El elefante verde olivo y los trabajadores indios
En el Packard, localizado en la intersección de las calles Cárcel y Prado del municipio capitalino Habana Vieja, cuyo proyecto arquitectónico combina una solución moderna con fachadas originales (el inmueble auténtico se desplomó), en tres meses apenas fundieron dos niveles con hormigón armado empleando la técnica de moldes deslizantes.
Los atrasos, a criterios de especialistas que solicitaron el anonimato, se deben a una mala organización de la obra. Opinan que con triple turno laboral y una caravana de trompos descargando concreto a intervalos de 30 minutos (suministro insignificante para las tecnologías actuales) las estructuras civiles ya estuvieran terminadas.
En la Manzana de Gómez es notable el apogeo. La entrega a Kempinski Hotels fue pospuesta para principios del 2017 a consecuencia de problemas con la contratación de mano de obra calificada.
Por la calle Zulueta ya dan los toques finales a la restauración del frontis. En el lado de Monserrate comenzó a rehabilitarse la planta baja y la colocación de vidrios en el portal, también una grúa acarrea escombros desde la azotea donde se emplazó la piscina. Por la calle San Rafael, se trasladó la cerca perimetral hasta el borde del Centro Asturiano (actual Museo Nacional de Bellas Artes) y se levantó la pavimentación.
Se estima que la obra civil tiene un 70% de terminación. Después podrá avanzarse a la fase de acabado, que contempla las instalaciones tecnológicas del aire acondicionado central, comunicaciones, mobiliario, decoración y otros.
Pero pese a la maratónica terminación de exteriores y el socorro de centenares de operarios indios de alta calificación a quienes pagan 8 dólares por hora para rendir cuatro veces más que los cubanos, la terminación y entrega para principios de 2017 está por ver.
El desembarco indio
La voladura del último reducto de credibilidad que pudo tener la prensa oficialista ocurrió el pasado 15 de octubre, cuando los diarios Juventud Rebelde y Cubadebate publicaron un artículo que reconoció oficialmente la contratación de trabajadores indios a consecuencia del supuesto bajo rendimiento de los constructores cubanos en las obras del hotel Manzana de Gómez.
Aunque la noticia es vieja para los que disponen de internet, la reacción no se hizo esperar, puesto que en menos de nueve horas el portal Cubadebate registraba más de 270 comentarios. La mayoría de los foristas se quejaban de la mediocre información ofrecida por la periodista Marianela Martín y reclamaban que el tema fuera abordado en la Mesa Redonda.
Omitir los salarios devengados por los indios contratados (1.600 dólares, según Reuters) y los constructores cubanos que reciben un sueldo básico de 500 pesos cubanos y un inestable estímulo de 80 CUC, que acaso totalizan el equivalente de 100 USD mensuales, esconde a los lectores la diferencia que justifica el bajo rendimiento de los nacionales.
Entre los nichos oscurecidos por Juventud Rebelde sobresale el pésimo desempeño de la UCM, que con más de 20 años de experiencia en la construcción de instalaciones turísticas no ha logrado, a causa de la mala paga, aglutinar un conglomerado de operarios experimentados para cubrir las demandas de fuerza de trabajo.
La UCM, cuenta con la Empresa Constructora de Obras para el Turismo Cayo Santa María (ECOT), que agrupa a más de 4.000 empleados de la construcción.
La ineficiencia de este elefante verde olivo desviste la manutención de un gigantesco aparato burocrático encargado de la contratación de mano de obra como subcontratistas del socio extranjero Bouygues.
La Unidad Básica Constructora de Estructura (UBCE); la Unidad Básica Constructora de Acabados (UBCA); la Unidad Básica Constructora de Instalaciones (UBCI) y la Unidad Básica Empleadora (UBE), son las entidades dedicadas a los servicios de alquiler de mano de obra para trabajos de estructuras, acabados, instalaciones tecnológicas, aseguramiento y supervisión.
Algo que merma el éxito de esta encomienda es que los trabajadores contratados tienen que pasar por el filtro de la Contrainteligencia Militar (CIM), la cual exigen a los aspirantes una integración política y social complaciente al régimen en detrimento de sus habilidades profesionales.
La utilización de mano de obra no calificada a costa de jóvenes soldados del Servicio Militar General (SMG), etiqueta a la UCM con el calificativo de entidad esclavista a 130 años de la abolición de este flagelo en Cuba.
Otro organismo que ha salido mal parado con la noticia del desembarco indio es la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), que absorbe el 1% de los ingresos de los trabajadores afiliados y se lavó las manos como Poncio Pilatos con la discriminación de los trabajadores nacionales por parte de las constructoras Bouygues y UCM. Mientras que en los otros países donde Bouygues opera impone una contratación de 43% de trabajadores franceses y 57% de trabajadores nacionales.
Conflicto de intereses
Con la política de deshielo en 2015 viajaron a Cuba cerca de 300.000 turistas estadounidenses, cifra que deberá duplicarse este año. En la capital el sector cuentapropista dedicado al arriendo de hospedaje es un fuerte competidor del consorcio militar GAESA en la carrera por absorber las utilidades del turismo norteño.
La corporación militar Gaviota aboga por la apertura de los hoteles Manzana de Gómez, Packard y Prado y Malecón (planificado para 2018), los cuales ofertarán un total de 754 habitaciones con servicios de cinco estrellas.
Al fenómeno se añade la renegociación de la deuda cubana con el Club de París, que obliga al régimen de La Habana al desembolso de una cuota anual en las arcas europeas.
Bouygues forma parte del andamiaje político interesado en que Cuba pague la deuda y, para cumplimentar ese propósito, contratará hasta alienígenas y pagará salarios extremadamente superiores a los permitidos en Cuba para avanzar en las obras. Porque barco parado no cobra flete.
La pincelada demagógica lo aportó el presidente francés Francois Hollande, quien durante su visita a Cuba en mayo de 2015, clausuró en el hotel Sevilla el Fórum Económico Cuba/Francia junto a vicepresidentes, diputados, ministros y empresarios. Él aseveró en su discurso: "La economía es también una condición para que lo que establecemos como principio, como voluntad común, pueda traducirse en beneficios, en progresos, tanto para el pueblo cubano como para el pueblo francés, mediante los empleos que podemos crear". Olalá...
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