viernes, 24 de junio de 2016

Problemas constructivos, plagas, desagües atascados: Vecinos de La Jata enumeran sus quejas a las autoridades

Problemas constructivos, plagas, desagües atascados: Vecinos de La Jata enumeran sus quejas a las autoridades

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Edificios de La Jata. (A. ZAMORA)
Los vecinos de los nuevos edificios ubicados en el Consejo Popular La Jata-El Roble, de Guanabacoa,siguen reclamando mejoras en sus condiciones de vida, pero aún no consiguen que sus prioridades "coincidan" con las de las autoridades.

En el segundo proceso de rendición de cuentas del Poder Popular, estas personas, que pasaron de la precariedad de los albergues a la precariedad de apartamentos mal construidos, pudieron expresar sus preocupaciones ante funcionarios del Consejo de Administración Municipal el pasado miércoles por la noche.
El delegado del Poder Popular, sin embargo, prefirió empezar la reunión por cuestionar a los vecinos por la "indisciplina social".
"Después ustedes dicen que yo soy desagradable, imperfecto o apingante —dijo— "Pero quiero saber cuándo va a ser el día que vamos a cumplir con nuestros deberes, para poder seguir reclamando los derechos".
Luego, enumeró lo que "ha logrado" desde la reunión anterior con sus electores: que se apruebe el presupuesto para la construcción de una escalera, la promesa de que pronto pondrán contenedores de basura y el arreglo de baches en la calle principal, problema que mantuvo desviada la única guagua que pasa cerca de los edificios, la ruta A-11.
Los reclamos de los vecinos
En La Jata los antiguos albergados conviven con militares. Los edificios de unos y otros están separados por una calle… y por la calidad constructiva.
Los verdaderos problemas, para los electores, salieron a relucir en la reunión cuando pudieron tomar la palabra.
Más allá de vivir en un lugar aislado, con difícil acceso al transporte urbano, las condiciones de vida no difieren demasiado de las que tenían cuando vivían en albergues.
Un vecino se quejó de que no tienen un carro o ambulancia para sacar a los enfermos para el policlínico más cercano. "Se muere la gente antes de poder llegar", dijo.
Otro, que se identificó como Yosvani Mujica, protestó por tres cables de alto voltaje que constructores dejaron expuestos hace más de un año en medio de la calle, y así siguen. Aseguró que no es la primera vez que se queja por ese motivo.
El alumbrado público inexistente, la falta de urbanización —pues edificios como el Mayabeque 5 no tienen siquiera aceras—, la falta de salubridad y las plagas de todo tipo que azotan sobre todo a los vecinos de las plantas bajas, fueron temas expuestos por varios residentes, como Mariela y Nelson, del edificio Mayabeque 6, y Milagros, del Mayabeque 5.
Este último edificio, que fue entregado hace menos de un año, está completamente despegado de la zapata, según declararon preocupados sus habitantes. "Es como si lo hubieran cargado y puesto allí", opinaron.
Madeline Arango, se quejó de las rajaduras en las paredes, que los constructores tapan y vuelven a salir. José Armando, de que en su casa las mesetas de la cocina están despegadas y de que cuando se baña el agua entra en el cuarto.
Sin embargo, lo que más le preocupa a este vecino es un problema que se debe a la mala instalación eléctrica. "Cuando mi esposa limpia hay un pase en el suelo", explicó. "Ya le ha dado varios corrientazos".
Mariela Infante alertó de que los desagües no drenan y las heces están acumuladas en el alcantarillado.
Ante estas quejas no hubo ninguna respuesta por parte de las autoridades. Solo el delegado dijo que todo se arreglaría "a su tiempo" y que esperaban una brigada que hará un "diagnóstico" del estado constructivo de los edificios.
Buena parte de los reclamos vino por la falta generalizada del agua potable. Algunos vecinos se quejaron de que la instalación de entrada a la cisterna está "hecha al revés" y otros de que las pipas "se piden" y nunca llegan.
El delegado presentó esto último como un problema ya resuelto: los edificios ya están contemplados dentro del programa permanente de pipas.
Sin embargo, una de las vecinas observó: "Lo que tienen que hacer es arreglar las tuberías de entrada mal hechas y así nos quitamos de arriba todo el drama de las pipas", a lo que el delegado respondió: "Eso quisiéramos todos".
El 'gran logro' de Vivienda municipal
Una funcionaria de Vivienda municipal que acudió a la reunión presentó lo que ella y el delegado consideraron "lo más importante" que se hablaría esa noche: La aprobación de subsidios para que los vecinos pongan losas en los suelos, que son de cemento sin recubrir.
Informó que se comenzarán a otorgar a los vecinos que llegaron hace dos años, cuando la comunidad de militares tuvo que aceptar a regañadientes convivir con los albergados. "Poco a poco llegaremos a todos", prometió.
Pero este supuesto "logro" despertó preocupación entre los vecinos, pues muchos no tienen posibilidades de buscar los materiales asignados y contratar la mano de obra por sí mismos.
Para estos casos, la funcionaria de Vivienda aseguró: "Los trabajadores sociales se van a ocupar".
Una joven vecina por lo bajo: "No entiendo por qué tengo que pagar una construcción, aunque sea subsidiada, en una casa que no es mía. Nosotros tenemos contratos de arrendamiento, no de propiedad".
Las autoridades municipales han priorizado este tema por ser el que ocupó la atención del Sistema Informativo de la televisión estatal en un reportaje en abril pasado.
Pero nadie ha preguntado a los vecinos cuál es para ellos la necesidad más apremiante. Para quienes viven sin agua potable, rodeados de basura, sin escuela, ni hospitales accesibles y han tenido que luchar para que los militares de la comunidad los dejen usar su mercado y su posta médica, difícilmente unas losas sean lo más importante.

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