lunes, 17 de noviembre de 2014

La Habana empeñada a una ceiba

La Habana empeñada a una ceiba

Es medianoche. Llegan al Templete, piden un deseo. Miran su Habana, un año más vieja, con el corazón apretado. No quieren regresar, el próximo año, con el mismo deseo a cuestas

Habaneros esperando darle la vuelta a la ceiba
Habaneros esperando darle la vuelta a la ceiba (foto del autor)
LA HABANA, Cuba. -Es sábado 15 de noviembre y faltan pocos minutos para la medianoche. La Habana Vieja está en plena actividad. Grupos de cubanos y algún extranjero caminan hacia un destino común, el Templete situado en la Plaza de Armas. En breve será domingo 16, el 495 aniversario de la fundación de la Villa de San Cristóbal de La Habana y, como marca la tradición, los habaneros vamos a pedirle prosperidad a la ceiba que se levanta a la entrada del vetusto recinto capitalino.
La historia nos cuenta que en 1519, en el lugar donde hoy se alzan la ceiba y el Templete, tuvo lugar la primera misa y el primer Cabildo
de la recién fundada Villa de San Cristóbal de La Habana. Este es un lugar simbólico para religiosos y laicos en general, y la tradición indica que en las primeras horas del cumpleaños habanero si le pides tu deseo a la ceiba y depositas unos centavos sobre sus raíces, éste se cumplirá. La tradición tiene además una fuerte influencia yoruba, que añadió el requisito de darle tres vueltas a la ceiba en el sentido contrario a las agujas del reloj.
Aquellos que esperan…
Línea de personas esperando su turno (foto del autor)
Línea de personas esperando su turno (foto del autor)
Llego a la Plaza de Armas y encuentro el Templete rodeado por una reja. Cientos de personas esperan su turno en una larga línea que se dispone alrededor del Castillo de la Real Fuerza, mientras muchos extranjeros observan entre curiosos y divertidos el transcurrir de esta muestra de la cultura cubana.
Mientras hago la cola converso con algunos de los “peregrinos”.
“Salud, dinero y amor son los tres deseos que vengo a pedir esta noche; pero si tengo que elegir uno entre los tres, pido mucha salud”, me comenta Tomás mientras espera en la línea su turno para darle las vueltas a la ceiba.
Reiny, de 42 años, vino a la ceiba el año pasado y pidió dinero. Me comenta que días después comenzó a trabajar en un bicitaxi y le pagaron 100 dólares. Este año volvió para pedir otra vez.
Caridad, en cambio, pedirá paz. A casi medio milenio de haberse fundado la Villa, con tanta beligerancia entre medio, la paz es un sueño de muchos.
Habaneros, tras la reja, dando la vuelta a la ceiba (foto del autor)
Habaneros, tras la reja, dando la vuelta a la ceiba (foto del autor)
Coloretes para una vieja Habana
En este 495 aniversario, se abre al público una sección del paseo del puerto, que se ha restaurado y acondicionado para los peatones. Esta sección, que une el muelle donde estaciona la lanchita de Regla, hasta los antiguos almacenes San José, es parte de un ambicioso proyecto de la Oficina del Historiador de La Habana para el puerto. En 5 años se espera contar con un muelle flotante que tendrá restaurantes, y otros entretenimientos para turistas y cubanos, al menos aquellos que puedan permitírselo.

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