No está escrito en agenda que guerrilleros debemos ir a cárcel"
"Todos los casos exitosos de fines de conflictos armados, en ninguno de ellos los rebeldes van a cárcel ". "Tenemos que llegar al cese bilateral, de lo contrario nuestras unidades tendrán que volver a las ofensivas".
A sus 61 años de edad, Pablo Catatumbo es miembro del Secretariado de las FARC y es considerado uno de los principales "teóricos" del grupo insurgente colombiano AFP
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FRANK LÓPEZ BALLESTEROS | EL UNIVERSAL
lunes 2 de marzo de 2015 12:00 AM
Pablo Catatumbo es para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) un figura determinante por muchas cosas: sufrió en carne propia torturas físicas de los paramilitares como castigo por su actividad guerrillera, al grado de que hasta su hermana pagó por aquella relación: la entregaron descuartizada tras ser despedazada con una motosierra.
Son muchos años desde aquella tragedia y otras más de las que él también fue partícipe durante la década de los '80 y '90 por el cruento conflicto armado, pero Jorge Torres Victoria, alias "Pablo Catatumbo", es hoy uno de los mayores estrategas políticos y militares de las FARC, razón por la que está en el equipo negociador de la guerrilla que en La Habana negocia desde 2012 con el Gobierno de Colombia un acuerdo de paz.
Catatumbo, a diferencia de en otras oportunidades, se muestra más seguro de que los diálogos conducirán a la firma de la paz, pero advierte que no son las FARC sobre quienes depende que esto ocurra en 2015, sino de las posturas del equipo negociador del presidente Juan Manuel Santos. El tema del cese el fuego bilateral luce vital a los ojos de la guerrilla.
Sin ambages el jefe rebelde luce convencido de que los líderes guerrilleros no tienen razón para pensar en la prisión, por lo que se pregunta, entre otras cosas, "¿en qué parte de la agenda está escrito que los guerrilleros debemos ir a la cárcel?", cuestionado sobre ese tema y otros más en una entrevista con El Universal, respondiendo un cuestionario con interrogantes clave e incluso aceptando repreguntas.
Es la segunda vez, desde 2013, que Catatumbo habla con este diario y, a diferencia de la oportunidad anterior, refleja a unas FARC más seguras. Puede que la razón sea que si bien quedan pocas cosas para concluir la agenda de los diálogos, lo que está por venir es definitivo.
-Las FARC se han comprometido a no incorporar a menores de 17 años a sus filas, ¿están dispuestos a la desmovilización adelantada de este grupo de menores antes de firmar el acuerdo de paz?
-Las Normas de Reclutamiento de las FARC-EP indican que pueden ingresar a la organización personas entre los 15 y 30 años. Con el anuncio del pasado 12 de febrero lo que hacemos es reformar la edad de ingreso para los nuevos reclutas, lo que sin duda es un paso adelante en la dirección correcta.
"Al respecto los medios exageran el número de menores de 17 años en filas: su número no es nada elevado en nuestras unidades. La palabra desmovilización nunca ha estado en nuestro lenguaje, pero podría decirle que sí estamos considerando la posibilidad de hacer entrega a las comunidades y a sus familiares de quienes no cumplan los requisitos de edad contemplados en nuestras normas de reclutamiento".
-¿De cuántos menores estamos hablando?
-Ya las FARC han realizado un censo y continuarán verificando. Hemos informado de un número de trece menores en particular, en una región que corresponden a casos puntuales, bien por protección, tras quedar huérfanos, o por ser hijos de guerrilleros. Hemos dicho también que procederemos a su desvinculación con base en estrictos protocolos.
-Una reciente encuesta revelaba que 80% de los colombianos reclaman cárcel para líderes guerrilleros e incluso para sus subalternos, ¿cómo el Secretariado evalúa esta demanda nacional?
-Encuestas salen todos los días, con todo tipo de resultados. No se puede supeditar un proceso de paz a encargos estadísticos mandados a hacer y direccionados por las matrices de opinión que imponen algunos medios de comunicación.
