domingo, 16 de octubre de 2016

El régimen sigue en su línea: los derechos humanos son 'asuntos internos'

El régimen sigue en su línea: los derechos humanos son 'asuntos internos'



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El régimen sigue en su línea: los derechos humanos son 'asuntos internos'El régimen sigue en su línea: los derechos humanos son 'asuntos internos'
El subdirector de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la Cancillería cubana, Pedro Luis Pedroso. (EFE)
El Gobierno cubano reiteró este viernes que no aceptará lo que considere "injerencias" de Estados Unidos en sus asuntos internos, al culminar la segunda ronda de diálogo sobre derechos humanos, en la que ambas partes mostraron una vez más sus marcadas diferencias sin alcanzar avances visibles, reporta EFE.

"De nuestra parte no hay una pretensión de aceptar alegaciones que signifiquen una injerencia en los asuntos internos de nuestro Estado", declaró a la prensa el subdirector de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la Cancillería cubana, Pedro Luis Pedroso.
Pedroso, que lideró la delegación de la Isla en esta segunda reunión, explicó que este diálogo "está diseñado para un intercambio entre ambas partes".
"En nuestra opinión, permite un mayor conocimiento de los intereses, preocupaciones y concepciones que sostienen las posiciones de ambas partes en materia de derechos humanos", señaló.
En referencia a los señalamientos anteriores hechos por el Gobierno estadounidense a La Habana, el funcionario insistió en que la forma en que se organiza el sistema político cubano "no está sobre la mesa de discusión".
Pedroso indicó que el régimen expresó sus preocupaciones sobre la persistencia de patrones de discriminación y racismo, la brutalidad policial, las numerosas y documentadas violaciones a la vida, y se pronunció sobre la situación de las libertades sindicales en Estados Unidos.
El régimen es criticado con frecuencia por temas similares, como la violencia policial y paramilitar contra opositores, activistas de derechos humanos, periodistas independientes, Damas de Blanco y cualquier ciudadano molesto; la discriminación racial silenciada por el discurso oficial, las restricciones a las libertades fundamentales y la negación de derechos laborales y sindicales.
La Habana también mencionó a Washington "los actos de tortura en cárceles secretas", las muertes de civiles como resultado del uso de drones y, "manera especial", la permanencia de una base naval estadounidense en Guantánamo y "y las graves violaciones allí cometidas".
"Si bien el intercambio constató las profundas diferencias entre ambos Gobiernos respecto de las concepciones y el ejercicio de los derechos humanos, Cuba ratificó su voluntad de que ambos países puedan relacionarse dentro del reconocimiento y respeto a esas diferencias", dijo Pedroso.
En la habitual postura defensiva del régimen, el funcionario añadió que La Habana estará "dispuesta a conversar sobre cualquier tema, siempre que sea en un marco de igualdad, respeto y reciprocidad".
El régimen no suele aceptar críticas en materia de derechos humanos e invariablemente las achaca a motivaciones políticas y las tacha de agresión.
La delegación estadounidense que participó en la segunda ronda de diálogo sobre derechos humanos estuvo encabezada por el secretario asistente de la Oficina de Derechos Humanos y Democracia del Departamento de Estado, Tom Malinowski.
A la reunión también asistió la secretaria de Estado adjunta en funciones para Latinoamérica, Mari Carmen Aponte.
Los funcionarios estadounidenses no hicieron declaraciones tras la reunión.
En marzo de 2015 tuvo lugar en Washington la primera ronda sobre derechos humanos entre representantes de ambos países, que reanudaron vínculos diplomáticos en julio de ese mismo año.
Durante la primera de estas rondas de diálogo las dos partes dejaron claras sus marcadas diferencias y decidieron aplazar cualquier debate a fondo.

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