viernes, 29 de mayo de 2015

El gesto hacia Cuba divide al exilio en Estados Unidos

El gesto hacia Cuba divide al exilio en Estados Unidos

Un exiliado cubano ondeando banderas de su país en la Pequeña...
Un exiliado cubano ondeando banderas de su país en la Pequeña Habana. AP

     
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Uno de los más sólidos tabúes del exilio radical cubano fue derribado ayer. El Departamento de Estado confirmó que la isla comunista no integra ya el listado de países patrocinadores del terrorismo.
A Juan Manuel Jiménez, un fontanero jubilado de 71 años, exiliado en el sur de Florida a mediados de la década de los años 60, la decisión no le agrada para nada. "¿Sabe usted cuántos muertos (Fidel) Castro tiene desperdigados por el mundo a cuenta de sus actividades terroristas?", pregunta el anciano sin creer todavía la noticia de la que se ha enterado a través de la radio, el medio preferido del exilio de línea dura en Miami.

Momentos antes, el locutor de la emisora Radio Mambí, con voz grave como si fuera un día de duelo, había citado el comunicado del portavoz del Departamento de Estado, Jeff Rathke, sobre la salida de Cuba del listado. "La rescisión de la designación de Cuba como un Estado Patrocinador del Terrorismo es un reflejo de nuestra evaluación de que Cuba cumple con los criterios legales para la rescisión", ha dicho el portavoz.
Para Jiménez y sus amigos exiliados, que lo escucharon en el radio del coche de uno de ellos, estacionado en el restaurante Versailles considerado cuartel general del exilio de línea dura en la Pequeña Habana, esto fue la gota que ha colmado la copa. "Obama ha traicionado nuestros muertos, nuestros héroes y todos aquellos que murieron por la causa anticomunista en Latinoamérica asesinados por los secuaces de Fidel Castro", afirma con emoción, convicción y sin que le temblara la voz.
No importa que Rathke haya precisado que Washington todavía mantiene "importantes preocupaciones y desacuerdos sobre una amplia gama de políticas y acciones de Cuba". De todos modos, enfatizó que estas preocupaciones "no forman parte de los criterios pertinentes para la rescisión de la designación de un Estado Patrocinador del Terrorismo".
"Duele y duele mucho porque ahora es más que evidente que nunca vamos a ver la democracia en nuestra patria porque este país se ha puesto al lado del tirano", agrega uno de los amigos del fontanero exiliado, Miguel Sánchez Pérez. El grupo forma una tertulia informal donde de inmediato comienza a 'conspirar' la forma como contrarrestar la decisión del presidente Barack Obama. "Vamos a llenar la Calle Ocho de exiliados, que nadie falte a la manifestación", dice uno. A lo que el siguiente contrapone: "Vamos a votar en masa para que la Hillary (Clinton) no salga presidente sino esto sigue. Hay que apoyar a Jeb Bush que nos entiende". El hermano e hijo de ex presidentes todavía no se ha postulado pero ya tiene una base de apoyo en la Pequeña Habana.

'Nos quieren gobernar la vida'

Sin embargo, no todos los cubanos piensan así. Larisa Fuentes, empleada en una farmacia, que en tiempos perteneció a Juanita, la hermana exiliada de Fidel y Raúl Castro, tiene una visión más moderada del asunto. "No creo que el régimen en Cuba vaya a cambiar con esto. Pero que los dos países finalmente se entiendan es algo que muchos cubanos estábamos esperando hace tiempo. A mi lo único que me interesa es ver a mi familia, no el comunismo. Allá (en Cuba) y aquí es lo mismo, nos quieren gobernar la vida. Eso no es democracia", ha afirmado.
Es más o menos lo que piensa Carlos Álvarez, un joven de 22 años que llegó de la isla en balsa hace cuatro meses y que se ha buscado un empleo de mesero en la Carreta, otro de los reductos anticastristas de la isla. "Esta gente está parada en el tiempo. No saben nada de cómo son las cosas allá. La gente está desesperada porque lleguen los americanos y si Obama sacó a Castro del listado terrorista es porque nos va a facilitar la vida a los cubanos", dice el joven.
El exilio cubano ha cambiado en la última década. Se ha rejuvenecido con la llegada de nuevos inmigrantes con otras ideas y prioridades. Tanto es así que por primera vez más del 50% del electorado de origen cubano ha apoyado a Obama en las últimas presidenciales. Algo impensable cuando mandaba la línea dura que, como dice con cierta ironía un encuestador privado, "se está acabando porque se están muriendo por centenares todos los días". Los tiempos son otros.

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