“En Venezuela se trató de banalizar la huelga de hambre”
El concejal Alfredo Jimeno formó parte del batallón de huelguistas que reclamaron la realización de elecciones parlamentarias, así como la observación de organismos internacionales y la liberación de presos políticos
EN RECLAMO DE ELECCIONES
JOSÉ PERNALETE
jpernalete@diariolasamericas.com
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El continuo anuncio de huelga de hambre de dirigentes opositores al Gobierno de Nicolás Maduro, que se extendió más allá de las fronteras de Venezuela, representó una desventaja para algunos manifestantes que sintieron la tendencia de banalizar esta tipo de protesta ante la opinión pública y el oficialismo.
Uno de los líderes que asumió el compromiso de no ingerir alimentos fue el concejal del municipio capitalino Chacao, Alfredo Jimeno. El funcionario se unió a otros oficiales electos municipales para protagonizar una huelga de hambre frente a las puertas del Consejo Nacional Electoral (CNE), que se prolongó por 12 días, para reclamar la realización de elecciones parlamentarias, así como la observación de organismos internacionales y la liberación de presos políticos.
Alfredo Jimeno durante la entrevista con DIARIO LAS AMERICAS. (ÁLVARO MATA)
“Parecía que la huelga de hambre se había desvirtuado y nos planteamos visibilizar lo que estaban padeciendo el dirigente de Voluntad Popular, Leopoldo López y el ex alcalde de San Cristóbal, Daniel Ceballos”, explicó Jimeno a DIARIO LAS AMÉRICAS.
Luego comentó que la idea era que “pudiésemos darnos cuenta del deterioro que provoca esta manifestación”.
“No quisimos convertirnos en una cifra más, y no es que nosotros hayamos hecho un esfuerzo mayor que el resto, hubo huelgas similares que no fueron cubiertas por la prensa @, acentuó.
Además recordó que a mediados de junio se dirigieron a la sede del CNE, junto a otras autoridades electas, para exigirle al poder electoral una fecha para los comicios parlamentarios.
“La idea era quedarnos al frente de la sede del CNE, pero nos sacaron a patadas […] Después nos movilizamos hacia la plaza José Martí, el lugar donde Leopoldo López dio la cara antes de entregarse, pero debimos retirarnos por problemas de logística y fue cuando decidimos instalarnos en la plaza Bolívar de Chacao”, dijo.
La decisión de asumir un ayuno prolongado fue una dura prueba de resistencia y compromiso hacia el objetivo de la reivindicación democrática. “Las primeras 48 horas sin comer fueron muy duras pero a partir del tercer día comienzas a dejar de sentir apetito. Es algo inexplicable. Nos manteníamos hidratados con suero fisiológico y agua de coco. Obviamente nos cansábamos muy rápido y teníamos mucho sueño,” apuntó.
Sin embargo, a pesar del desgaste físico mantuvieron una actitud activa y acudieron al CNE cada días para reclamar la deseada fecha para las elecciones.
Si la prolongación de una huelga de hambre resulta dificultosa, difícil es también retomar los hábitos alimentarios, tras los daños ocasionados al sistema digestivo.
Por eso y bajo recomendación de los médicos “empecé a tomar sopas, papillas y gelatinas, nada de lácteos por el problema de enzimas que se genera. Además, presenté una infección en la orina y debí tomar antibióticos”.
Un gran objetivo
Jimeno no duda en afirmar que la huelga de hambre colectiva alcanzó importantes objetivos. “La suma de los esfuerzos de todos los huelguistas en distintos lugares del país y fuera de Venezuela hizo al Gobierno de Venezuela sentir la presión necesaria para que anunciara la esperada fecha. Muchos creían que sólo anunciarían la fecha después de las elecciones del Partido Socialista Unido de Venezuela (que gobierna el país), Incluso Henrique Capriles decía que era para finales de septiembre”, declaró.
En una de las reiteradas visitas al CNE, los manifestantes lograron sostener un encuentro con el rector Luis Emilio Rondón.
Miembros de la Policía y de la Guardia Nacional Bolivariana expulsan a los huelguistas. (CORTESÍA)
“Para nosotros esto fue una victoria, porque nos dijo ese día que pronto anunciarían la fecha de las elecciones y que nuestro petitorio era justo. Esto nos abrió las puertas de la esperanza del cambio”, indicó.
Esta protesta también representó un punto de honor para la oposición venezolana, cuando recuperó una herramienta de lucha pacífica de la que muchos desestimaban su poder.
De hecho, Jimeno recordó “mucha gente, incluso de la oposición, banalizaron la huelga de hambre y la desvirtuaron. Creo que eso cambió.
La memoria de Franklin Brito se reivindicó y no el motivo de su lucha, sino el método de lucha porque luego de su muerte todos pensaron que este gobierno podría dejar morir a cualquiera”.
El concejal caraqueño insistió en que esta protesta sólo honró uno de los objetivos contemplados en el petitorio. Que aún falta la observación calificada internacional y que “no puede haber elecciones con presos políticos”.
Recientemente, la oposición presentó una lista de los 75 presos políticos de Venezuela, solicitando su libertad o medidas humanitarias por afecciones de salud y deterioro físico.
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