Los cubanos acampados en Quito, ahora en un parque público, seguirán instalados aunque pasen frío
Cubanos en el parque La Carolina, QUito. (EL COMERCIO)
El martes, por tercera noche consecutiva, losemigrantes cubanos varados en la capital ecuatoriana durmieron en el parque La Carolina, de Quito, después que el domingo fuerandesalojados por las autoridades del espacio que ocupaban frente a la embajada de México.
Los colchones estaban sobre el césped del parque citadino a las 8:30 de la noche del martes y la mayoría de las personas en el lugar usaba frazadas o cobijas para paliar el frío que hay en verano en esas latitudes, precisó el diario El Comercio.
Las mujeres y niños se encontraban acostados y usaban gorros y guantes de lana. Los hombres, en cambio, fumaban un cigarro y conversaban bajo la luz de los postes de una parte de este espacio recreativo. Esta es la tercera noche en ese sitio, pero desde que duermen en un espacio abierto suman 11 jornadas.
Primero estuvieron en los exteriores de la Embajada de México, en el centro norte de Quito. Allí formaron un pequeño "campamento" en el que concurrían las 250 personas. Eligieron ese lugar para solicitar que se les otorgara una visa y, de esa forma, viajar a México y luego cruzar a los Estados Unidos.
Pero eso hasta ahora no ha ocurrido. La mañana del domingo pasado fueron desalojados de los exteriores de la delegación diplomática. Por eso, acudieron a La Carolina en donde aprovechan una pequeña estructura de metal para cubrirse del frío de la noche y madrugada.
Sin embargo, no es suficiente. Por eso han pedido (y han recibido) colaboración de ropa de abrigo y bolsas de dormir. No están permitidos de armar carpas, añade el diario ecuatoriano.
La comida también proviene de las donaciones de la gente. La noche del martes 28, comieron arroz y ensalada de tomate y maíz. Esos alimentos fueron donados por dos familias de ecuatorianos y colombianos. El lunes, bebieron café y comieron pan caliente. Otras personas les entregaron esos productos.
Según el reporte, la preocupación crece, pues el viento de verano en la capital ecuatoriana se intensifica y tienen miedo de que los niños enfermen. De allí que en estos días buscarán un plástico para cercar el campamento en las noches y evitar que el viento ingrese.
Entre las personas que estuvieron el martes en esas condiciones está Efraín Sánchez Mateo, líder de los allí reunidos.
Sánchez Mateo asegura que no dejarán esas instalaciones hasta que México o Estados Unidos les otorguen una visa y poder viajar sin correr riesgo, pues ya no quieren que existan más desapariciones y muertes entre los emigrantes.
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