El Gobierno de Santos y las FARC acuerdan 'proscribir el uso de las armas en el ejercicio de la política'
La Habana es este jueves escenario de la firma del quinto acuerdo de paz para Colombia, esta vez el referido al fin del conflicto, que da un paso esencial para poner fin a la guerra más longeva de América Latina. El acto lo preside el general Raúl Castro.
El acuerdo, que leyó Rodolfo Benítez —en su rol de garante de Cuba—, establece que las partes se comprometen a "contribuir al surgimiento de una nueva cultura que proscriba el uso de las armas en el ejercicio de la política".
Asimismo, se comprometen a promover "los valores de la democracia, el libre debate de las ideas" ya que "no hay espacio para la intolerancia ni la persecución de las ideas políticas", dice el texto.
En cuanto a la dejación de las armas, se elaborará una hoja de ruta que contemple el compromiso de que haya terminado el proceso a los 180 días de la firma del acuerdo final.
El pacto alcanzado, que no es el definitivo, tiene como objetivo la terminación total de las acciones ofensivas entre la fuerza pública y las FARC, así como la reinserción de los miembros del grupo armado en la vida política, social y económica de Colombia.
Se ha acordado un mecanismo tripartito de verificación y monitoreo con un representante del Gobierno, otro de las FARC y un componente internacional (una misión política con observadores no armados de la ONU, integrada por observadores de países miembros de la CELAC).
El acuerdo establece además detalles técnicos sobre la dejación de las armas. Las Naciones Unidas recibirán el armamento para destinarlo a la construcción de tres monumentos acordados entre el Gobierno nacional y las FARC.
Tras la firma del acuerdo Raúl Castro tomó la palabra para asegurar que "el proceso de paz no tiene vuelta atrás" y que "será la victoria de toda Colombia".
Asimismo, el general afirmó que el acuerdo también es una victoria "de toda nuestra América" y una muestra del "compromiso de nuestro pueblo contra el uso y la amenaza del uso de la fuerza y a favor de la solución pacífica de controversias".
Castro añadió que "la paz no es una utopía, sino un derecho legítimo de cada ser humano y de todos los pueblos, condiciones fundamentales para el disfrute de los derechos humanos".
0 comentarios:
Publicar un comentario
Enviar comentarios: