Gobierno y opositores sostienen un primer encuentro para intentar solucionar la crisis
Maduro, miembros de su partido y cinco representantes de la coalición opositora se reunieron en un museo al oeste de la capital, en lo que algunos de sus adversarios temen sea una táctica para ganar tiempo, en medio de la profunda crisis política y económica del país
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La cita se produce en momentos en que la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha intensificado las protestas callejeras después de que las autoridades suspendieran hasta nuevo aviso el proceso para convocar un referéndum en contra de Maduro este año.
"Todos estamos convencidos de que lo que estamos enfrentando aquí es un rotundo desafío", dijo Claudio Maria Celli, jefe de comunicación del Vaticano, uno de los mediadores del acercamiento.
"Pido en nombre del papa Francisco que se llegue a concordar algunos gestos concretos. El país está esperando señales auténticas para comprender que el diálogo es una realidad", agregó.
Representantes del bloque regional UNASUR, y tres exjefes de Estado de España, Panamá y República Dominicana también asistieron a la reunión, como promotores de las conversaciones.
"Yo asumo el compromiso más profundo con este proceso de diálogo que arranca el día de hoy", afirmó el presidente, Nicolás Maduro, poco antes de retirarse del lugar, para dar paso a las deliberaciones entre las partes.
Pero el posible inicio del diálogo sacó a la luz las divisiones en el seno de la oposición. Voluntad Popular, uno de los partidos de la coalición opositora, no aceptó participar el domingo en el arranque de la discusión con el Gobierno, informó el grupo político en un comunicado.
El secretario general de la MUD, Jesús Torrealba, y los líderes políticos opositores Carlos Ocariz, Timoteo Zambrano, Luis Aquiles Moreno y Henry Falcón asistieron en nombre del resto de los partidos adversarios del Gobierno.
"(Vamos a) exigir el fin de la represión y la persecución contra los demócratas y el pueblo", informó la MUD en un comunicado difundido previo al encuentro.
La coalición aclaró que la reunión forma parte de la ronda exploratoria y no es el inicio formal del diálogo con el Gobierno, y advirtió que se levantarán de la mesa "en caso de no ser resueltas las demandas en el corto plazo".
Los opositores responsabilizan a Maduro por la recesión económica y por la inflación que se vive en la nación petrolera —la más alta del mundo—, cuyos ingresos se han visto afectados por la caída de los precios del crudo.
El presidente acusa a empresarios y partidos opositores de promover una supuesta guerra económica para desestabilizar su Gobierno y desconoce a la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, una decisión que respalda el máximo tribunal del país, que nunca falla contra Maduro.
La delegación opositora presentó sus demandas, como una la salida constitucional, electoral y democrática, y que se respete al Parlamento.
Torrealba dijo que la MUD planteó en la mesa "el rescate del referendo revocatorio" contra Maduro o que se discuta "el adelanto de elecciones presidenciales", reportó la AFP. También pidió, como "gesto concreto", la liberación de presos políticos.
La suspensión del proceso para ir a un referéndum dejó mínimas posibilidades a la oposición de realizar una consulta electoral este año y poder celebrar nuevas elecciones, por lo que decidió abrir un juicio político a Maduro en el Parlamento.
El encuentro "se produce en un marco de escepticismo y desconfianza", advirtió en su blog el portavoz de la MUD, Jesús Torrealba, a primeras horas del domingo.
Tras la reunión, el representante del Vaticano dijo que las partes identificaron temas para trabajar en mesas separadas.
Una de las mesas, según Claudio Maria Celli, estará dedicada a la paz, respeto al Estado de Derecho y a la soberanía; otra discutirá sobre verdad, justicia, derechos humanos, reparación de víctimas y reconciliación.
La tercera tendrá a su cargo lo económico y social, para encarar la severa crisis económica que genera escasez de alimentos y medicinas, y la cuarta la generación de confianza y calendario electoral.
Las partes convinieron volver a encontrarse el próximo 11 de noviembre en Caracas.
"Con el propósito de mantener y preservar un ambiente de paz y de concordia, el Gobierno y la oposición se comprometieron a disminuir el tono de agresividad del lenguaje utilizado en el debate político", dijo Celli.
Jesús Torrealba advirtió, no obstante, que la oposición mantendrá su estrategia contra el Gobierno, que combina protestas de calle y la declaratoria de Maduro en "abandono del cargo" por parte de la Asamblea Nacional.
Un juicio político no está previsto en la Constitución y, en todo caso, la justicia —a la que la oposición acusa de servir a los intereses del Gobierno— declaró en "desacato" a la Asamblea Nacional, por lo que sus decisiones son consideradas ilegales.
"Vamos a investigar lo que haya que investigar para determinar la responsabilidad política del presidente de la República en la crisis, lo vamos a seguir haciendo", advirtió Torrealba.
La semana pasada, Maduro había amenazado con encarcelar a opositores si la Asamblea lo enjuiciaba.
También "vamos a seguir en nuestra agenda de calle. Vamos reformular algunas cosas, vamos a replantear otras en el marco de lo discutido", subrayó Torrealba.
El dirigente sostuvo que "una de las acciones a reformular" es una marcha opositora, prevista el próximo jueves, hacia el palacio presidencial de Miraflores.
El Gobierno llamó a sus partidarios a concentrarse ese mismo día, lo que hace temer hechos violentos.
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