Unos van por insumos para el sector privado y regresan a Cuba, como reporta el diario local Stabroek News. De otros, las autoridades guyanesas no vuelven a saber...
El diario guyanés Stabroek News revela que unos 3.000 cubanos están llegando cada mes a Georgetown, la capital, a fin de comprar mercancías e insumos al por mayor para el sector privado de la isla.
El cálculo se debe a Gerry Gouveia, ejecutivo principal de la compañía guyanesa de vuelos chárter Roraima Airways, quien consiguió el año pasado acuerdos con las autoridades cubanas y la aerolínea hondureña Easy Sky para operar vuelos diarios entre Georgetown y la capital cubana.
Gouveia vio una oportunidad de negocios, que de paso beneficiaría a su país, en propiciar al sector privado cubano una vía para adquirir en Guyana insumos al por mayor, aprovechando la circunstancia de que no existen o son insuficientes en Cuba los mercados mayoristas. Gran parte de estos bienes que adquieren los cubanos señala el periódico, son previamente importados a Guyana.
El ejecutivo calculó las compras de los visitantes cubanos en unos 150 millones de dólares anuales, una cifra significativa para el sector comercial guyanés que sobrevive en una economía morosa. Laoportunidad habría motivado a la Comisión para el Sector Privado de Guyana a planear un viaje a La Habana este año, a fin de crear un consejo bilateral para el desarrollo de negocios con participacion tanto de los gobiernos como de los empresarios.
En vista de la crisis que se generó en Costa Rica con miles de isleños cuando Nicaragua les cerró su frontera a mediados de noviembre de 2015, Ecuador reimpuso días después el requisito de visa para los cubanos, y dejó de ser así la primera escala del azaroso éxodo que se venía produciendo hacia la frontera entre México y EE.UU.
La pequeña ex colonia británica, adonde los cubanos pueden llegar sin visa para una estancia de hasta 90 días, se convirtió entonces en un punto alternativo de entrada al subcontinente desde donde podían seguir camino de manera irregular hacia Panamá, a través de Venezuela o Brasil, y finalmente Colombia.
En diciembre pasado, alrededor de unos 20 cubanos fueron retenidos en el aeropuerto Cheddi Jagan de Georgetown. Según un video subido a las redes sociales por uno de los miembros del grupo, ellos viajaron a Guyana con todos sus documentos en regla para comprar mercancías y regresar a Cuba, pero las autoridades aduaneras les decomisaron sus pasaportes, sospechando que querían utilizar al país como puente para cruzar ilegalmente otras fronteras rumbo a Estados Unidos.
Otros han sido expulsados del país como parte de masivas deportaciones. Pero cientos han iniciado allí la azarosa travesía, incluso algunos de los que quedaron varados junto a la frontera sur de EE.UU. después que el ex presidente Obama pusiera fin el 12 de enero a la política de pies secos-pies mojados que permitió la entrada de más de 100.000 cubanos indocumentados en los tres últimos años.
Mientras esperaba por un gesto del nuevo presidente Trump del lado mexicano del límite, junto con decenas de compatriotas, la dermatóloga cubana Kenia Torres reveló que había viajado durante dos meses, tras empezar en Guyana, tan solo para llegar a la frontera con Estados Unidos.
El cálculo se debe a Gerry Gouveia, ejecutivo principal de la compañía guyanesa de vuelos chárter Roraima Airways, quien consiguió el año pasado acuerdos con las autoridades cubanas y la aerolínea hondureña Easy Sky para operar vuelos diarios entre Georgetown y la capital cubana.
Gouveia vio una oportunidad de negocios, que de paso beneficiaría a su país, en propiciar al sector privado cubano una vía para adquirir en Guyana insumos al por mayor, aprovechando la circunstancia de que no existen o son insuficientes en Cuba los mercados mayoristas. Gran parte de estos bienes que adquieren los cubanos señala el periódico, son previamente importados a Guyana.
El ejecutivo calculó las compras de los visitantes cubanos en unos 150 millones de dólares anuales, una cifra significativa para el sector comercial guyanés que sobrevive en una economía morosa. Laoportunidad habría motivado a la Comisión para el Sector Privado de Guyana a planear un viaje a La Habana este año, a fin de crear un consejo bilateral para el desarrollo de negocios con participacion tanto de los gobiernos como de los empresarios.
Ir por lana y salir... para otro lado
En su información, el Stabroek News pasa por alto que el número relativamente alto de cubanos que llegan a Guyana no sólo va con el propósito de comprar mercancías y volver a Cuba.En vista de la crisis que se generó en Costa Rica con miles de isleños cuando Nicaragua les cerró su frontera a mediados de noviembre de 2015, Ecuador reimpuso días después el requisito de visa para los cubanos, y dejó de ser así la primera escala del azaroso éxodo que se venía produciendo hacia la frontera entre México y EE.UU.
La pequeña ex colonia británica, adonde los cubanos pueden llegar sin visa para una estancia de hasta 90 días, se convirtió entonces en un punto alternativo de entrada al subcontinente desde donde podían seguir camino de manera irregular hacia Panamá, a través de Venezuela o Brasil, y finalmente Colombia.
En diciembre pasado, alrededor de unos 20 cubanos fueron retenidos en el aeropuerto Cheddi Jagan de Georgetown. Según un video subido a las redes sociales por uno de los miembros del grupo, ellos viajaron a Guyana con todos sus documentos en regla para comprar mercancías y regresar a Cuba, pero las autoridades aduaneras les decomisaron sus pasaportes, sospechando que querían utilizar al país como puente para cruzar ilegalmente otras fronteras rumbo a Estados Unidos.
Otros han sido expulsados del país como parte de masivas deportaciones. Pero cientos han iniciado allí la azarosa travesía, incluso algunos de los que quedaron varados junto a la frontera sur de EE.UU. después que el ex presidente Obama pusiera fin el 12 de enero a la política de pies secos-pies mojados que permitió la entrada de más de 100.000 cubanos indocumentados en los tres últimos años.
Mientras esperaba por un gesto del nuevo presidente Trump del lado mexicano del límite, junto con decenas de compatriotas, la dermatóloga cubana Kenia Torres reveló que había viajado durante dos meses, tras empezar en Guyana, tan solo para llegar a la frontera con Estados Unidos.
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