martes, 5 de mayo de 2015

Niños reclutados por las FARC, contagiados con el virus de papiloma humano

Niños reclutados por las FARC, contagiados con el virus de papiloma humano

  • Además de los niños recuperados por el Ejército, son muchos más los infectados

  • Según los cálculos, habría 2.000 chicos por debajo de 18 años en la banda terrorista

  • A pesar de lo que aseguró su negociador, la guerrilla no libera a los menores alistados

Un miembro de las FARC dispara cerca del cuartel de la guerrilla en...
Un miembro de las FARC dispara cerca del cuartel de la guerrilla en Caldono, en 2014 Reuters

     
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Lo que escriben con una mano, lo borran con el codo. Las FARCestán incumpliendo los compromisos que adquieren. Si en febrero pasado Iván Márquez, su jefe negociador en Cuba, aseguró que no volverían a reclutar por debajo de los 15 años y que soltarían a los que tienen en sus filas de esa edad, no solo se comprueba que siguieron incorporando pequeños, sino que han dado un paso atrás y el lunes declararon que no los dejarán ir.
Con las minas antipersona ocurre lo mismo. Mientras hablan de comenzar el desminado humanitario de la mano del Gobierno este mes, el lunes una unidad de la Sexta División del Ejército halló una caleta con minas artesanales de gran tamaño -30 x 25 cm- en la vereda los Negritos, del municipio de San Vicente del Caguán, departamento del Caquetá, al sur del país. Los artefactos tiene forma de cono para que, al estallar, vayan directos a la persona que lo pisa y le causen mayores heridas o incluso la muerte.

En cuanto a los menores de edad, la situación es de extrema gravedad. La semana pasada, en un operativo contra alias 'Porcelana', cabecilla del Frente 49, el Ejército se vio sorprendido al comprobar que uno de los grupos que les atacaba con fusiles de largo alcance estaba compuesto por niños. En lugar de responder al fuego, optaron por olvidarse de 'Porcelana', que escapaba en otro sector del área donde tenía su guarida, y hacer una maniobra envolvente para acercarse a los menores y gritarles que se entregaran.
Lograron convencerlos y descubrieron a ocho de entre 12 y 17 años, uniformados y armados hasta los dientes. Como es la norma en estos casos, desde el frente de Buenos Aires, municipio de San José de Fragua, Caquetá, los trasladaron en helicóptero a la base militar y los entregaron al ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar), responsable de su custodia y de reinsertarlos a la vida civil. Los niños y adolescentes acababan de terminar un curso de adiestramiento de dos meses, donde les enseñaron a combatir, matar y poner explosivos. El de Buenos Aires para defender a 'Porcelana' era su primer combate.
Para asombro de las autoridades, al hacerles la entrevista descubrieron que estaban contagiados del virus del papiloma humano. Según se supo, son muchos más en el Frente los infectados, incluido 'Porcelana', por lo que mantienen sexo oral y anal, creyendo de manera equivocada que eso les libra de contagios. Siguen tratamientos contra la enfermedad, aunque no parecen efectivos.Algunos menores contaron que en el Frente 49 hay guerrilleros que están tan infectados que huelen "a podrido".

Reclutados a la fuerza

En las FARC es común que las guerrilleras mantengan relaciones sexuales desde que ingresan: muchas veces son "carne fresca" para los mandos, por lo que todas toman anticonceptivos desde el primer día. Si se quedan embarazadas, son forzadas a abortar. Este diario entrevistó el año pasado a una que se acababa de desmovilizar y a la que le sacaron el bebé cuando solo le quedaban dos meses para dar a luz, y lo mataron.
'Porcelana' no es el único comandante con el virus. 'Fabián Ramírez', uno de los jefes del Caquetá más poderosos, dedicado al narcotráfico, debió ser tratado en Cuba de la misma enfermedad, a donde pueden mandarlos ahora en el marco del proceso de paz, porque no lograba superarla y ya nadie soportaba su hediondez.
Esta semana, también el Ejército ha confirmado que los Frentes 5 y 58 de las FARC se llevaron a siete menores de edad en la región de Urabá, en Antioquia, y amenazaron a sus familias si denunciaban los hechos. Los cálculos más conservadores hablan de que habría 2.000 chicos por debajo de 18 años en la banda terrorista, además de los miles de adultos que se incorporaron siendo niños.
Son distintas las fórmulas que emplean para reclutarlos entre familias de labriegos de regiones apartadas, unas forzosas -un hijo por familia en zonas de su influencia-, otras con engaños de falsas promesas de dinero y una vida fácil. Una vez dentro no pueden escapar, porque si lo intentan y los descubren, los fusilan. Incluso la mera sospecha con un comentario sobre su decepción y cansancio por la vida que llevan basta para asesinarlos tras un consejo de guerra.

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