Con 75 mil, 7 mil desaparecidos y 1.579 millones de dólares en pérdidas económicas, la guerra civil duró 12 años -última batalla de Castro por la revolución en las Américas- y concluyó el 16 de enero de 1992 con la firma de acuerdos de paz.
Fidel Castro impulsó en El Salvador la última revolución socialista en el continente americano: en 1980 alentó la unidad de cinco organizaciones guerrilleras y en noviembre de 1989 apoyó una violenta ofensiva sobre la capital San Salvador.
Impulsado por el triunfo de la Revolución sandinista de julio de 1979, Castro apoyó decididamente a la dispersa guerrilla salvadoreña que actuaba en la clandestinidad buscando pasar a la lucha armada.
La primera expresión de apoyo al movimiento revolucionario salvadoreño fue el 10 de octubre de 1980, cuando las cinco organizaciones guerrilleras fundaron en La Habana el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
La intervención de Castro se vio facilitada, en cierta medida, por el hecho de que El Salvador tenía interrumpidas sus relaciones diplomáticas con Cuba desde 1960. Las restableció en 2009 tras el triunfo de la izquierda en las urnas.
Con el respaldo cubano, el FMLN inició la lucha armada en un ambiente de injusticia social, cierre de los espacios políticos y represión militar en el país centroamericano. "Fidel Castro estaba muy empapado de los acontecimientos, incluso de hasta hechos coyunturales, los combates y los tipos de fuerzas que teníamos", recordó ante la AFP el excomandante Juan Ramón Medrano. Medrano confesó que junto con otros dos comandantes, Joaquín Villalobos y Jorge Meléndez, se reunió varias veces con Castro a principios de los años 1980.
Luego, en la mayoría de las citas, sólo participaron los miembros de la llamada comandancia general del FMLN.
En el marco de ese respaldo a la lucha guerrillera, según Medrano, Fidel tuvo claro que no podía arriesgar "la autenticidad" del movimiento revolucionario. Por eso declinó enviar cubanos a combatir, aunque permitió el entrenamiento de milicianos en Cuba y Nicaragua.
Mientras el FMLN recibía el apoyo cubano, sandinista y de la desaparecida URSS, Estados Unidos brindaba una millonaria asistencia militar y económica al gobierno local, convirtiendo a El Salvador en un frente de la confrontación Este-Oeste.
La comandancia del FMLN sostuvo varias reuniones con Castro y, durante una cita celebrada en 1989 en La Habana, se planteó lanzar una ofensiva militar a gran escala sobre San Salvador con el fin de cambiar la correlación de fuerzas.
"Fidel siempre tuvo la visión de que era necesario arriesgar un poco más. Obviamente había un interés para la isla de no estar aislados: que en la medida en que se había triunfado en Nicaragua, El Salvador podía triunfar y después Guatemala, y entonces ampliar la revolución latinoamericana", indicó Medrano.
A fin de apoyar la ofensiva de noviembre de 1989, Castro pidió a los sandinistas que enviaran misiles tierra-aire SAM-7. Pero la misión se frustró cuando el primer avión que los trasladaba tuvo un accidente al aterrizar y cayó en manos del ejército salvadoreño.
Castro vio malograda su aspiración de un triunfo revolucionario en El Salvador cuando la guerra civil se estabilizó y en abril de 1990 las partes convinieron negociar el fin del conflicto bajo mediación de Naciones Unidas.
"Es lamentable su fallecimiento, pero sus enseñanzas no han quedado en el olvido. Sus ideas, su lucidez, su humildad, la capacidad de demostrar con el ejemplo cómo salir de una situación difícil: es una enseñanza que ha quedado para la humanidad", dijo el presidente Salvador Sánchez Cerén, el otrora comandante guerrillero Leonel González, en un discurso en su programa Gobernando con la Gente.
Con más de 75.000 muertos, más de 7.000 desaparecidos y 1.579 millones de dólares en pérdidas económicas, la guerra civil que duró 12 años -última batalla de Castro por la revolución en las Américas- concluyó el 16 de enero de 1992 con la firma de acuerdos de paz.
El FMLN se desarmó y se transformó en partido político el 14 diciembre de 1992. Desde junio de 2009 gobierna en El Salvador.
En el 2000 debido a la intromisión de Castro en El Salvador, el entonces presidente Francisco Flores sostuvo un acalorado debate con el mandatario cubano en la X Cumbre Iberoamericana, celebrada en Panamá. En esa cumbre, Castro acusó al gobierno de Flores de proteger en su territorio al anticastrista Luis Posada Carriles.
