G5+1 alcancen un acuerdo nuclear este año, lo que supondría el espaldarazo definitivo para ambos mandatarios para acercar posturas. Nunca antes Irán y la comunidad internacional habían estado tan cerca de llegar a un pacto como ahora. Este viernes, la agencia Associated Press revelaba un supuesto acuerdo en las negociaciones, según el cual la República Islámica habría aceptado enviar a Rusia una cantidad importante de sus reservas de uranio para su conversión en combustible nuclear, lo que reduciría al mínimo su capacidad para desarrollar armamento nuclear, tal como exige Estados Unidos. Una información que fue desmentida rápidamente por Marzieh Akfham, quien lamentó la filtración y aseveró que esta clase de informaciones "tienen motivaciones políticas y pretenden perjudicar la atmósfera de las negociaciones con el fin de impedir el acuerdo".
Sin embargo, el pasado lunes Obama aseguraba en una entrevista concedida a la red de emisoras estadounidenses NPR que de cerrarse el acuerdo, "Irán se convertiría en una potencia muy poderosa en la región, y esto sería bueno para todo el mundo, para Estados Unidos y, sobre todo, para los iraníes ". El presidente estadounidense fue más lejos y señaló: "Si Irán demuestra al mundo que no tiene intención de desarrollar armas nucleares, si se levantan las sanciones, y si Irán regresa a la comunidad internacional, entonces confío en que podamos mejorar las relaciones". Obama sabe que ni la política de aislamiento ni las sanciones han hecho claudicar al régimen de los ayatolás, y es consciente de que con la llegada de Rohani al poder en 2013 se ha abierto el marco más propicio desde 1979 para promover un cambio en las relaciones con Irán, del que las dos partes deben salir ganando. Si se alcanza el pacto, Estados Unidos deberá levantar de forma inmediata el grueso de las sanciones, lo que supondría una válvula de oxígeno para la economía iraní y permitirá a Rohani justificar ante la línea más dura del régimen los gestos realizados en las negociaciones para alcanzar el acuerdo.
Precisamente, la cuestión nuclear fue el objeto de la conversación histórica que mantuvieron por teléfono Rohani y Obama en septiembre de 2013, escenificando el primer contacto a ese nivel entre un presidente americano y uno iraní desde la ruptura de las relaciones diplomáticas.
Del éxito o fracaso de las negociaciones depende por tanto el futuro de las relaciones entre los dos países y el regreso de Irán a la comunidad internacional. Y como señala el fundador del Consejo Nacional Iraní-Estadounidense -organización no partidista con sede en Estados Unidos, NIAC, siglas en inglés- , Trita Parsi, "si Obama ha sido capaz de doblegar a las fuerzas más venenosas del Capitolio para acercarse a Cuba, también puede lograrlo con Irán". El politólogo remarca que Estados Unidos sabe "lo inútil que resulta imponer un cambio de régimen en un estado. Es mejor apoyar las reformas que forzar a un país hacia el colapso". Y añade: "La política de aislamiento y sanciones hacia Irán no ha servido para cambiar el régimen, puesto que los cimientos de la República Islámica se han mantenido firmes durante todos estos años. Nada hace pensar que mantener la misma estrategia 35 años más vaya a provocar algún cambio en el país de los ayatolás".

0 comentarios:

Publicar un comentario

Enviar comentarios: