NO SOLO CON DINERO SE GANA LA GUERRA
Por. Ariel Clavijo
Cuando a educar se refiere, inmediatamente nos ubicamos en
un local con aulas, pupitres y un profesor delante de alumnos impartiendo
clases; no siempre se cumple esta panorámica, pues en ocasiones, para educar,
no es necesario encontrarse en este marco. Se puede educar donde quiera y hasta
en ocasiones, no se necesita un profesor.
En estos tiempos, y sobre todo, desde el inicio de las
conversaciones para el restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos
y Cuba, hemos sido testigos del flujo de disidentes provenientes de la Isla cautiva
hacia los Estados Unidos con el fin de educar al exilio militante sobre la situación
interna en el país de los Castro y mostrar todas las brillantes ideas de planes
a desarrollar para el derrocamiento del tirano. Casi todas las semanas, los
mismos disidentes viajan desde Cuba en grupos, para exponer esas ideas frente a
ciertos movimientos y partidos políticos y también en ciertas emisoras de radio
que se encargan de la difusión de las brillantes ideas de la disidencia.
Yo, muy particularmente creo que el exilio es lo
suficientemente maduro y conocedor de todas las estrategias de lucha contra el
opresor del pueblo cubano, solo que por prudencia, no son expuestos a los que
se encuentran dentro de Cuba ya que en las calles de Miami no se reparten
golpes como en las calles de las diferentes ciudades de Cuba donde la oposición
es activa y asediada por las turbas Castro comunistas, que solo esperan un pequeño
desliz para echarle el guante, golpearlos y enviarlos a la cárcel para sacarlos
de la calle.
Considero muy sabia la idea de educar, pero educar al pueblo
de Cuba, llevar la enseñanza de la lucha pacífica a todos y cada uno de los
rincones de la isla para aumentar la militancia dentro de los diferentes
partidos y movimientos y que cada cubano tome la responsabilidad dela lucha por
la libertad de la patria. Pero los viajes de los disidentes a Estados Unidos no
propiciarían estas posibilidades, y muchos cubanos podrían excusarse por
desconocer la existencia de grupos de lucha por la libertad de la patria.
Los recursos que se recolectan para el desarrollo de la
lucha interna se deben considerar sagrados, pues ellos cuestan mucho sudor y
sacrificios de los cubanos en el exilio. Los recursos no deben ser dilapidados
en una forma irracional o que no corresponda al sacrificio por el que se
obtienen, pero debe tenerse en cuenta que esos recursos deben ser distribuidos
equitativamente exclusivamente para la lucha, para que todos y cada uno de los
cubanos conozca que fueron colectados producto del sacrificio pero que son
destinados para que cada cubano conozca y participe en lo que será su libertad
e independencia del tirano instalado encuba desde hace más de medio siglo.
No es de mi incumbencia decidir el destino de los fondos colectados,
pero si alertar, y que se conozca, la finalidad de los fondos colectados y como
rendirían mejores resultados. Mientras dichos fondos se estanquen en un área determinada,
el resultado sería mínimo y continuaríamos en la misma situación de
desconocimiento de aquellos, que estando dentro de Cuba, desconocen la
existencia de grupos opositores al tirano Raúl Castro.
La guerra se gana con dinero y más dinero; pero cuando no
existe la posibilidad de obtenerlo en una forma honrada y digna entonces hay
que pensar en que la guerra se gana con sacrificio y mucho más sacrificio,
motivado siempre por el afán de salvar a la patria que nos vio nacer y que
deseamos devolverla a los caminos correctos de los que fue desviada.
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