Qué cosa fuera la masa sin internet
Para conseguir una movilización significativa, el Estado cubano dispuso que en la plaza donde la funcionaria intervendría se pudiera acceder a internet vía WiFi y de modo gratuito. Jóvenes de diversos centros de enseñanza superior, media y técnica, se comunicaron por sms para anunciar la novedad de una conexión no bloqueada por su alto precio. En un país en el que el salario mínimo ronda los diez dólares, una hora de internet cuesta dos dólares, un quinto del monto mensual. La intención gubernamental estaba clara: miles de jóvenes asistirían a la plaza universitaria con la conexión como propósito y el speech de la Vidal como valor añadido.
Para implementarlo, fueron llevados dos camiones que, una vez que terminó la funcionaria, se retiraron como parte de su corte.
A Yuniel Labacena Romero, el redactor oficial de noticias que en Juventud Rebelde describiría la jornada, esto no le importaba. Le bastaban, para hacer su trabajo, algunas fotos de jóvenes mirando sus móviles, y otra con Jofefina Vidal sentada en un taburete ataviada con un modesto pulóver que contrasta con la elegante indumentaria que exhibe en las reuniones intergubernamentales.
Los espectáculos masivos son para el castrismo una necesidad. Los poderes totalitarios todos, lideraron primero marchas y luego gobiernos. El desprecio de la norma, el culto al frenesí y la hostilidad hacia el diálogo, se naturalizan en la vida cotidiana luego de haberlos experimentado en la gresca.
Pero el temperamento humano necesita reposo y este convoca nuevamente a la sensatez y el tino. Para el poder exaltado en la multitud, ambos son estados peligrosos. Desaparecidas las fuentes de la movilización, el gobierno totalitario necesita un mecanismo para crearlas. Las guerras son ocasiones formidables, el cénit de los totalitarismos estuvo siempre vinculado a conflagraciones. En tiempos de paz, sin embargo, es necesario idear otros procedimientos, aunque sus motivaciones sean menos extraordinarias y el resultado menos efectivo.
Fechas luctuosas, victorias deportivas, votaciones favorables, forman parte de las herramientas movilizadoras del castrismo que puso a prueba una nueva en aquel evento: la conexión libre a internet.
"Cuando pica un avispero" es el título del artículo publicado por Juventud Rebelde para describir el acto universitario. El autor semejó la actividad a una masa de insectos que puede ser muy peligrosa cuando ataca de conjunto. Asegura además que por allí merodeaba, supongo que a modo de abejorro, Susely Morfa González, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), más conocida por un video que se hizo viral durante la pasada Cumbre de las Américas de Panamá, en el que aseguraba, frenética, que había ido a aquel país con sus ahorros.
Días atrás una amiga me informaba que de los 50 graduados de Economía del aula de su hija en junio de 2015, quedaban en Cuba solo 13. Su hija lo sabe porque está en España, donde sin dudas se conecta a internet sin obstáculo alguno como para rastrear el movimiento transnacional de sus compañeros. El mismo que probablemente rastreaban los que asistieron a la plaza universitaria, preparando la rampa de lanzamiento que deberá llevarlos a cualquier parte una vez graduados. Estas avispas, sin dudas, están más preocupadas en volar que en picar.
Es una gran pena, porque en condiciones normales nuestros graduados universitarios serían imprescindibles al país. Pero el castrismo sigue levantando entre ellos y el futuro un muro infranqueable.
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