El Twitter de Obama y la represión de Castro
“Por tres días fui el prisionero número 380 de la Unidad Provincial de Investigación Criminal de Villa Clara. Fueron los tres días que el Presidente Barack Obama visitó mi país tras 88 años sin que lo hiciese ninguno de sus predecesores"
ACTIVISTA DE DERECHOS HUMANOS | 07 de Abril de 2016
@ElsaMorejon
“¿Que Bolá Cuba? Acabo de aterrizar aquí, ansioso de encontrarme y oír directamente al pueblo cubano”, fue el mensaje del Presidente de Estados Unidos de América Barack Obama al pueblo cubano vía Twitter desde el Air Force One, cuando arribó a Cuba. Obama se dirigió al pueblo en lenguaje de estilo coloquial muy utilizado en Cuba. Algo que debe haber asustado a Castro que de antemano evitó cualquier encantamiento del pueblo con Obama.
El presidente estadounidense, Barack Obama, visitó Cuba el 20 de marzo junto a su familia y una delegación de funcionarios de su Gobierno y empresarios. Según Obama, uno de los objetivos de la nueva política de su gobierno al restablecer relaciones diplomáticas con Castro es empoderar al pueblo de Cuba.
El pueblo no pudo encontrarse espontáneamente con él. La inmensa mayoría de los cubanos que estuvieron en lugares donde frecuentó el presidente Obama fueron seleccionados por el régimen castrista. Exceptuando el encuentro con disidentes, aunque la lista de invitados fue también polemizada por el régimen. La cobertura de la visita de Obama en los medios masivos de difusión fue de bajo perfil.
Jim Acosta, corresponsal de la CNN acreditado en la Casa Blanca, preguntó a Raúl Castro, ¿Por qué tiene prisioneros políticos cubanos? y ¿Por qué no los suelta?
Castro, visiblemente molesto, respondió: “Dame la lista ahora mismo de los presos políticos para soltarlos, menciónala ahora, ¡Que presos políticos! Dime el nombre o los nombres o cuando concluya la reunión me da una lista con los presos y si hay esos presos políticos antes de que llegue la noche van a estar sueltos”.
Según listados de Organizaciones de Derechos Humanos, hay documentados alrededor de 80 presos políticos que cumplen largas condenas de prisión en Cuba.
Castro, al enterarse de que Obama visitaría Cuba comenzó a reprimir a través de operativos policiales con recogidas a disidentes, periodistas independientes y todos los que le resultaron incomodos. Cortó servicios a teléfonos fijos y celulares, ni los vetustos árboles que adornaban la cuadra donde resido escaparon de la paranoia del régimen que los eliminó para vigilar mejor mi vivienda y todos nuestros movimientos. Además retuvo arbitrariamente en sus hogares y custodiados por policías a muchos cubanos.
Testimonio
“Por tres días fui el prisionero número 380 de la Unidad Provincial de Investigación Criminal de Villa Clara. Fueron los tres días que el Presidente Barack Obama visitó mi país tras 88 años sin que lo hiciese ninguno de sus predecesores. Fui llevado a prisión y regresado a casa como si condujesen a un criminal. Fuertemente esposado y custodiado por policías de tropas especiales. Durante mi injusta prisión no acepté nada de alimentos, era mi única manera posible de protestar y de protegerme, pues no tengo confianza ninguna en lo que me ofrecían los carceleros. Las condiciones de las celdas: calor, frio, un bombillo encendido las 24 horas, mosquitos, fetidez. Antes de sacarme de la prisión, un guapetón agente de la seguridad del Estado, en un pequeño cuarto y protegido por dos corpulentos guardias de las tropas especiales me lanzó una sarta de improperios y amenazas que expresaban la impotencia de querer desaparecerme y tener sin embargo que obedecer las órdenes de devolverme a casa. Cuando llegamos a mi pueblo me encontré con un descomunal operativo policial y durante treinta minutos debí esperar que apareciesen las llaves de mis esposas, pues se les habían extraviado a los guardias. Durante estos tres días estuve totalmente incomunicado. Este fue el lugar deparado para mí en el teatro preparado por Raúl Castro para su distinguido visitante el presidente Barack Obama”. Declara el Presbítero, Mario Félix LLeonart Barroso.
Mientras Castro controle toda actividad y restrinja la libertad de los ciudadanos, es poco probable que exista prosperidad para el pueblo, pues estarían en riesgo de perder sus bienes y ser enviados a la cárcel si disienten o critican abiertamente al régimen.
Tengo profundo apego a la justicia y a los valores en los que creo fielmente: Libertad de conciencia y derechos humanos. Valores universales inherentes a los seres humanos y estos son despreciados por los Castro. De la misma manera que despreció el ramo de olivos que Obama brindó al régimen cuando dijo: “Es hora ya de olvidarnos del pasado, dejemos el pasado, miremos el futuro, mirémoslo juntos, un futuro de esperanza. Y no va a ser fácil, va a haber retos, y a esos vamos a darle tiempo; pero mi estadía aquí me da más esperanzas de lo que podemos hacer juntos como amigos, como familia, como vecinos, juntos”.
“¿Que Bolá Cuba? Acabo de aterrizar aquí, ansioso de encontrarme y oír directamente al pueblo cubano”, fue el mensaje del Presidente de Estados Unidos de América Barack Obama al pueblo cubano vía Twitter desde el Air Force One, cuando arribó a Cuba. Obama se dirigió al pueblo en lenguaje de estilo coloquial muy utilizado en Cuba. Algo que debe haber asustado a Castro que de antemano evitó cualquier encantamiento del pueblo con Obama.
El presidente estadounidense, Barack Obama, visitó Cuba el 20 de marzo junto a su familia y una delegación de funcionarios de su Gobierno y empresarios. Según Obama, uno de los objetivos de la nueva política de su gobierno al restablecer relaciones diplomáticas con Castro es empoderar al pueblo de Cuba.
El pueblo no pudo encontrarse espontáneamente con él. La inmensa mayoría de los cubanos que estuvieron en lugares donde frecuentó el presidente Obama fueron seleccionados por el régimen castrista. Exceptuando el encuentro con disidentes, aunque la lista de invitados fue también polemizada por el régimen. La cobertura de la visita de Obama en los medios masivos de difusión fue de bajo perfil.
Jim Acosta, corresponsal de la CNN acreditado en la Casa Blanca, preguntó a Raúl Castro, ¿Por qué tiene prisioneros políticos cubanos? y ¿Por qué no los suelta?
Castro, visiblemente molesto, respondió: “Dame la lista ahora mismo de los presos políticos para soltarlos, menciónala ahora, ¡Que presos políticos! Dime el nombre o los nombres o cuando concluya la reunión me da una lista con los presos y si hay esos presos políticos antes de que llegue la noche van a estar sueltos”.
Según listados de Organizaciones de Derechos Humanos, hay documentados alrededor de 80 presos políticos que cumplen largas condenas de prisión en Cuba.
Castro, al enterarse de que Obama visitaría Cuba comenzó a reprimir a través de operativos policiales con recogidas a disidentes, periodistas independientes y todos los que le resultaron incomodos. Cortó servicios a teléfonos fijos y celulares, ni los vetustos árboles que adornaban la cuadra donde resido escaparon de la paranoia del régimen que los eliminó para vigilar mejor mi vivienda y todos nuestros movimientos. Además retuvo arbitrariamente en sus hogares y custodiados por policías a muchos cubanos.
Testimonio
“Por tres días fui el prisionero número 380 de la Unidad Provincial de Investigación Criminal de Villa Clara. Fueron los tres días que el Presidente Barack Obama visitó mi país tras 88 años sin que lo hiciese ninguno de sus predecesores. Fui llevado a prisión y regresado a casa como si condujesen a un criminal. Fuertemente esposado y custodiado por policías de tropas especiales. Durante mi injusta prisión no acepté nada de alimentos, era mi única manera posible de protestar y de protegerme, pues no tengo confianza ninguna en lo que me ofrecían los carceleros. Las condiciones de las celdas: calor, frio, un bombillo encendido las 24 horas, mosquitos, fetidez. Antes de sacarme de la prisión, un guapetón agente de la seguridad del Estado, en un pequeño cuarto y protegido por dos corpulentos guardias de las tropas especiales me lanzó una sarta de improperios y amenazas que expresaban la impotencia de querer desaparecerme y tener sin embargo que obedecer las órdenes de devolverme a casa. Cuando llegamos a mi pueblo me encontré con un descomunal operativo policial y durante treinta minutos debí esperar que apareciesen las llaves de mis esposas, pues se les habían extraviado a los guardias. Durante estos tres días estuve totalmente incomunicado. Este fue el lugar deparado para mí en el teatro preparado por Raúl Castro para su distinguido visitante el presidente Barack Obama”. Declara el Presbítero, Mario Félix LLeonart Barroso.
Mientras Castro controle toda actividad y restrinja la libertad de los ciudadanos, es poco probable que exista prosperidad para el pueblo, pues estarían en riesgo de perder sus bienes y ser enviados a la cárcel si disienten o critican abiertamente al régimen.
Tengo profundo apego a la justicia y a los valores en los que creo fielmente: Libertad de conciencia y derechos humanos. Valores universales inherentes a los seres humanos y estos son despreciados por los Castro. De la misma manera que despreció el ramo de olivos que Obama brindó al régimen cuando dijo: “Es hora ya de olvidarnos del pasado, dejemos el pasado, miremos el futuro, mirémoslo juntos, un futuro de esperanza. Y no va a ser fácil, va a haber retos, y a esos vamos a darle tiempo; pero mi estadía aquí me da más esperanzas de lo que podemos hacer juntos como amigos, como familia, como vecinos, juntos”.
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