El castrismo cierra el puño
50 disidentes detenidos en la primera prueba de 'apertura' tras el deshielo con EEUU
Las tímidas reformas económicas se topan con un control férreo a la libertad de conciencia
La artista Tania Bruguera, detenida en La Habana.ENRIQUE DE LA OSAREUTERS
El régimen cubano ha celebrado su 56º aniversario con un contundente golpe de fuerza contra la oposición interna, apenas dos semanas después del anuncio de deshielo con EEUU. Una muestra de que, pese a querer llevarse mejor con su eterno adversario, La Habana no tiene intención de abdicar de su política de mano dura ni de mantener el control absoluto del país, a la vez que explora una tenue -o indecisa- versión, a la caribeña, del modelo chino.
El presidente Raúl Castro ya lo advirtió cuando desveló el acuerdo con EEUU el 17 de diciembre: "Que nadie piense que vamos a abdicar de los principios de la Revolución". Y si había alguna duda sobre sus intenciones, se desvanecieron este fin de año cuando, en menos de 48 horas, el régimen arrestó a unas 50 personas que pretendían reunirse en la emblemática Plaza de la Revolución, según confirmó Elizardo Sánchez Santa Cruz, presidente de la ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
Aun así, los rostros más reconocidos de la oposición aceptaron el reto. Pero no alcanzaron ni a salir de sus casas. Reynaldo Escobar, esposo de la bloguera Yoani Sánchez; el organizador de Estado de Sats, Antonio Rodiles; el ex estudiante Eliécer Ávila; periodistas del portal digital 14ymedio, dirigido por Sánchez; activistas de las Damas de Blanco; escritores y periodistas independientes... no alcanzaron ni a poner un pie en la calle. Incluyendo Bruguera, arrestada en la casa que fuera de su padre, uno de los más importantes diplomáticos de la Revolución.
Los activistas más conocidos y la artista fueron liberados en cuestión de horas, pero volvieron a ser detenidos de nuevo cuando se presentaron ayer ante una comisaría para exigir la liberación de los demás. Y esta vez el asunto es más serio: a Bruguera y Rodiles, el Gobierno les ha confiscado el pasaporte, prohibido salir del país y les ha informado que van a ser llevados a los tribunales por "desorden público".
Bruguera, que lleva tres detenciones en menos de cuatro días, declaró tras ser liberada por segunda vez el jueves que si la isla comunista quiere abrirse a su vecino del norte y al mundo, "tiene que hacer muchos cambios; no puede ocupar todos los espacios públicos", según Efe.
China es, junto a Venezuela y Brasil, el principal socio comercial de Cuba. El país asiático ha proveído la infraestructura principal del Puerto de Mariel, una bahía al oeste de La Habana, donde el Gobierno ha depositado sus grandes esperanzas de apertura al mundo. Incluyendo Estados Unidos. Tanto es así que hace casi un año el buque chino que ha llevado a Cuba las gigantescas grúas portacontenedores para el puerto de Mariel, tras dejar la carga puso rumbo al puerto de Miami, donde descargó otras grúas del mismo modelo. Washington concedió un permiso especial, porque el embargo comercial aún prohíbe las rutas marítimas directas, quizá encandilado por las luces que La Habana ha emitido coqueteando con el capital extranjero.
Armengol cree que nada cambiará en la isla mientras se mantenga la misma generación en el poder. "Es una represión que no se detiene, aunque ahora prefiere lo momentáneo y pausado cuando es posible. Al impedir que la artista Tania Bruguera realizara una 'performance' en el lugar, simplemente se reafirmó una tradición que comenzó hace 56 años un primero de enero".
El presidente Raúl Castro ya lo advirtió cuando desveló el acuerdo con EEUU el 17 de diciembre: "Que nadie piense que vamos a abdicar de los principios de la Revolución". Y si había alguna duda sobre sus intenciones, se desvanecieron este fin de año cuando, en menos de 48 horas, el régimen arrestó a unas 50 personas que pretendían reunirse en la emblemática Plaza de la Revolución, según confirmó Elizardo Sánchez Santa Cruz, presidente de la ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
Un acto cultural prohibido
Los detenidos pretendían participar en una 'performance' de la artista cubana Tania Bruguera -residente en los últimos años en Nueva York-. La represión era previsible. La Plaza de la Revolución, escenario de los grandes discursos de Fidel Castro, es un símbolo del sistema y su ocupación por la oposición es vista como una especie de profanación.Aun así, los rostros más reconocidos de la oposición aceptaron el reto. Pero no alcanzaron ni a salir de sus casas. Reynaldo Escobar, esposo de la bloguera Yoani Sánchez; el organizador de Estado de Sats, Antonio Rodiles; el ex estudiante Eliécer Ávila; periodistas del portal digital 14ymedio, dirigido por Sánchez; activistas de las Damas de Blanco; escritores y periodistas independientes... no alcanzaron ni a poner un pie en la calle. Incluyendo Bruguera, arrestada en la casa que fuera de su padre, uno de los más importantes diplomáticos de la Revolución.
Los activistas más conocidos y la artista fueron liberados en cuestión de horas, pero volvieron a ser detenidos de nuevo cuando se presentaron ayer ante una comisaría para exigir la liberación de los demás. Y esta vez el asunto es más serio: a Bruguera y Rodiles, el Gobierno les ha confiscado el pasaporte, prohibido salir del país y les ha informado que van a ser llevados a los tribunales por "desorden público".
Bruguera, que lleva tres detenciones en menos de cuatro días, declaró tras ser liberada por segunda vez el jueves que si la isla comunista quiere abrirse a su vecino del norte y al mundo, "tiene que hacer muchos cambios; no puede ocupar todos los espacios públicos", según Efe.
Reformas inspiradas en Pekín
Cuando ascendió al poder en 2008, muchos pensaron que Raúl Castro iba a seguir el modelo de reformas de China, un país que ha visitado en varias ocasiones y al que ha enviado especialistas para estudiar cómo mantiene el poder político totalitario al tiempo que procede a una apertura económica. Sin embargo, las tenues reformas económicas aún no han cuajado en la isla y la incipiente clase empresarial privada cubana lucha tenazmente contra una burocracia que se resiste a despertar o aceptar una evolución. "La burocracia es el gran problema de Raúl. Muchos tienen miedo de las consecuencias y otros no se atreven. Raúl no ha logrado acabar con el temor de su propia gente", asegura a EL MUNDO el analista cubanoamericano Alejandro Armengol.China es, junto a Venezuela y Brasil, el principal socio comercial de Cuba. El país asiático ha proveído la infraestructura principal del Puerto de Mariel, una bahía al oeste de La Habana, donde el Gobierno ha depositado sus grandes esperanzas de apertura al mundo. Incluyendo Estados Unidos. Tanto es así que hace casi un año el buque chino que ha llevado a Cuba las gigantescas grúas portacontenedores para el puerto de Mariel, tras dejar la carga puso rumbo al puerto de Miami, donde descargó otras grúas del mismo modelo. Washington concedió un permiso especial, porque el embargo comercial aún prohíbe las rutas marítimas directas, quizá encandilado por las luces que La Habana ha emitido coqueteando con el capital extranjero.
Cuba no es China
Pero Cuba todavía no es China. Posiblemente porque carece de cierto refinamiento, como apunta Armengol, poniendo como ejemplo la represión a la oposición en este inicio de año. "Si es cierto que el futuro de Cuba pasa por una imitación de China y Vietnam, la Plaza de la Revolución será entonces 'una Tiananmen tropical'. Una Tiananmen como la actual en China, pero sin sangre que recordar", enfatiza el analista.Armengol cree que nada cambiará en la isla mientras se mantenga la misma generación en el poder. "Es una represión que no se detiene, aunque ahora prefiere lo momentáneo y pausado cuando es posible. Al impedir que la artista Tania Bruguera realizara una 'performance' en el lugar, simplemente se reafirmó una tradición que comenzó hace 56 años un primero de enero".
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