sábado, 21 de marzo de 2015

¿Somos una amenaza a la seguridad de EEUU?

¿Somos una amenaza a la seguridad de EEUU?

CARACAS.- La intención de estos últimos es utilizar el viejo expediente de alebrestar el patrioterismo ante un presunto enemigo extranjero. Ese sentimiento ellos mismos lo han adormecido aceptando la tutela del imperio enano de los Castro.

GENERAL VENEZOLANO | 07 de Marzo de 2015
¿Somos una amenaza a la seguridad de EEUU?
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CARACAS.- La decisión de Barack Obama de designar a Venezuela como una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos agarró por sorpresa a mucha gente. Unos dijeron que era una exageración porque no tenemos cómo amenazar a los norteamericanos. Otros dijeron que era un plan del imperio para invadirnos.
La intención de estos últimos es utilizar el viejo expediente de alebrestar el patrioterismo ante un presunto enemigo extranjero. Ese sentimiento ellos mismos lo han adormecido aceptando la tutela del imperio enano de los Castro.
¿Cómo un pequeño país en ruinas, destruido por la incapacidad y saqueo de los funcionarios del régimen que lo atosiga puede ser un peligro para la mayor potencia mundial? Las amenazas inusuales y extraordinarias provenientes de Venezuela son el comunismo, el narcotráfico y los  vínculos con el fundamentalismo islámico.

El título 50 de las leyes estadounidenses codificadas se refiere a las leyes para la guerra y la defensa nacional. En el capítulo 35 de ese título está contemplado lo dispuesto para enfrentar situaciones de emergencia internacional. La Sección 1701 de ese título cubre las amenazas inusuales y extraordinarias y la Sección 1702 describe la autoridad presidencial y sus obligaciones ante las amenazas.
Obama actuó en cumplimiento de lo establecido en esas dos secciones utilizando el lenguaje especificado en esos textos legales. Entre las principales amenazas que percibe el Presidente y sus asesores están el narcotráfico y el terrorismo islámicos. Venezuela está incursa en ambas situaciones y es natural que se le considere una amenaza pese a no contar con un arsenal nuclear ni contar con fuerzas militares capaces de enfrentar con éxito a los americanos.
El hecho que Venezuela sea un país pequeño y empobrecido por la corrupción e ineptitud de su Gobierno no le impide ser una amenaza seria. En 1983 Granada, un país minúsculo con apenas 90.000 habitantes, también fue considerada una amenaza. En 1989 Panamá también fue designada como tal cuando Noriega era el dictador todopoderoso que amenazaba con un machete a los opositores. No podemos esperar que la primera potencia del mundo se siente con los brazos cruzados a esperar que la polilla comunista con sus nuevos aliados del narcotráfico y fundamentalistas islámicos carcoman sus cimientos.
La estrategia de Maduro para enfrentar a los EEUU ha sido desarrollada por los Castro y Raimundo Kabchi, un terrorista libanes dirigente del Hezbollah, que se ha convertido en el cerebro del régimen para estos menesteres.
Este personaje fue el asesor de Chávez y para el Medio Oriente. Kabchi se convirtió en la sombra de Maduro junto con Maximilien Arvelaiz desde que este fue canciller. Hezbollah es un grupo terrorista chiita financiado por Irán y Venezuela.
Maduro, quien no es venezolano,  ha involucrado a Venezuela en un peligroso juego de poderes  en medio de una aguda crisis económica creada por la ineficiencia del modelo comunista.
Esta rémora, en conjunción con la banda de ladrones enchufados y boliburgueses, ha consumido la riqueza petrolera y destruido a PDVSA, la gallina de los huevos de oro. Mientras un indocumentado esté a la cabeza del régimen de Venezuela rodeado de una banda mafiosa de hampones y narcotraficantes comunistas, será una amenaza para los EEUU y los Presidentes de ese país están obligados por las leyes a obrar en consecuencia. Entretanto los fantasmas de Cipriano Castro y Noriega caminan por Venezuela.

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