"Lo más importante es que la población colombiana, esa Colombia profunda que padece las consecuencias de la guerra, se ha manifestado a favor de la paz, no solo en encuestas, sino en la movilización social.
"Si usted revisa todos los casos exitosos recientes de fines de conflictos armados, en ninguno de ellos los rebeldes terminan en la cárcel. ¿Por qué tendría que ser Colombia el primer país en hacerlo?"
-¿Entonces, da por sentado que no irán a prisión?
-Por supuesto que no somos refractarios a que en nuestro proceso de paz se aplique un concepto de justicia, lo que pasa es que la agenda de diálogo se concibió con una noción más elevada de justicia, una justicia integral para la transformación, no para reproducir ciclos de odio y de venganza,
"El Acuerdo General de La Habana es el marco general en el cual nos movemos. En ninguna parte de ese acuerdo, firmado el 22 de agosto de 2012, se habla de justicia transicional. ¿En qué parte de la agenda está escrito que los guerrilleros debemos ir a la cárcel y empresarios, terratenientes, gobernadores, alcaldes, funcionarios de la fiscalía y hasta de la rama jurisdiccional, ligados al paramilitarismo, van a quedar libres?"
-La justicia transicional es uno de los puntos clave del proceso, ¿cómo va este tema?
-La tecnocracia gobiernista ha impuesto ese tema en los medios, planteándolo como un punto inevitable dentro del tránsito de la agenda pactada. En la práctica la postura del Gobierno se remite a cuánto tiempo deberemos pasar los guerrilleros en la cárcel y quién deberá juzgarnos. Para ello han diseñado unilateralmente un Marco Jurídico para la Paz que ha hecho carrera en el Parlamento sin consulta alguna a las FARC, negando la bilateralidad de la mesa de conversaciones.
"Para nosotros el marco jurídico del proceso es el Acuerdo General de La Habana de 2012 y sus derivaciones son los acuerdos ya alcanzados. Lo que el Gobierno tenga a bien hacer por su cuenta, no nos compromete. Respecto a estos temas, lo hemos dicho varias veces: el Estado no puede pretender ser juez y parte de un proceso en el que tiene mucho que ver y mucho por explicar".
-¿Y cree que al final EEUU aceptará catalogar al narcotráfico como un delito conexo con la rebelión?
-Lo que pasa es que no es a EEUU a quien le corresponde definir las conexidades, complejidad y extensión del delito político en nuestro país. Es una obligación del Estado colombiano hacerlo, dado que fue él quien lo desdibujó y lo desnaturalizó.
-EEUU acaba de designar un enviado especial para los diálogos de paz, ¿puede ser ésta la base para llegar finalmente a la firma de un acuerdo de paz? ¿Ésto se verá finalmente en 2015?
-Vemos con muy buenos ojos este nombramiento, y creemos que puede jugar un rol muy importante en este proceso. El papel de ese país ha sido determinante en el origen, en el desarrollo y en todas las dimensiones del conflicto colombiano. Aspiramos a que también lo sea en un proceso de democratización real de Colombia y en la solución definitiva de la violencia que nos sacude.
"Ojalá fuera posible alcanzar el acuerdo en 2015, pero eso no depende de nosotros, dada la complejidad de las problemáticas que nos ocupan. Lo importante es alcanzar un acuerdo sólido para que sea estable y duradero".
-¿Están dispuestas las FARC a renunciar a la violencia? Hicieron un cese al fuego unilateral en diciembre de 2014. ¿Por qué no renunciar a la violencia ya?
-Esa pregunta hace pensar que somos una especie de violentos por naturaleza. La guerrilla surgió como respuesta a la violencia y la represión del Estado. Por el contrario, somos los primeros partidarios de la paz. Con el cese unilateral indefinido estamos demostrando precisamente eso. Pero en estos 60 días el enemigo nos ha matado ya más de una decena de combatientes y nos ha capturado cinco, que seguramente resultarán condenados a más de 40 años en prisión. ¿Cómo continuar una situación así? Tenemos que llegar al cese bilateral, de lo contrario nuestras unidades tendrán que volver a acciones ofensivas. Los guerrilleros queremos la paz, pero no nos vamos a dejar matar, renunciando a la defensa.
