El general sugirió para la próxima reunión extraordinaria de la Asamblea Nacional, cambiar, alterar o modificar el nombre de República de Cuba; e incluir un middle name alegórico al “padre de la revolución”.
Se pronostican cambios para Cuba luego de la ceremonia de inhumación de las cenizas de Fidel Castro que, como se ha divulgado en varios medios oficales, se efectuará en Santiago de Cuba, a las 07:00 horas del día 4 de diciembre en el cementerio de Santa Ifigenia.
La muerte del caudillo jubilado no soluciona ni borra los problemas existentes en la isla; pero abre una puerta a la unidad definitiva de todos los cubanos.
Raúl se libera de un peso; sabe que la falta de prisa en los cambios anunciados por los ya viejos lineamientos del “nuevo” modelo económico, no hizo sino acentuar las críticas populares y aumentar la desconfianza. Próximamente se aprobará otro paquete de medidas que arguyen importantes concesiones pero dejando muy claro que el nivel de apertura o parapeto dependerá del rumbo que tomen las relaciones con los Estados Unidos.
Al sonar la última de las salvas, prevista para las 6 de la tarde del próximo 4 de diciembre, la familia Castro Soto del Valle tendrá que bajar el perfil. Viuda e hijos serán discretamente excomulgados debido a viejas discordias entre Dalia y Raúl Castro. Si sabemos observar, los podremos ver mostrando parte de su patrimonio inmobiliario ubicado fuera del país. Al verse sometidos y carentes de apoyo, la necesidad de autoprotegerse los obligará a pasar, primero cortas y luego largas temporadas, allá o acullá, en Europa y/o sudamérica, disfrutando de lujos pero lejos del “aspecto físico del poder”.
Con la ausencia del fantasma de “Papá Terror”, Raúl Castro también se verá obligado a consolidar su hegemonía y estabilidad, balanceando la represión con determinadas mejoras económicas. Nuevas medidas de control y ligeras aperturas ocuparán titulares como la vieja dicotomía de “una de cal y otra de arena”.
Pero el más extravagante de todos los cambios previstos, según fuentes de la oficialidad, es que en un arranque de pasión, el General sugirió para la próxima reunión extraordinaria de la Asamblea Nacional, cambiar, alterar o modificar el nombre de República de Cuba; e incluir un middle name alegórico al “padre de la revolución”, a ese hombre que llevó su vida cual si fuera un sacerdocio integrista en defensa dec su propio modelo totalitario.
¿República Fideliana de Cuba? No sé, pero me espanta.
También se proyecta agilizar la modificación de la norma jurídica suprema, la Constitución del país.
La muerte del caudillo jubilado no soluciona ni borra los problemas existentes en la isla; pero abre una puerta a la unidad definitiva de todos los cubanos.
Raúl se libera de un peso; sabe que la falta de prisa en los cambios anunciados por los ya viejos lineamientos del “nuevo” modelo económico, no hizo sino acentuar las críticas populares y aumentar la desconfianza. Próximamente se aprobará otro paquete de medidas que arguyen importantes concesiones pero dejando muy claro que el nivel de apertura o parapeto dependerá del rumbo que tomen las relaciones con los Estados Unidos.
Al sonar la última de las salvas, prevista para las 6 de la tarde del próximo 4 de diciembre, la familia Castro Soto del Valle tendrá que bajar el perfil. Viuda e hijos serán discretamente excomulgados debido a viejas discordias entre Dalia y Raúl Castro. Si sabemos observar, los podremos ver mostrando parte de su patrimonio inmobiliario ubicado fuera del país. Al verse sometidos y carentes de apoyo, la necesidad de autoprotegerse los obligará a pasar, primero cortas y luego largas temporadas, allá o acullá, en Europa y/o sudamérica, disfrutando de lujos pero lejos del “aspecto físico del poder”.
Con la ausencia del fantasma de “Papá Terror”, Raúl Castro también se verá obligado a consolidar su hegemonía y estabilidad, balanceando la represión con determinadas mejoras económicas. Nuevas medidas de control y ligeras aperturas ocuparán titulares como la vieja dicotomía de “una de cal y otra de arena”.
Pero el más extravagante de todos los cambios previstos, según fuentes de la oficialidad, es que en un arranque de pasión, el General sugirió para la próxima reunión extraordinaria de la Asamblea Nacional, cambiar, alterar o modificar el nombre de República de Cuba; e incluir un middle name alegórico al “padre de la revolución”, a ese hombre que llevó su vida cual si fuera un sacerdocio integrista en defensa dec su propio modelo totalitario.
¿República Fideliana de Cuba? No sé, pero me espanta.
También se proyecta agilizar la modificación de la norma jurídica suprema, la Constitución del país.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Enviar comentarios: