RECONSIDERAR LA
LUCHA.
Por: Ariel Clavijo
Todavía están por
descifrar los verdaderos intereses del Presidente de los Estados Unidos de
América en brindar en bandeja de plata los beneficios que le fueron vedados a
la tiranía de los hermanos Castro por 57 años consecutivos. Lo cierto es, que
la salida de Barack Obama de la Casa Blanca no ofrece un panorama muy halagador
al sufrido pueblo de Cuba que se ve amenazado por la permanencia de una
dinastía que se desconoce su duración y las consecuencias que esta traería para
la democracia en el continente. El pueblo cubano se encuentra acorralado
entre la política sumisa del Presidente
Obama y en continuismo de esta política de salir electa la señora Hillary
Clinton, aunque también es digno de pensar muy detenidamente sobre las
declaraciones del magnate inmobiliario Donald Trump en sus reiteradas visitas
al estado de la Florida.
La política a
desarrollar en contra de los hermanos Castro ha sido tema polémico de muchos
aspirantes a la presidencia de los Estados Unidos por muchos años, con las
reiteradas consecuencias de no haberse hecho nada para darle la libertad al
sufrido pueblo cubano. El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre
ambos países fue el pre-ambulo de una serie de concesiones a la tiranía por
parte de su vecino y archí enemigo político Estados Unidos y podemos citar el
cambio y aprobación de los diferentes países del área a favor de la suspensión
del llamado bloqueo a la isla. Los argumentos esgrimidos por la tiranía con
respecto al bloqueo, seguido por la política de chantaje hacia los países
latinos, las falsas promesas de cooperación por parte de los componentes de los
países del clan Socialismo del siglo XXI, han logrado socavar el sentido
solidario de aquellos países que se consideraban promotores y protectores y
defensores de la Democracia en Latinoamérica.
Mientras tanto el
pueblo cubano sigue observando
apaciblemente como se le cierran cada día más las puertas hacia la conquista de
la deseada libertad y el establecimiento del Estado de Derecho en la isla
esclava. Nos encontramos frente a una oposición interna que se ha mostrado
incapaz de llevar un mensaje claro al pueblo de Cuba y vemos como se abre
camino al protagonismo y al caudillismo dentro de las filas opositoras. Esto se
está apoderando de las fuerzas vivas y hasta el momento has sido incapaces de
retomar el verdadero camino que se encuentra en la unidad de esas fuerzas vivas
y de todos aquellos que verdaderamente desean la libertad de la patria de
Martí.
La mayoría de los líderes
opositores solo tienen ante sí el presente, salir a las calles a recibir
golpes, ser arrestados y sancionados por diferentes causas, pero no muchos han
dedicado el tiempo a buscar soluciones verdaderamente inteligentes para el
futuro de la isla y labrar el futuro político y constitucional que debe seguir
todo sistema Democrático dentro de un Estado de Derecho que le permita a todos
y cada uno de sus ciudadanos vivir en paz y tranquilidad.
La oposición debe
buscar una reconsideración y buscar una posición común y esa posición común es
buscar una forma inteligente de lucha que dé al traste con el tirano que nos
oprime. Recibir golpes para llamar la atención de los sectores políticos e
informativos del exterior; no es una política para derrocar al tirano. Venir a
participar en foros internacionales hasta ahora solo ha servido para dar
créditos a aquellos políticos que juegan con el dolor del pueblo cubano para
lograr sus propósitos propagandísticos y sociales frente a grupos
inescrupulosos que en definitiva no resuelven nada y no se conmueven con el
sufrimiento de un pueblo que sufre los rigores de una tiranía cruel y asesina.
Tendríamos que
comenzar por respetar nuestros valores y nuestros símbolos patrios, nuestra
familia, nuestros mártires y todo aquellos que nos relacionen como un factor
común y comencemos a trabajar. Acercarse a otros líderes y hablar sobre la
situación de la Patria no es una traición, no se hace dejación de la lucha, por
lo contrario, nos une en una lucha común contra un enemigo común. Muchos de los
cubanos, y sobre todo los de nuevas generaciones y aquellos que por
conveniencia propia quieren desconocer esos símbolos y aquellos, que nacidos
dentro del sistema tiránico han sido indoctrinados a desconocer esos valores,
están obligados a documentarse sobre la existencia de esos valores y esos
símbolos patrios por los que nuestros mártires ofrecieron sus vidas al altar de
la Patria.
Nuestros símbolos
están presentes en cada una de las actividades diarias y no pueden ser
desconocidos. Existen tres símbolos que la tiranía mancilla día por día y son
el Himno Nacional, la Bandera y el Escudo y el cuarto símbolo Nacional es la
Carta Magna de la Republica o sea, nuestra Constitución. Con esta introducción
daremos paso a analizar de qué forma se violan estos sagrados símbolos patrios
y como debemos defenderlos y pensar en ellos como la única forma de la
incorporación al Sistema de Derechos dentro de un Sistema Democrático que
solamente lo garantiza el reconocimiento de la Constitución del 1940.
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