jueves, 2 de julio de 2015

Activista estuvo 46 días en huelga de hambre

Activista estuvo 46 días en huelga de hambre

“Mi decisión era irrevocable: mi libertad sin condiciones o la muerte, porque yo soy inocente.”
miércoles, julio 1, 2015 | León Padrón Azcuy
yusef
Rolando Yusef (foto del autor)
LA HABANA, Cuba. -Rolando Yusef Pérez Morera es miembro del Partido Unión por Cuba libre. Activista político, tiene 37 años y reside en San Antonio de los Baños.
A partir de su detención el pasado dos de mayo de este año por parte del Departamento de la Seguridad del Estado, Pérez Morera inició una huelga de hambre que mantuvo durante 46 días y que terminó cuando fue liberado bajo fianza. Salió de la cárcel el pasado 18 de junio.
En entrevista exclusiva para CubaNet, el activista refiere haber apelado a esta forma de lucha no violenta para reivindicar el respeto a sus derechos humanos y civiles, contra las normas que le estaban aplicando los órganos represivos delgobierno.
Según relata él mismo, ya en el 2014, a fin de evitar su participación en una reunión de su Partido, había sido detenido por un agente conocido como Johan y luego enviado a un calabozo de la unidad de policía de Santiago de las Vegas
La fama de esbirro del agente que apresó a Pérez Morera ya trasciende dentro de los grupos de oposición que realizan su labor en las poblaciones al suroeste de la capital. Cuenta Rolando Yusef que la noche de su primera detención, antes de excarcelarlo, al disidente le amarraron los brazos con un cinto y, después de recibir una golpiza, fue abandonado en las inmediaciones de Melena del Sur.
Ahora, después de salir de prisión por segunda vez, y tras el ayuno que duró mes y medio -el mismo tiempo de cárcel- Rolando Yusef explica que su abogado le comunicó que jamás la mostraron la existencia de un expediente. Además, durante los 45 días de detención no le tomaron declaraciones y no conoció al instructor del caso, lo que refuerza la sospecha de que jamás hubo causa legal contra él.
El caso de Rolando Yusef se suma a la lista de los opositores que emprendieron el camino de las huelgas de hambre en reclamo de sus derechos. Como él, han estado, entre otros, el poeta disidente Pedro Luis Boitel, fallecido en una huelga de hambre que duró 53 días, así como el activista Orlando Zapata Tamayo, cuya muerte acaecida en una cárcel cubana en febrero de 2010, luego de 86 días sin comer, tuvo gran repercusión mediática, aumentando el desprestigio del gobierno de la Habana.
¿Podrías describirnos los motivos de tu primer arresto y que fue lo que sucedió?
Después de recibir aquella golpiza, yo hice la denuncia a la Fiscalía General de la República, y la única respuesta que recibí fue la represaalia de los órganos policiales del gobierno. A esto se une que, para obstaculizar la actividad paralela realizada por mi organización durante la cumbre de Panamá los días 9 y 10 de abril de este año, no me dejaron salir de mi casa. En esa misma fecha me sometieron además a un fuerte interrogatorio donde el agente Yosvany, que estaba a cargo, amenazó con desaparecerme.”
Y la anunciada amenaza se ha cumplido…
Sí. Veintiún días después de aquel evento, al anochecer del 2 de mayo iba yo camino a mi casa en San Antonio, por el frente de unos edificios del reparto donde residen varios militares. Al reconocerme éstos, la emprendieron a golpes contra mí. De inmediato fui detenido y acusado por el Jefe de la Seguridad del Estado de ese territorio, Ernesto Pérez Morales, por un supuesto atentado contra las autoridades. Esa misma noche me dejaron en un calabozo de la Unidad de la Policía de Artemisa, donde inicié la huelga de hambre.”
¿Cómo transcurrieron los primeros días de la huelga?
A los veinte días, con mi salud quebrantada, querían que yo reconociera que había cometido un delito. Me negué y declaré mi inocencia y voluntad de mantener la huelga de hambre, entonces me trasladaron hacia el Hospital Nacional y me ingresaron en la Sala de Penados del séptimo piso. Seis días después, como seguía sin ingerir alimentos, me trasladaron bajo un fuerte operativo, esposado y con cadenas, a la Unidad de la Policía de Artemisa, y de ahí en una patrulla hacia la prisión de Taco-taco. Allí, forzosamente, me raparon la cabeza, me vistieron de preso, y me recluyeron en una celda oscura y húmeda, llena de mosquitos.”
“Pero para mi sorpresa, a la mañana siguiente me dieron la ropa de civil, y fui conducido al Técnico de San Cristóbal, donde me recibió una psicóloga capitana del MININT, quien me propuso cesar en mi huelga de hambre. Yo me planté con estas palabras: Libertad, o Muerte.”
Según tus propias palabras, la policía política te propuso acuerdos que tú consideraste indecorosos. ¿Podrías resumir cómo aconteció tu liberación?
En varias ocasiones, insistieron para que yo reconociera el supuesto delito del que me acusaban, me ofrecieron comida caliente y mandarme a casa hasta el día del juicio; pero mi decisión era irrevocable: mi libertad sin condiciones o la muerte, porque yo soy inocente.”

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