Sin advertencia previa, elementos de la policía e inspectores de la Oficina de Administración Tributaria (ONAT) han efectuado operativos conjuntos centrados exclusivamente en "el decomiso de las mercancías a pesar de que los cuentapropistas mostraban sus licencias", confirma Leticia Jiménez, vecina de la calle Compostela.
"No bastaron las protestas de vecinos y de personas que en esos momentos estaban comprando sus productos. Les decomisaron toda la mercancía y les advirtieron que ya no podían vender ni transitar en sus carromatos por toda la zona del casco histórico y alrededores", agrega.
Orlandito, uno de los carretilleros afectados en esta zona, denunció que estos operativos solo tienen una única intención: "crear el desempleo y propiciar la ilegalidad".
"Es inexplicable que a pesar de mostrar mi licencia y todo mi papeleo en orden, me decomisaran una mercancía en la que tenía invertido miles de pesos", confiesa. "Uno de los inspectores, al mostrarle mis papeles, me dijo que eso no le servía de nada, que estaba cometiendo una ilegalidad y que por tanto se procedía con la aplicación de la ley. Pero yo sí voy a seguir vendiendo en esta zona porque los frijoles de mis negritos no me los quita nadie".
"Nunca nos dijeron en qué consistía la ilegalidad", comenta Amado. "Como mínimo tenían primero que haber hecho una advertencia, en caso de que realmente haya existido alguna ilegalidad. Incluso, semanas antes se habían hecho reuniones con la ONAT y jamás dijeron allí nada de los carretilleros que no fuese la cantaleta de siempre sobre los precios".
Aunque esta vez no les impusieron multas, los carretilleros fueron amenazados con retirarles sus licencias.
Fuentes de la ONAT provincial confirmaron que, efectivamente, se había indicado "desde el nivel nacional" que no se otorgarían más licencias de vendedores de productos agrícolas.
Los bicitaxistas de la piquera ubicada en Monte y Factoría no quisieron hacer ninguna declaración sobre las nuevas restricciones y el recrudecimiento del asedio de elementos de la policía sobre ellos en busca de "una tajada".
"Así nunca va a cambiar nada en este país… por el silencio de los corderos", sostiene Manuel, bicitaxista de la piquera en Egido. "Lo único que logran con el silencio es seguir alimentando el soborno de policías e inspectores, a quienes ya ni les importa si tienes o no licencia… te aplican la mecánica igual. Casi estamos trabajando para mantenerlos".
Alain, de la piquera ubicada en los alrededores de calle Bernaza, explica que cada vez son menos las calles por las que pueden operar los bicitaxistas, y que cada policía o inspectores "traza los límites a su conveniencia".
"Lo de ayer fue ayer; hoy no se puede por aquí; mañana no se podrá por allá... Por ese camino vamos a terminar manejando helicópteros y la gente sudando la gota gorda porque el servicio del bicitaxi no puede ir más allá de los límites que se le ocurra a un papayú. Yo me niego a seguir sobornando a los que cogen sombra", decide.
Oro a precio de cobre
Trabajadores privados en Bejucal y Quivicán, provincia Mayabeque, coinciden en que el discurso oficial en varias reuniones presididas por funcionarios provinciales de la Administración Tributaria y el Partido en esos territorios "fue diferente, pero igual de hipócrita".
"Casi que nos defienden, cosa muy rara", comenta uno de esos trabajadores. "Incluso anunciaron que estaban haciendo un llamado a la policía y a los inspectores para que no exigieran, a los cuentapropistas, determinadas documentaciones que la propia ONAT no nos proporciona".
Al mismo tiempo que se celebraban esas reuniones, donde el Partido y la ONAT solicitaban "flexibilidad con los cuentapropistas", puertas afuera "el gardeo con los carretilleros estaba en su pleno apogeo".
Confirman además que la medida qué aplicó la ONAT de suspender el otorgamiento de licencias para vendedor de productos agrícolas es a nivel nacional.
"Si entregas la licencia o esta se te pierde, no te darán otra. Si tenías ayudante, automáticamente este también quedaría sin trabajo y sin la alternativa de poder sacar una suya como titular. Pero este tema es viejo, y viene caminando desde el explote en El Trigal", dice uno de ellos refiriéndose al mercado mayorista clausurado.
Usualmente, los carretilleros son asediados por las autoridades de la ONAT con la justificación del alto precio de los productos que venden.
Al respecto, Arielito, carretillero de Bejucal, cuestiona que "si el Estado no abastece los mercados estatales, cualquiera que sea la razón, y, encima, lo que oferta no tiene calidad, por qué entonces quienes ofertamos un mejor producto tenemos que ajustarnos al precio que digan".
Y remata: "Es como obligar a un joyero a que venda oro a precio de cobre".
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