martes, 18 de octubre de 2016

Zika y dengue, sospechosos habituales en Santiago de Cuba

Zika y dengue, sospechosos habituales en Santiago de Cuba


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Trabajador de la campaña antivectorial. (SIERRA MAESTRA)
Hoja de ingreso de una niña de cinco años por sospecha de zika. (M. BETANZOS)
Durante el mes de septiembre y en lo que va de octubre el Ministerio de Salud Pública ha extremado las medidas en la ciudad de Santiago de Cuba para combatir los mosquitos que transmiten el dengue y el zika. La alarma de las autoridades es evidente. En algunas áreas se pesquisan diariamente las viviendas en busca de personas con algún tipo de síntoma y se mide la temperatura a cada habitante presente. Además, se ha retomado el plan semanal de fumigaciones, que se realizan casa a casa; en las calles, con carros, y desde el aire, con avionetas.

El principal medio de prensa de la provincia, el semanario Sierra Maestra, exhorta en cada edición a mantener las medidas de higiene, denuncia los frecuentes vertederos aparecidos en la ciudad, pondera la labor de los operarios de la "lucha antivectorial" y entrevista a médicos que detallan las sintomatologías del zika y el dengue. Pero no da cifras de enfermos ni de ingresados. No hay un reconocimiento oficial de la presencia de las enfermedades en el territorio.
Las historias se conocen por los enfermos o sus familiares. Los casos sospechosos los concentran en el Hospital Ambrosio Grillo, la antigua escuela de trabajadores sociales y el campamento de pioneros de la Granjita Siboney. Los niños son enviados al Hospital Infantil Sur, conocido como "La Colonia".
María Caridad Cuevas tiene cinco años, estuvo ingresada en La Colonia durante siete días. Su madre dice que se le llenó el cuerpo de rash (erupción en la piel). "Me dijeron que era zika, pero en el certificado dice 'sospecha'. Nunca me han dicho el resultado de los análisis".
Al padre de Surinay, de 35 años, le salió un rash en la piel. En la consulta le diagnosticaron "sospecha de dengue". Al estar embarazada de cuatro meses y convivir con él, a ella la ingresaron para practicarle exámenes preventivos. Finalmente también presentó síntomas y su gestación fue interrumpida. Está devastada, lleva años perdiendo embarazos y no consigue tener su primer hijo.
La doctora Yasnelis Salas, convaleciente de zika, estuvo siete días en el Hospital Juan Bruno Zayas, donde ingresan a embarazadas. La ubicaron allí por haber dado a luz recientemente. Asegura que en el lugar vio varios casos. "Se diagnostican como 'sospecha' de zika o dengue porque el análisis de orina demora seis días y el de sangre 21. Esas muestra van a La Habana, por lo que la mayoría de los dados de alta salen solo con un diagnóstico de 'sospechosos'".
Su caso, afirma, fue zika, pues se lo confirmaron en su área de salud.
Otra doctora de un consultorio médico, quien pidió anonimato, no entiende "por qué no declaran la ciudad en cuarentena".
"Hay mucho más zika que dengue", dice la doctora. "Están ingresando a las embarazadas del primer y segundo trimestre para prevenir las malformaciones que puede producir la enfermedad. Todos los días al terminar en el consultorio tenemos que acudir al puesto de mando del policlínico, es obligatorio hacer una evaluación de los casos reportados", añade.
Las consecuencias por no ingresar en caso de ser "sospechoso" son severas. La activista Doraisa Correoso Pozo está acusada de "propagación de enfermedades epidémicas" y fue a juicio el 21 de septiembre. El proceso se postergó a causa de la no comparecencia de los médicos citados por la Fiscalía.
Correoso dice que, al sentir malestares, acudió al policlínico 20 de Noviembre y la urgieron a ingresar en el Hospital Ambrosio Grillo, pero trabajadoes de ese centro le aseguraron que estaba atestado de pacientes.
"Decidí irme para mi casa. Ya tuve la experiencia del año pasado cuando, enferma de dengue, estuve durmiendo tres días en una silla en ese hospital con mi ventilador, mi cubo y mi mochila, por falta de camas", explica.
Al día siguiente, dice Correoso, se presentó la Policía en su casa con un epidemiólogo y la condujeron a la unidad conocida como "La Motorizada", donde fue acusada.
Correoso fue enviada a la Granjita Siboney con una advertencia en su certificado que decía "fuga", escrita por el epidemiólogo.
Tras recibir el alta, la Policía le informó que debía contratar un abogado, aunque no iría presa, solo le pondrían una multa.
Correoso espera el nuevo juicio. Dice que no va a contratar ningún abogado: "Al final voy a ser declarada culpable porque ya la sentencia está dictada".
Zika, dengue o ambas, nadie lo aclara con precisión. Pero parece claro que Santiago de Cuba atraviesa una situación crítica.

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