La Seguridad del Estado dice a Dagoberto Valdés que desde ahora su vida será 'muy difícil'
Valdés dijo que fue citado este jueves a la sede del Departamento Técnico de Investigaciones Criminales en San Juan, Pinar del Río, donde el teniente coronel Osvaldo Labrador y un mayor que se identificó como Joaquín lo condujeron "a un cuarto de interrogatorio en el que fue filmada toda la conversación".
El teniente coronel Labrador "dijo que esta era una advertencia oficial ante la posibilidad de cometer delitos contra la Seguridad del Estado tipificados en el Código Penal del que leyó algunas partes", relató Valdés.
"Me dijo que en todos estos años yo me había mantenido como en el filo de una navaja entre ser un laico de la Iglesia y ser un contrarrevolucionario. Y que a partir de hoy mi vida sería muy difícil. Todo esto en un clima severo y respetuoso. No hubo maltratos físicos", añadió.
El mayor Joaquín apuntó "que tenían en su poder material ocupado a alguien que lo había sustraído de mi ordenador personal en mi casa hace unos años, en el que aparecía mi diario personal y otros informes de proyectos de apoyo a Convivencia, y que recibía dinero de los Estados Unidos. Le contesté que no hemos recibido nunca financiamiento del Gobierno de Estados Unidos", señaló Valdés.
La obtención ilegal de información a través del robo, la intercepción de comunicaciones, la violación de la correspondencia y otros métodos, es una práctica habitual del régimen contra sus críticos.
Según Valdés, el mayor Joaquín le dijo al menos cuatro veces "que la Revolución no ganaba nada procesando y enjuiciando" al laico. "Que por esto era la advertencia para que yo evaluara y rectificara".
"Aseguré que Convivencia es y será un proyecto cívico y que todo lo que hacemos es para bien de nuestra patria", indicó Valdés.
Agregó que preguntó qué significaba que a partir ahora su vida sería difícil. El teniente coronel Labrador "me explicó que eso sería en caso de que cometiera uno de los delitos advertidos".
Valdés dijo que los oficiales le levantaron un "acta de advertencia" e hicieron que se le tomaran "huellas digitales y palmares, la huella de olor en la pelvis y fotos de frente y de perfil".
La "cita", dijo el laico, duró cerca de dos horas y 15 minutos.
Valdés dijo que pone su vida en manos de Dios. "No tengo ninguna duda de que lo que he hecho es precisamente por ser un hombre de Iglesia, un laico católico. Ofrezco a Dios todo por el bien de Cuba, de su Iglesia y de Convivencia", añadió.
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