-Las FARC han pedido perdón por casos concretos de violencia ¿Cómo será el camino para ese perdón general que tanto piden los colombianos?
-Hemos hablado de hacer jornadas nacionales de contrición, de una real reconstrucción de la memoria histórica y hasta de perdón común colectivo, considerando que las responsabilidades en el origen, las dinámicas y la continuación de esta guerra, son múltiples, pero que el máximo punto de imputación está en el Estado, como se deriva del reciente informe de la comisión histórica del conflicto.
-El Gobierno colombiano asegura que varios de sus cuadros están desertando para vincularse exclusivamente al narcotráfico. ¿Cómo enfrentar esta situación en medio de un diálogo de paz?
-No sé de dónde saca usted esa información, pero es errada, no se corresponde con la realidad. En aras de la verdad, no he escuchado que el Gobierno este propalando esas mentiras que irían en contravía de un real compromiso con el desescalamiento del conflicto y la reconciliación.
-No creo que sea una información errada. El 21 de febrero de 2015 el ministro de Defensa colombiano dijo que varios frentes de las FARC, la guerrilla del ELN y bandas criminales estaban en alianza para el tráfico de drogas. ¿Quién está equivocado aquí, entonces? ¿Qué pasará con estas personas?
-El ministro (Juan Carlos) Pinzón no es buena fuente para este tipo de información, pues siempre ha actuado como francotirador contra el proceso de paz. Pretender que las FARC van a estar actuando en alianza con grupos paramilitares, no es más que un disparate.
Para las FARC, en palabras de líder guerrillero, "no es ni un capricho ni una talanquera: es que una nación en paz requiere de un nuevo contrato social. Además, las FARC consideramos que el ordenamiento de la Colombia en paz no surgirá de un momento de 'iluminación' de nuestros delegados y los del Gobierno en La Habana".
Interrogado por el hecho de que el movimiento político del expresidente Uribe, el Centro Democrático, coincida en que es necesaria una constituyente, destacó que la propuesta guerrillera "no tiene nada en común con la del uribismo".
"El uribismo quiere la constituyente para eliminar aspectos positivos y progresistas de la Constitución de 1991, para blindar jurídicamente a Uribe y revivir la reelección presidencial, y eso es algo con lo que nunca estaremos de acuerdo".
Sobre las perspectivas políticas de las FARC frente a las elecciones regionales de este año en Colombia, Catatumbo resaltó que "la guerrilla no participa en elecciones", pero ha constatado como el clientelismo reina. FLB
Son muchos años desde aquella tragedia y otras más de las que él también fue partícipe durante la década de los '80 y '90 por el cruento conflicto armado, pero Jorge Torres Victoria, alias "Pablo Catatumbo", es hoy uno de los mayores estrategas políticos y militares de las FARC, razón por la que está en el equipo negociador de la guerrilla que en La Habana negocia desde 2012 con el Gobierno de Colombia un acuerdo de paz.
Catatumbo, a diferencia de en otras oportunidades, se muestra más seguro de que los diálogos conducirán a la firma de la paz, pero advierte que no son las FARC sobre quienes depende que esto ocurra en 2015, sino de las posturas del equipo negociador del presidente Juan Manuel Santos. El tema del cese el fuego bilateral luce vital a los ojos de la guerrilla.
Sin ambages el jefe rebelde luce convencido de que los líderes guerrilleros no tienen razón para pensar en la prisión, por lo que se pregunta, entre otras cosas, "¿en qué parte de la agenda está escrito que los guerrilleros debemos ir a la cárcel?", cuestionado sobre ese tema y otros más en una entrevista con El Universal, respondiendo un cuestionario con interrogantes clave e incluso aceptando repreguntas.
Es la segunda vez, desde 2013, que Catatumbo habla con este diario y, a diferencia de la oportunidad anterior, refleja a unas FARC más seguras. Puede que la razón sea que si bien quedan pocas cosas para concluir la agenda de los diálogos, lo que está por venir es definitivo.
-Las FARC se han comprometido a no incorporar a menores de 17 años a sus filas, ¿están dispuestos a la desmovilización adelantada de este grupo de menores antes de firmar el acuerdo de paz?
