Europa tropieza con su debilidad
LA HABANA.- El nuevo Consejo de Seguridad de Naciones Unidas fue integrado por países con actitudes antisraelíes, lo que propicia para el próximo año injustos y duros combates diplomáticos contra Israel
OPOSITOR CUBANO | 16 de Noviembre de 2014
LA HABANA.- Algunos partidos políticos europeos se precipitan en el barranco de las ideas muertas y construyen con astucia el viejo monstruo por defecto del antisemitismo que emponzoñará el alma de la humanidad.
Primera partición de Palestina
En 1917 los británicos derrotaron al Imperio turco e hicieron posesión del Mutesarrifiyyet de Jerusalén, que era un estatus administrativo desde 1874. Gran Bretaña y Francia acordaron el Tratado Sykes-Picot, en 1916, división secreta de la región del Oriente Medio para obtener zonas de control e influencia y evitar el panarabismo laico y el panislamismo. También el gobierno británico promovió públicamente la creación de un hogar nacional para el pueblo judío con la aprobación de la Declaración de Balfour, en 1917. Tres años después, estos acuerdos fueron refrendados en la Conferencia de San Remo y la Sociedad de Naciones, puesto en práctica a través del Mandato Británico para Palestina.
Durante el Mandato, la región de Palestina fue preparada para su división en un territorio árabe al este del río Jordán y el otro al oeste para los judíos, con las ciudades de Jerusalén y Nazaret bajo el control de la Sociedad de Naciones.
En 1921 se formó un gobierno árabe en el territorio palestino al este del río Jordán, en 1922 los británicos lo nombraron Transjordania, y seis años más tarde lo trataron como protectorado; aunque formalmente no se manejaban estos términos, fue reconocido como Estado independiente en 1946. El territorio al oeste del río Jordán correspondiente al pueblo judío, lo siguieron llamando Palestina.
Segunda partición de Palestina
Los árabes de Palestina habían obtenido su territorio, la Transjordania, pero insatisfechos con tal decisión impusieron acciones terroristas y genocidios contra los judíos y su inmigración a las tierras del oeste del río. Conocido este hecho como la Gran Revuelta Árabe de 1936-1939. Estos actos fueron precedidos por las masacres de Hebrón, el 23 de agosto de 1929, y tres días después la masacre de Safed. Otro de los crímenes fue la masacre de Tiberiades, el 2 de octubre de 1938.
La matanza de Hebrón fue una grave tragedia para la población judía palestina, que marco negativamente las relaciones árabe-israelíes, la cual fue considerada por los historiadores como un crimen de lesa humanidad por sus objetivos de limpieza étnica. La comunidad judía fue desterrada de esta ciudad y, en ella, los judíos sefaradíes residieron continuamente por más de 800 años. Hebrón es la segunda ciudad más importante para el judaísmo después de Jerusalén.
Esta violencia asociada a la pasividad de la potencia colonial británica conllevó a cuestionamientos y reinterpretación de la Declaración de Balfour por la Comisión Peel, en perjuicio del pueblo judío y su territorio, ahora más reducido, y su aceptación final por al gobierno británico que restructuró la región y contrajo el compromiso de dividir nuevamente el territorio entre árabes y judíos.
El Mandato Británico para Palestina terminó en 1947 y las Naciones Unidas dictaron la Resolución 181. Ésta dividía a Palestina en dos territorios, uno israelíes y el otro árabe, denominado Gaza y Samaria-Judea. Esta última denominación oficial esta vigente, aunque es rechazada por los árabes, por países musulmanes y otros de tendencias pro islamistas, extraoficialmente llamado Cisjordania o Margen Occidental, término impuesto por los antisemitas de Jordania (Transjordania) durante los 20 años de ocupación de ese territorio. Trece países árabes y musulmanes existentes en esa época se negaron al surgimiento de Israel como Estado independiente; y una rara excepción fue el apoyo de Cuba.
Independencia de Israel y su actualidad
A la desintegración del Imperio turco (1299-1922) surgieron diferentes Estados árabes: Irak, 1930; Arabia Saudí, 1932; Egipto, 1936; Siria, 1941; Líbano, 1943 y Jordania, en 1946. Estos países, con exclusión de los sauditas, atacaron a Israel a pocas horas de declarar su independencia en 1948. Israel subsistió a esta invasión y muchas otras hasta los recientes días de 2014.
La Cuba comunista ha sido instigadora del conflicto árabe-israelí, desde el punto de vista diplomático-militar. Las persecuciones, confiscaciones, encarcelamientos y fusilamientos al inicio del régimen de Castro hizo que la población judía emigrara y descendiera más del 80% en menos de tres años, de 20 mil personas solo quedaron en la isla 2586 judíos. Además envió alrededor de 300 tanques de guerra a Siria para pelear contra Israel en 1973. En el plano diplomático desplegaron su antisemitismo en los organismos internacionales, realizaron cabildeos para sancionar a Israel en la Primera y Segunda Conferencia sobre el Racismo en Durban, Sudáfrica, 2001 y Ginebra, Suiza, 2009. Asimismo, en días recientes promovió una declaración oficial que reconoce el Estado de Palestina con capital en Jerusalén, que destruye el esfuerzo y sacrificio realizado por el gobierno israelí para lograr la paz y el reconocimiento del país palestino.
El nuevo Consejo de Seguridad de Naciones Unidas fue integrado por países con actitudes antisraelíes, lo que propicia para el próximo año injustos y duros combates diplomáticos contra Israel.
Europa tiene la autoridad moral para frenar esa mala posición y no seguir las políticas perturbadoras de Rusia, Cuba y otras naciones. Los pueblos británicos, suecos y españoles deben asegurarse del levantamiento de un muro de dignidad para la contención de las políticas subrepticias de odio que justifica la continuidad de la violencia al aprobar un Estado palestino sin acuerdo de paz con Israel.
Por otra parte, en políticas de pacificación del Oriente Medio, deberíamos imitar el paradigma estratégico del primer ministro canadiense Stephen Harper, para que la armonía reine por siempre en esta región.
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