La frase 'espanta demonios' que Raúl Castro nunca pronunció
Decía la frase en los carteles: "Quienes apuestan por demonizar, criminalizar y enjuiciar a los trabajadores por cuenta propia escogieron un camino que, además de mezquino, es risible, por insostenible. Cuba cuenta con ellos como uno de los motores del desarrollo futuro, y su presencia en el paisaje urbano inequívocamente llegó para quedarse".
En realidad el fragmento era parte del artículo "Paisaje urbano y desafíos futuros", del periodista oficialista Félix López, publicado en Granma el 23 de septiembre de 2011.
"Recuerdo que fue un vecino quien me dijo que la frase fue pronunciada por Raúl en un discurso. De inmediato la colgué en mi cafetería, en principio para espantar a los inspectores de la ONAT que suelen ser muy impertinentes", dice Migdalia.
"Pero creo que esas palabras, ya no importa quién las haya expresado, están siendo traicionadas por las acciones que se están implementando contra los cuentapropistas. En el noticiero (de televisión) del día 19 se dijo que estábamos comprando, ilegalmente, materia prima que el Estado nos garantizaba. Eso es mentira, el Estado lo único que garantiza es una horda de inspectores y de medidas burocráticas que se burlan de frases como esas".
Como muchos trabajadores del sector privado, Armando también supuso que la frase fue expresada por el general en su discurso del 18 de diciembre de 2010 en el Palacio de Convenciones.
"Como en ese discurso habló tan bien de los cuentapropistas…", recuerda. "Vi la frase colgada en una cafetería del Vedado y le pedí a un diseñador que me hiciera un cuadro. Par de meses atrás me encabroné y lo boté, porque ya no sentía que aquellas palabras protegieran mi panadería-dulcería", añade.
"Me empezaron a asediar exigiéndome los papeles de los efectos electrodomésticos, la nevera y el horno. Y también a preguntarme dónde compraba la harina y la grasa, como si el Estado tuviera un lugar para vendérnoslas a mejores precios que la TRD (Tiendas Recaudadoras de Divisas)", explica. "Sí, siento que actualmente tanto esa frase, dicha por él o no, como los cuentapropistas estamos siendo traicionados".
Para Lázaro Raúl, trabajador de la recién clausurada cafetería El Renacer, "la frase no estaba mal, pero todo indica que policías e inspectores no saben leer e interpretar".
"Me la dio un amigo asegurando que la había dicho Raúl y creí adecuado colgarla como 'protección' para el negocio, pero en vano. Es demasiada la burocracia y la ignorancia, y muy pocas las garantías para los emprendedores. Tuve incluso la esperanza de que mi caso fuese algo aislado, pero veo que la cosa es contra todos los cuentapropista en el país. Parece que una frase no alcanza o que esta se puso vieja".
¿No habrá retrocesos?
Las palabras que sí dijo el general, en la clausura del sexto período ordinario de sesiones de la séptima legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, no contradicen las que le atribuyeron los emprendedores privados: "Si el ejercicio del trabajo por cuenta propia constituye una alternativa más de empleo (…) lo que corresponde hacer al Partido y al Gobierno en primer lugar es facilitar su gestión y no generar estigmas ni prejuicios hacia ellos, ni mucho menos demonizarlos, y para eso es fundamental modificar la apreciación negativa existente en no pocos de nosotros hacia esta forma de trabajo privado".
En aquel mismo discurso, Raúl Castro aseguró: "Los pasos que hemos venido dando y daremos en la ampliación y flexibilización del trabajo por cuenta propia, son el fruto de profundas meditaciones y análisis y podemos asegurar que esta vez no habrá retroceso".
Pero el cierre forzoso de restaurantes como Sangri-La, en 42 y 21; Manzana, en La Habana Vieja, y El Sarao, en 17 y E, así como las advertencias televisadas y las restricciones a panaderías-dulcerías, bicitaxistas, dueños de alojamientos para extranjeros y otras actividades del sector privado, "sí representan un total retroceso en las políticas hacia el cuentapropismo", opina Marianela, dueña de una peluquería.
"No valdría la peña rectificar y colgar sus verdaderas palabras, porque al final expresaban lo mismo y el resultado, como ves, es un retroceso", dice. "En mi caso, nunca tuve colgada la frase y me alegro. Siempre hemos sido demonizados y el Gobierno es culpable de eso. Ahora muchos negocios son acusados de propiciar drogas y prostitución… ¿Si eso no es ponernos al pueblo en contra, qué cosa es?".
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