miércoles, 12 de noviembre de 2014

Gorbachov, Putin y la Guerra Fría

Artículo de Alexis Ortiz ... GORBACHOV, PUTIN Y LA GUERRA FRIA ...
 


Gorbachov, Putin y la Guerra Fría


          En uno de esos confusos cables de la agencia internacional de desinformaciónAssociated Press, se dice que desde la celebración del 25 aniversario del ominoso Muro del Berlín comunista, el líder soviético de la perestroika y el glásnost, Mijail Gorbachov se dolió de que las tensiones entre las grandes potencias están resucitando la Guerra Fría y, algo curioso, culpa a Occidente y en particular a los Estados Unidos, de la resurrección de ese cadáver.

          El porvenir le reconocerá al gran  Gorbachov el enorme servicio prestado al género humano, con su coraje para encabezar el desmantelamiento de la pesadilla comunista soviética. Sin dudas él es una figura histórica de  vuelo alto.
          Pero a los 83 años de su edad, esas declaraciones delatan un extravío político e intelectual. En estos tiempos el único interesado en reanimar la Guerra Fría, es precisamente el caudillo autoritario ruso Vladimir Putin. Claro que él solo no puede y por eso busca alianzas con el fundamentalismo musulmán y mandamases abusadores como el de Siria, los de la teocracia iraní y los impresentables hermanos Castro de Cuba, Lula de Brasil, la Kirchner de Argentina, Correa, Ortega, Evo Morales y los herederos del finado comediante eterno Hugo Rafael Chávez Frías.
          Putin persigue, encarcela y hasta envenena a los opositores. Se burla de los ciudadanos alternándose el mando, mediante elecciones ventajistas, con un mayordomo dócil, descara su vocación imperial Gran Rusa agrediendo a Ucrania y arrebatando a Crimea y, sin mayor logro, pretende imponerle un chantaje petrolero a las democracias europeas.
          Pero lo que ha conseguido el antiguo oficial de la policía comunista Putin con su soberbia imperialista, es lastimar gravemente la economía y la credibilidad internacional de Rusia. Valdría la pena que un hombre del prestigio mundial de Mijail Gorbachov, en lugar de denunciar a Occidente por una Guerra Fría trasnochada, se ocupara de deslindarse claramente del engreído comisario que desde el Kremlin oprime a su país y amenaza sin demasiado susto al planeta.
         

           

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Alexis Ortiz

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