Los hechos demuestran que la política de Obama con Cuba es contraproducente
El 17 de diciembre de 2014 el presidente Obama anunció una nueva política con respecto a Cuba. Dicha política extendió reconocimiento diplomático a la única dictadura que aún existía en el Hemisferio Occidental, relajó las restricciones de EEUU sobre el comercio y los viajes a Cuba, y conmutó la pena de cárcel a tres espías cubanos convictos, incluyendo a uno sancionado por planear el asesinato de tres americanos derribados por aviones MIG cubanos mientras volaban sobre el Estrecho de la Florida.
Cuando Obama anunció su nueva política, describiéndola como "esto es el cambio", pocos pensaron que el tal "cambio" acabaría en algo peor. Sin embargo, se ha demostrado con toda claridad que la política es contraproducente. Pongamos a un lado las teorías y los debates en torno a la política misma. En su lugar, miremos los hechos irrefutables ocurridos a partir del anuncio presidencial:
- Se han intensificado las detenciones políticas. En 2015 hubo en Cuba más de 8.616 detenciones políticas documentadas. Tan solo en noviembre se documentaron más de 1.447, la mayor cantidad mensual ocurrida en décadas. Estas cifras se comparan con 2.074 detenciones habidas en 2010 y 4.123 en 2011.
- Actualmente está ocurriendo una nueva emigración de cubanos. EEUU se enfrenta hoy al mayor número de inmigrantes cubanos desde los balseros de 1994. La cifra de cubanos llegados a EEUU en 2015 ascendió a casi el doble de los admitidos en 2014. Unos 51.000 ingresaron a EEUU el año pasado; decenas de miles más están tratando desesperadamente de hacer el trayecto a través de Ecuador y otros países de Centro y Suramérica. Cuando Obama asumió la presidencia, la cifra anual no llegaba a 7.000.
- Ha disminuido el número de cuentapropistas. Hoy el Gobierno cubano está licenciando a 10.000 cuentapropistas menos que en 2014. En contraste, los monopolios militares de Castro crecen a toda velocidad. La compañía de turismo Gaviota S.A., propiedad de las fuerzas armadas cubanas, anunció un crecimiento del 12% en 2015 y este año espera doblar su negocio de hotelería. Incluso se ha reducido el limitado espacio en que antes operaban los cuentapropistas, al aumentar el control de las fuerzas armadas sobre importantes sectores económicos de la Isla como los viajes, las ventas al detalle y las finanzas.
- Cuba ha descendido en el ranking de conectividad a internet. En el Informe de la Sociedad de Información correspondiente al año 2015, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) —la fuente de datos y análisis más confiable del mundo sobre el acceso global a la información y la comunicación— ha rebajado la posición de Cuba del 119 al 129. En esto la Isla ocupa un lugar mucho peor que algunos de los supresores de internet más notorios del mundo, incluyendo Zimbabwe (127), Siria (117), Irán (91), China (82) y Venezuela (72).
- Se han desplomado las ventas a Cuba de productos agrícolas norteamericanos. A pesar de que la Administración Obama ha relajado las sanciones, en 2015 la exportación de productos agrícolas de EEUU a Cuba ha disminuido en casi un 40%. Solo en agosto, el valor de las exportaciones agrícolas de EEUU cayó en un 84% a $2.25 millones, de los $14,3 millones alcanzados en 2014.
- Ha habido diez veces más violaciones contra la libertad de religión. Según la ONG londinense Christian Solidarity Worldwide (CSW, Solidaridad Cristiana Mundial), el año pasado se declararon ilegales 2.000 iglesias, 100 de las cuales fueron señaladas para demolición por el régimen castrista. En total, se documentaron 2.300 violaciones distintas contra la libertad de religión en 2015, comparadas con las 220 ocurridas en 2014.
- Raúl Castro ha renegado de sus promesas de liberar presos políticos y permitir visitas de observadores internacionales. La mayoría de los 53 presos políticos puestos en libertad en los meses antes y después del anuncio de Obama en diciembre de 2014 han sido vueltos a detener desde entonces muchas veces más. Cinco de ellos han sido sancionados de nuevo a largas condenas de cárcel. Mientras tanto, en su nuevo informe de 2016, Human Rights Watch señaló que "Cuba sigue sin permitir que visiten la Isla ni el Comité Internacional de la Cruz Roja ni los observadores de la ONU, según estipula el acuerdo firmado con EEUU en diciembre de 2014".
- Se ha ido diluyendo la presión internacional política y económica sobre Cuba. No obstante la predicción de la Administración Obama, de que la nueva política norteamericana permitiría a otros países exigir a Cuba responsabilidad por su conducta represiva, viene ocurriendo lo contrario. Presidentes, cancilleres y otros dignatarios han caído en bandada para discutir oportunidades comerciales con los monopolios estatales castristas. Ninguno ha tenido el más mínimo gesto de solidaridad con la sociedad civil cubana. Los acreedores internacionales le han conmutado a la dictadura castrista decenas de millones en su deuda externa.
- Quienes apoyan la política de Obama señalan el restablecimiento de relaciones diplomáticas, de por sí, como señal de éxito. Sin embargo, no se ha adelantado nada en cuestiones diplomáticas urgentes, como la extradición de uno de los diez terroristas más buscados del FBI, que sigue siendo huésped del régimen cubano; o la devolución de miles de millones en propiedades confiscadas por el régimen a ciudadanos norteamericanos. Al contrario, hemos sabido que, a lo largo de este proceso de negociaciones y "cambios" procurados por la Administración Obama, Cuba ha tenido en su poder un misil Hellfire de EEUU y se ha negado a devolverlo. Y lo que es peor, los expertos en defensa temen que pueda haber compartido información sobre la tecnología de este misil con naciones como Corea del Norte.
Por desgracia, en su afán de "hablar por hablar", la Administración Obama no está demostrando ser más que una distracción útil para este país y el mundo, con la que está permitiendo que el régimen castrista refuerce el yugo político y económico que oprime a Cuba, su pueblo y su futuro.
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