Mazazo de la DEA a Cabello
MIAMI.- Ninguna campaña podrá detener el mazazo que se le viene encima a Diosdado Cabello. Ahora le toca a él demostrar su inocencia personal y lo que es más importante la del Gobierno venezolano, que si él fuera condenado adquiría la lamentable categoría de narcoestado
MIAMI.- Redacción DLA
Diosdado Cabello se presenta cada noche ante los venezolanos en su programa Con el mazo dando, emitido en Venezolana de Televisión. Los mazazos de Diosdado se han convertido en un ejemplo de la prepotencia y doble moral del chavismo. Aquellos que más tienen que callar se dedican a juzgar a los demás pero, casi siempre, con mentiras o verdades a medias.
¿Quién le iba a decir al prepotente y soberbio presidente de la Asamblea Nacional que el mazo un día se volvería contra él?
Y no precisamente uno falso, de imitación, de atrezo para un programa de televisión.
El mazo que le ha rebotado en toda la cabeza al hasta ahora inquisidor lo sostiene la mano de la DEA, nada menos que la Agencia Antidrogas de Estados Unidos.
El lunes en la noche conocíamos gracias a la primicia del diario español ABC que la Fiscalía Federal del Distrito Sur de Nueva York prepara una acusación formal contra Diosdado Cabello, en la que se concreta y confirma el secreto a voces que en los últimos años ha rondado en Venezuela: el militar, garante de las esencias chavistas, estaría a la cabeza del Cartel de los Soles, que tiene el monopolio de la droga en el país gobernado por Maduro.
La llegada a Washington de un testigo de primera línea, de nombre Leamsy Salazar, ha precipitado el principio del fin del hombre que controla el Ejército venezolano y por ende garantiza el mantenimiento de un régimen que bajo una apariencia democrática esconde la peor de las corruptas dictaduras. Salazar no es un cualquiera. Durante diez años fue jefe de seguridad y asistente personal de Hugo Chávez. Su rango es de capitán de corbeta y tras la muerte del presidente, trabajó como ayudante personal de Cabello. Desde esta privilegiada posición fue testigo directo de los manejos de su jefe para controlar una gran red de tráfico de drogas con la connivencia de la guerrilla terrorista de las FARC.
Si con algo no bromean las autoridades estadounidenses es con la lucha contra las drogas o el terrorismo. Con la solidez del testimonio de Salazar, mucho nos tememos que la suerte del presidente del Parlamento de Venezuela se ha terminado.
De nada le van a servir sus ataques y el de sus secuaces contra el mensajero. Ayer altos cargos del chavismo saltaron en su defensa acusando al diario ABC y también a El Nacional de Caracas y a DIARO LAS AMÉRICAS. En su desesperada respuesta, el diputado oficialista José Ávila señaló al expresidente colombiano Álvaro Uribe y al senador Maco Rubio de estar propiciando un golpe de Estado mientras otros de sus compañeros chavistas calificaban a Cabello de “héroe”, “defensor del pueblo” y político “que jamás se vendió al imperio”.
Ninguna campaña podrá detener el mazazo que se le viene encima a Diosdado Cabello. Ahora le toca a él demostrar su inocencia personal y lo que es más importante la del Gobierno venezolano, que si él fuera condenado adquiría la lamentable categoría de narcoestado.
EDITORIAL
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Diosdado Cabello se presenta cada noche ante los venezolanos en su programa Con el mazo dando , emitido en Venezolana de Televisión. Los mazazos de Diosdado se han convertido en un ejemplo de la prepotencia y doble moral del chavismo. (Caricatura: Fernando Pinilla)
Diosdado Cabello se presenta cada noche ante los venezolanos en su programa Con el mazo dando, emitido en Venezolana de Televisión. Los mazazos de Diosdado se han convertido en un ejemplo de la prepotencia y doble moral del chavismo. Aquellos que más tienen que callar se dedican a juzgar a los demás pero, casi siempre, con mentiras o verdades a medias.
¿Quién le iba a decir al prepotente y soberbio presidente de la Asamblea Nacional que el mazo un día se volvería contra él?
Y no precisamente uno falso, de imitación, de atrezo para un programa de televisión.
El mazo que le ha rebotado en toda la cabeza al hasta ahora inquisidor lo sostiene la mano de la DEA, nada menos que la Agencia Antidrogas de Estados Unidos.
El lunes en la noche conocíamos gracias a la primicia del diario español ABC que la Fiscalía Federal del Distrito Sur de Nueva York prepara una acusación formal contra Diosdado Cabello, en la que se concreta y confirma el secreto a voces que en los últimos años ha rondado en Venezuela: el militar, garante de las esencias chavistas, estaría a la cabeza del Cartel de los Soles, que tiene el monopolio de la droga en el país gobernado por Maduro.
La llegada a Washington de un testigo de primera línea, de nombre Leamsy Salazar, ha precipitado el principio del fin del hombre que controla el Ejército venezolano y por ende garantiza el mantenimiento de un régimen que bajo una apariencia democrática esconde la peor de las corruptas dictaduras. Salazar no es un cualquiera. Durante diez años fue jefe de seguridad y asistente personal de Hugo Chávez. Su rango es de capitán de corbeta y tras la muerte del presidente, trabajó como ayudante personal de Cabello. Desde esta privilegiada posición fue testigo directo de los manejos de su jefe para controlar una gran red de tráfico de drogas con la connivencia de la guerrilla terrorista de las FARC.
Si con algo no bromean las autoridades estadounidenses es con la lucha contra las drogas o el terrorismo. Con la solidez del testimonio de Salazar, mucho nos tememos que la suerte del presidente del Parlamento de Venezuela se ha terminado.
De nada le van a servir sus ataques y el de sus secuaces contra el mensajero. Ayer altos cargos del chavismo saltaron en su defensa acusando al diario ABC y también a El Nacional de Caracas y a DIARO LAS AMÉRICAS. En su desesperada respuesta, el diputado oficialista José Ávila señaló al expresidente colombiano Álvaro Uribe y al senador Maco Rubio de estar propiciando un golpe de Estado mientras otros de sus compañeros chavistas calificaban a Cabello de “héroe”, “defensor del pueblo” y político “que jamás se vendió al imperio”.
Ninguna campaña podrá detener el mazazo que se le viene encima a Diosdado Cabello. Ahora le toca a él demostrar su inocencia personal y lo que es más importante la del Gobierno venezolano, que si él fuera condenado adquiría la lamentable categoría de narcoestado.
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