Flores se defendió de las acusaciones y ante la mirada del resto de mandatarios en esa cumbre le dijo a Castro: "que usted me acuse a mí en este foro de que tengo responsabilidad en el caso de Luis Posada Carriles, después de que usted tuvo la cruel e inaceptable responsabilidad en la guerra de El Salvador, es absolutamente intolerable".
Impulsado por el triunfo de la Revolución sandinista de julio de 1979, Castro apoyó decididamente a la dispersa guerrilla salvadoreña que actuaba en la clandestinidad buscando pasar a la lucha armada.
La primera expresión de apoyo al movimiento revolucionario salvadoreño fue el 10 de octubre de 1980, cuando las cinco organizaciones guerrilleras fundaron en La Habana el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
La intervención de Castro se vio facilitada, en cierta medida, por el hecho de que El Salvador tenía interrumpidas sus relaciones diplomáticas con Cuba desde 1960. Las restableció en 2009 tras el triunfo de la izquierda en las urnas.
Con el respaldo cubano, el FMLN inició la lucha armada en un ambiente de injusticia social, cierre de los espacios políticos y represión militar en el país centroamericano. "Fidel Castro estaba muy empapado de los acontecimientos, incluso de hasta hechos coyunturales, los combates y los tipos de fuerzas que teníamos", recordó ante la AFP el excomandante Juan Ramón Medrano. Medrano confesó que junto con otros dos comandantes, Joaquín Villalobos y Jorge Meléndez, se reunió varias veces con Castro a principios de los años 1980.
Luego, en la mayoría de las citas, sólo participaron los miembros de la llamada comandancia general del FMLN.
En el marco de ese respaldo a la lucha guerrillera, según Medrano, Fidel tuvo claro que no podía arriesgar "la autenticidad" del movimiento revolucionario. Por eso declinó enviar cubanos a combatir, aunque permitió el entrenamiento de milicianos en Cuba y Nicaragua.
Mientras el FMLN recibía el apoyo cubano, sandinista y de la desaparecida URSS, Estados Unidos brindaba una millonaria asistencia militar y económica al gobierno local, convirtiendo a El Salvador en un frente de la confrontación Este-Oeste.
La comandancia del FMLN sostuvo varias reuniones con Castro y, durante una cita celebrada en 1989 en La Habana, se planteó lanzar una ofensiva militar a gran escala sobre San Salvador con el fin de cambiar la correlación de fuerzas.
"Fidel siempre tuvo la visión de que era necesario arriesgar un poco más. Obviamente había un interés para la isla de no estar aislados: que en la medida en que se había triunfado en Nicaragua, El Salvador podía triunfar y después Guatemala, y entonces ampliar la revolución latinoamericana", indicó Medrano.
A fin de apoyar la ofensiva de noviembre de 1989, Castro pidió a los sandinistas que enviaran misiles tierra-aire SAM-7. Pero la misión se frustró cuando el primer avión que los trasladaba tuvo un accidente al aterrizar y cayó en manos del ejército salvadoreño.
Castro vio malograda su aspiración de un triunfo revolucionario en El Salvador cuando la guerra civil se estabilizó y en abril de 1990 las partes convinieron negociar el fin del conflicto bajo mediación de Naciones Unidas.
"Es lamentable su fallecimiento, pero sus enseñanzas no han quedado en el olvido. Sus ideas, su lucidez, su humildad, la capacidad de demostrar con el ejemplo cómo salir de una situación difícil: es una enseñanza que ha quedado para la humanidad", dijo el presidente Salvador Sánchez Cerén, el otrora comandante guerrillero Leonel González, en un discurso en su programa Gobernando con la Gente.
Con más de 75.000 muertos, más de 7.000 desaparecidos y 1.579 millones de dólares en pérdidas económicas, la guerra civil que duró 12 años -última batalla de Castro por la revolución en las Américas- concluyó el 16 de enero de 1992 con la firma de acuerdos de paz.
El FMLN se desarmó y se transformó en partido político el 14 diciembre de 1992. Desde junio de 2009 gobierna en El Salvador.
En el 2000 debido a la intromisión de Castro en El Salvador, el entonces presidente Francisco Flores sostuvo un acalorado debate con el mandatario cubano en la X Cumbre Iberoamericana, celebrada en Panamá. En esa cumbre, Castro acusó al gobierno de Flores de proteger en su territorio al anticastrista Luis Posada Carriles.
Flores se defendió de las acusaciones y ante la mirada del resto de mandatarios en esa cumbre le dijo a Castro: "que usted me acuse a mí en este foro de que tengo responsabilidad en el caso de Luis Posada Carriles, después de que usted tuvo la cruel e inaceptable responsabilidad en la guerra de El Salvador, es absolutamente intolerable".