La SINA vuelve a ser la Embajada de EEUU en Cuba
Con el gradual deshielo entre las dos naciones, la estructura adquiere una mayor relevancia como símbolo de la diplomacia estadounidense en la isla.
Edificio de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, custodiado por soldados del Regimiento de Protección y Seguridad a Sedes Diplomáticas en Cuba.
junio 22, 2015
El antiguo edificio de la Embajada de Estados Unidos en Cuba, terminado en 1953, volverá a acoger a la embajada estadounidense en la capital cubana después de 38 años de funcionar como una oficina de intereses.
Fue diseñado por la compañía de Wallace K.Harrison y Max Abramovitz, quienes tomaron parte en la creación del Lincoln Center y la sede de Naciones Unidas en Nueva York.
El edificio de La Habana formó parte de una serie de embajadas diseñadas por prominentes arquitectos de la época a petición del Departamento de Estado, tras la Segunda Guerra Mundial. El clima de postguerra definió el estilo modernista del proyecto, destinado a inspirar al mundo a seguir a Estados Unidos en la búsqueda de prosperidad.
Cuando abrió sus puertas, poco después de terminado, las relacionesentre los dos países no podían ser mejores. Por ese entonces, el Gobierno cubano había dedicado abundantes inversiones en comodidades por toda esa zona para fomentar su desarrollo.
Originalmente, la oficina del embajador ocupaba el piso más alto del edificio junto a otras áreas dedicadas a las oficinas consulares, la sección de visas y de servicios de información pública.
Solo ocho años pudo disfrutar el cuerpo diplomático estadounidense la nueva embajada frente al malecón habanero. En 1961, el presidenteDwight D. Eisenhower rompió relaciones con el régimen de Fidel Castro, tras acusaciones de que la embajada era usada como base de espionaje.
El personal diplomático de Suiza quedó, entonces, encargado de salvaguardar la estructura hasta 1977, cuando el presidente Jimmy Carter gestionó la apertura de la Sección de Intereses de Estados Unidos, en un intento por mejorar las relaciones entre los dos países.
El edificio se encuentra fuertemente custodiado y solo se permite el acceso a él luego de varios controles. Ni siquiera los transeúntes pueden caminar por la acera que rodea a la estructura.
En 2006, bajo la Administración del presidente George W. Bush, el Departamento de Estado desplegó un cartel electrónico que trasmitía noticias y mensajes sobre los Derechos Humanos en español. El Gobierno cubano no demoró en instalar 130 astas con banderas negras para bloquear la visibilidad de los mensajes y nombró el área "Plaza Antiimperialista".
Un parque cercano a la Oficina de Intereses se ha hecho famoso por la cantidad de cubanos que diariamente se reúnen allí en espera de su turno para la entrevista de petición de visa, para visitar o emigrar a Estados Unidos. La carga emocional que allí se concentra ha hecho que se le conozca como "el parque de los lamentos" y como "la plaza de los suspiros".
Desde su reapertura, Estados Unidos se las ha ingeniado para mantener el edificio bajo su posesión. Ahora, con el gradual deshielo entre las dos naciones, la estructura adquiere una mayor relevancia como símbolo de la diplomacia estadounidense en la isla.
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