-Las Normas de Reclutamiento de las FARC-EP indican que pueden ingresar a la organización personas entre los 15 y 30 años. Con el anuncio del pasado 12 de febrero lo que hacemos es reformar la edad de ingreso para los nuevos reclutas, lo que sin duda es un paso adelante en la dirección correcta.
"Al respecto los medios exageran el número de menores de 17 años en filas: su número no es nada elevado en nuestras unidades. La palabra desmovilización nunca ha estado en nuestro lenguaje, pero podría decirle que sí estamos considerando la posibilidad de hacer entrega a las comunidades y a sus familiares de quienes no cumplan los requisitos de edad contemplados en nuestras normas de reclutamiento".
-¿De cuántos menores estamos hablando?
-Ya las FARC han realizado un censo y continuarán verificando. Hemos informado de un número de trece menores en particular, en una región que corresponden a casos puntuales, bien por protección, tras quedar huérfanos, o por ser hijos de guerrilleros. Hemos dicho también que procederemos a su desvinculación con base en estrictos protocolos.
-Una reciente encuesta revelaba que 80% de los colombianos reclaman cárcel para líderes guerrilleros e incluso para sus subalternos, ¿cómo el Secretariado evalúa esta demanda nacional?
-Encuestas salen todos los días, con todo tipo de resultados. No se puede supeditar un proceso de paz a encargos estadísticos mandados a hacer y direccionados por las matrices de opinión que imponen algunos medios de comunicación.
"Lo más importante es que la población colombiana, esa Colombia profunda que padece las consecuencias de la guerra, se ha manifestado a favor de la paz, no solo en encuestas, sino en la movilización social.
"Si usted revisa todos los casos exitosos recientes de fines de conflictos armados, en ninguno de ellos los rebeldes terminan en la cárcel. ¿Por qué tendría que ser Colombia el primer país en hacerlo?"
-¿Entonces, da por sentado que no irán a prisión?
-Por supuesto que no somos refractarios a que en nuestro proceso de paz se aplique un concepto de justicia, lo que pasa es que la agenda de diálogo se concibió con una noción más elevada de justicia, una justicia integral para la transformación, no para reproducir ciclos de odio y de venganza,
"El Acuerdo General de La Habana es el marco general en el cual nos movemos. En ninguna parte de ese acuerdo, firmado el 22 de agosto de 2012, se habla de justicia transicional. ¿En qué parte de la agenda está escrito que los guerrilleros debemos ir a la cárcel y empresarios, terratenientes, gobernadores, alcaldes, funcionarios de la fiscalía y hasta de la rama jurisdiccional, ligados al paramilitarismo, van a quedar libres?"
-La justicia transicional es uno de los puntos clave del proceso, ¿cómo va este tema?
-La tecnocracia gobiernista ha impuesto ese tema en los medios, planteándolo como un punto inevitable dentro del tránsito de la agenda pactada. En la práctica la postura del Gobierno se remite a cuánto tiempo deberemos pasar los guerrilleros en la cárcel y quién deberá juzgarnos. Para ello han diseñado unilateralmente un Marco Jurídico para la Paz que ha hecho carrera en el Parlamento sin consulta alguna a las FARC, negando la bilateralidad de la mesa de conversaciones.
"Para nosotros el marco jurídico del proceso es el Acuerdo General de La Habana de 2012 y sus derivaciones son los acuerdos ya alcanzados. Lo que el Gobierno tenga a bien hacer por su cuenta, no nos compromete. Respecto a estos temas, lo hemos dicho varias veces: el Estado no puede pretender ser juez y parte de un proceso en el que tiene mucho que ver y mucho por explicar".
-¿Y cree que al final EEUU aceptará catalogar al narcotráfico como un delito conexo con la rebelión?
-Lo que pasa es que no es a EEUU a quien le corresponde definir las conexidades, complejidad y extensión del delito político en nuestro país. Es una obligación del Estado colombiano hacerlo, dado que fue él quien lo desdibujó y lo desnaturalizó.
