lunes, 6 de junio de 2016

Daniel Ortega buscará un tercer mandato consecutivo tras ser nominado por los sandinistas

Daniel Ortega buscará un tercer mandato consecutivo tras ser nominado por los sandinistas

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El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, buscará un tercer mandato consecutivo en las elecciones de noviembre, tras 10 controvertidos años en el poder, al ser nominado como candidato del Frente Sandinista este sábado, informa la AFP.
Su nominación fue avalada por unanimidad y con una ovación por los 1.910 delegados, en su mayoría jóvenes, que asistieron al Congreso Nacional del gobernante Frente Sandinista, en una sesión a la que no fue invitada la prensa.

Este congreso designó a Ortega "como el candidato del Frente Sandinista y de la Alianza Nicaragua Triunfa para participar en las elecciones de este año", según una resolución leída por la activista Yaloslava Muñoz.
Los asambleístas autorizaron además al mandatario izquierdista para que escoja a su compañero a la vicepresidencia y a los candidatos a diputados.
En un discurso pronunciado antes de su designación, Ortega se opuso a la participación en los comicios de Nicaragua de observadores internacionales, a los que tildó de "sinvergüenzas".
"Sinvergüenzas observadores, sinvergüenzas. Aquí se acabó la observación. Que vayan a observar ellos a sus propios países", dijo Ortega en tono categórico.
"Aquí no hay observación, ni Unión Europea ni OEA (…) Ellos saben que en Nicaragua se enfrentan a un pueblo que tiene vocación antimperialista", añadió, según la AP.
Los partidos de oposición y la sociedad civil nicaragüense han pedido observación electoral nacional e internacional que garantice la transparencia en los comicios, después de denunciar fraudes en las elecciones municipales de 2008 y las nacionales de 2011.
"La Ley Electoral establece observación electoral, por lo tanto Ortega pide (ordena) que el CSE viole la Ley. Desobediencia", escribió en su cuenta de Twitter el presidente del opositor Partido Liberal Independiente, Eduardo Montealegre, al conocer la decisión de Ortega de no cumplir las normas del Consejo Supremo Electoral.
El mandatario se enfrentará a una oposición fraccionada y con baja popularidad. Recientes encuestas, dan a Ortega una intención de voto del 57% frente al 2% de su principal contendor, el liberal Luis Callejas.
Pero la diputada opositora María Eugenia Sequeira pone en duda la popularidad del mandatario, señalando que "Ortega es un presidente invisible; no se acerca a la población, no toca, no escucha a la gente, que solo lo ve desde los rótulos publicitarios. Está totalmente alejado".
El gobernante, según su entorno, es un hombre "cerrado" y de decisiones "inamovibles", que goza de aceptación en sectores pobres a quienes ha favorecido con programas de viviendas, servicios de agua, energía, mejora de calles y lugares recreativos, entre otros.
Pero el "comandante", como le dicen sus seguidores, no las tiene todas a su favor en sectores medios, que lo acusan de alentar la confrontación, la lucha de clases y el irrespeto a las leyes.
En sus 10 años en el poder, Ortega "ha logrado desarrollo material en infraestructura, fuentes de energía, pero seguimos cargando los mismos lastres, no se ha logrado superar las formas tradicionales de producción", dijo a la AFP el exdiplomático Mauricio Díaz.
Padre de nueve hijos y casado con Rosario Murillo, Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía y con una amplia influencia en el Gobierno, Ortega tiene un récord de permanencia en el poder tras la revolución sandinista de 1979, que derrocó a Anastasio Somoza, último miembro de la dinastía dictatorial que gobernó Nicaragua durante casi medio siglo.
En una primera etapa, Ortega estuvo al frente del país de 1979 a 1990, primero como coordinador de la Junta de Gobierno y luego como presidente elegido hasta que fue derrotado en las urnas por una coalición de partidos.
En los comicios de 2007 retornó al poder y logró una reforma en las leyes que prohibían la reelección inmediata, obteniendo luego otro mandato de cinco años.
El mandatario afirma que su Gobierno es "cristiano, socialista y solidario", con políticas en favor de los pobres y una alianza con el capital, dejándole hacer negocios. Sin embargo, es acusado con frecuencia por sus adversarios de nepotismo y corrupción.
La oposición afirma que Ortega pretende "perpetuarse en el poder" para consolidar una "dictadura dinástica".

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