martes, 2 de junio de 2015

Así viven las familias del Fanguito

Así viven las familias del Fanguito

En esta comunidad, asentada en una de las orillas del Almendares, son obvias las terribles condiciones, bajo un enorme riesgo para la salud y la vida, en que sobreviven grandes núcleos familiares

María Cruz Vea (foto del autor)
María Cruz Vea (foto del autor)
LA HABANA, Cuba. -Desde hace varias décadas el conocido Fanguito es una de las barriadas más pobres y marginales de la capital cubana. En esta comunidad, asentada en una de las orillas del Almendares, son obvias las terribles condiciones, bajo un enorme riesgo para la salud y la vida, en que sobreviven grandes núcleos familiares.
Sin embargo, el pasado lunes 18 de abril, Mercedes López Acea, primera Secretaria del Partido Comunista en La Habana, declaró al periódico oficialista Granma que valoraba como “muy positivo” el Ejercicio Meteoro 2015, el cual concluyó un día antes con el estudio de las principales vulnerabilidades y riesgos ante la temporada ciclónica. “Se trata, dijo, de un trabajo de continuidad y de intensidad en lo que se viene realizando en muchos lugares relacionado con el drenaje en la provincia, la situación de saneamiento ambiental y la puntualización de las 79 zonas más complejas”.
Tales afirmaciones de la dirigente comunista son incompatibles con las terribles condiciones de riesgo en que viven las familias de la comunidad El Fanguito. Y la misma gente de la barriada consideró de hipócritas tales declaraciones de Mercedes López Acea.

“Aquí todas las esperanzas están rotas, incluso las promesas de las autoridades para resolver nuestra situación, aún están sin cumplir”, declaró, con lágrimas en los ojos, María Antonia Cruz Vea, hermana del mártir de la Revolución, Julio Cruz Vea, muerto en Etiopía (1978), como soldado de las aventuras guerreristas de Fidel Castro en África durante las décadas del 70 y 80. “Recuerdo que un día de aquel año se aparecieron los militares con las pertenencias de mi hermano muerto. Se las entregaron a su esposa, y ojos que te vieron venir”.
Fanguito, asentamiento en la orilla del río Almendares en La Habana (foto del autor)
Fanguito, asentamiento en la orilla del río Almendares en La Habana (foto del autor)
Esta mujer, que accedió a manifestar su criterio a CubaNet, sin pelos en la lengua, sobre las míseras condiciones en que habita este vecindario, no ha tenido más opción que vivir sus 58 años junto al río Almendares.
Aquellos moradores del Fanguito, que residen a unos 50 metros de la orilla, han planteado año tras año sus quejas y peticiones en las reuniones de rendición de cuentas del Poder Popular, y en otras instancias del gobierno, con la esperanza de que se l Estado se apiade de su situación. Pero una y otra vez, las respuestas sólo dan por resultado las huecas promesas de los dirigentes, porque jamás han movido un dedo para resolver esta inhumana realidad.
“Nadie ha venido, ni se ha interesado por ayudarnos a sanar para siempre nuestras heridas, y saben que existimos entre las ratas, los cangrejos, el mal olor, el hacinamiento, la soledad, la pobreza, y el agua sucia de la corriente que en muchas ocasiones va penetrando hacia el interior de las casas, carcomiéndonos”, declaró un matrimonio de afrodescendientes, con cuatro hijos, y malviviendo en un ‘bajareque’, hecho a base de tablas y planchuelas de zinc, muy próximo a la súper contaminada orilla fluvial.
Varios vecinos del Fanguito aseguran que entre los meses de mayo y junio se torna más crítica su situación, por cuanto es la época de las lluvias. Otros, plantean que cuando la marea sube, las infectadas aguas del Almendares les inundan las casas. Ellos alegan que las autoridades del municipio Plaza, sólo dan la cara cuando hay una alarma ciclónica de gran intensidad, a fin de evacuarlos hacia una escuelita cercana, pero tan pronto termina la borrasca los retornan a su caserío.
Iversis Rodrígue (foto del autor)
Iversis Rodrígue (foto del autor)
Iversis Rodríguez, una joven de 24 años, madre de dos niños pequeños, que reside a escasos metros del Almendares, dijo: “En dos ocasiones, a causa de la penetración del río en mi hogar, me quedé sin refrigerador, y en la otra, sin televisor. Hay veces que no puedo dormir, y debo vigilar a las ratas, para que no anden por la camita de mis hijos”. Y añade: “Mi esposo, y otras familias, hemos intentado construir un poco más allá, para alejarnos del área donde penetra el río, pero cada vez que lo hacemos, interviene la policía, nos multan, y derriban las construcciones. Es como si estuviéramos condenados a permanecer en los malditos 50 metros”.
Estas viviendas, de pésimas condiciones, cada vez que llueve, las invaden las aguas infestadas del Almendares, que también en más de una ocasión han destruido los equipos eléctricos, los muebles, y otros enseres.
Finalmente termino con esta declaración de María A Cruz Vea, hermana del mártir: “Periodista, ojalá esta denuncia contribuya a salvar a los moradores del Fanguito, dándoles un lugar decente donde poder vivir. Y también salve de la contaminación al viejo Almendares, para que vuelva a ser el río insigne de la ciudad de La Habana”.

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