-EEUU acaba de designar un enviado especial para los diálogos de paz, ¿puede ser ésta la base para llegar finalmente a la firma de un acuerdo de paz? ¿Ésto se verá finalmente en 2015?
-Vemos con muy buenos ojos este nombramiento, y creemos que puede jugar un rol muy importante en este proceso. El papel de ese país ha sido determinante en el origen, en el desarrollo y en todas las dimensiones del conflicto colombiano. Aspiramos a que también lo sea en un proceso de democratización real de Colombia y en la solución definitiva de la violencia que nos sacude.
"Ojalá fuera posible alcanzar el acuerdo en 2015, pero eso no depende de nosotros, dada la complejidad de las problemáticas que nos ocupan. Lo importante es alcanzar un acuerdo sólido para que sea estable y duradero".
-¿Están dispuestas las FARC a renunciar a la violencia? Hicieron un cese al fuego unilateral en diciembre de 2014. ¿Por qué no renunciar a la violencia ya?
-Esa pregunta hace pensar que somos una especie de violentos por naturaleza. La guerrilla surgió como respuesta a la violencia y la represión del Estado. Por el contrario, somos los primeros partidarios de la paz. Con el cese unilateral indefinido estamos demostrando precisamente eso. Pero en estos 60 días el enemigo nos ha matado ya más de una decena de combatientes y nos ha capturado cinco, que seguramente resultarán condenados a más de 40 años en prisión. ¿Cómo continuar una situación así? Tenemos que llegar al cese bilateral, de lo contrario nuestras unidades tendrán que volver a acciones ofensivas. Los guerrilleros queremos la paz, pero no nos vamos a dejar matar, renunciando a la defensa.
-Las FARC han pedido perdón por casos concretos de violencia ¿Cómo será el camino para ese perdón general que tanto piden los colombianos?
-Hemos hablado de hacer jornadas nacionales de contrición, de una real reconstrucción de la memoria histórica y hasta de perdón común colectivo, considerando que las responsabilidades en el origen, las dinámicas y la continuación de esta guerra, son múltiples, pero que el máximo punto de imputación está en el Estado, como se deriva del reciente informe de la comisión histórica del conflicto.
-El Gobierno colombiano asegura que varios de sus cuadros están desertando para vincularse exclusivamente al narcotráfico. ¿Cómo enfrentar esta situación en medio de un diálogo de paz?
-No sé de dónde saca usted esa información, pero es errada, no se corresponde con la realidad. En aras de la verdad, no he escuchado que el Gobierno este propalando esas mentiras que irían en contravía de un real compromiso con el desescalamiento del conflicto y la reconciliación.
-No creo que sea una información errada. El 21 de febrero de 2015 el ministro de Defensa colombiano dijo que varios frentes de las FARC, la guerrilla del ELN y bandas criminales estaban en alianza para el tráfico de drogas. ¿Quién está equivocado aquí, entonces? ¿Qué pasará con estas personas?
-El ministro (Juan Carlos) Pinzón no es buena fuente para este tipo de información, pues siempre ha actuado como francotirador contra el proceso de paz. Pretender que las FARC van a estar actuando en alianza con grupos paramilitares, no es más que un disparate.
Para las FARC, en palabras de líder guerrillero, "no es ni un capricho ni una talanquera: es que una nación en paz requiere de un nuevo contrato social. Además, las FARC consideramos que el ordenamiento de la Colombia en paz no surgirá de un momento de 'iluminación' de nuestros delegados y los del Gobierno en La Habana".
Interrogado por el hecho de que el movimiento político del expresidente Uribe, el Centro Democrático, coincida en que es necesaria una constituyente, destacó que la propuesta guerrillera "no tiene nada en común con la del uribismo".
"El uribismo quiere la constituyente para eliminar aspectos positivos y progresistas de la Constitución de 1991, para blindar jurídicamente a Uribe y revivir la reelección presidencial, y eso es algo con lo que nunca estaremos de acuerdo".
Sobre las perspectivas políticas de las FARC frente a las elecciones regionales de este año en Colombia, Catatumbo resaltó que "la guerrilla no participa en elecciones", pero ha constatado como el clientelismo reina. FLB
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