domingo, 16 de noviembre de 2014

China construye su propio modelo de democracia

China construye su propio modelo de democracia

La nación comunista no aspira a adoptar principios políticos libres de Occidente

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Manifestantes pro democracia influyen en las reformas de Pekín AFP
FRANK LÓPEZ BALLESTEROS |  EL UNIVERSAL
domingo 16 de noviembre de 2014  12:00 AM
La dirigencia política de China viene construyendo y adaptando su propio modelo de democracia, entendiendo esto como un mayor respeto a las leyes, la lucha contra la corrupción o una justa distribución de la riqueza, todo lo que no represente una pérdida de poder del Partido Comunista (PCCh). 

"Armonía" es desde hace tiempo la expresión más repetida en los discursos de los políticos de la nación asiática, que la entienden como un equilibrio entre la economía capitalista y el dominio del PCCh. Lo adverso a dichos principios es entendido como una amenaza que están dispuestos a encarar.

La reciente "revolución de los paraguas" en Hong Kong, como se bautizó al movimiento prodemocrático de esta región autónoma de China, envió un fuerte mensaje a Pekín que teme una implosión al interior del sistema. 

China es una sociedad de 1.357 millones de habitantes donde la tradición histórica de democracia es casi inexistente, por lo que un grueso de su población no entiende sus bondades y se muestra incluso satisfecha del modelo imperante.

Un 16% de los chinos consideraba en 2013 su sistema político como muy o bastante dictatorial, mientras que 83,8% lo percibía como bastante o muy democrático, según un estudio del Asian Barometer, la mayor investigación de opinión de treces naciones del este de Asia.

Desde su llegada al poder en 2012, el presidente chino Xi Jinping, adelanta un conjunto de reformas sociales y políticas ante las críticas del ciudadano común hastiado de injusticias, desigualdades y la rampante corrupción. Enfrentar estos males es para un grueso de los chinos "democracia".

Xi quiere reformas, pero sin que esto traicione los cuatro principios fundamentales del sistema: dictadura del proletariado, el papel dominante del PCCh, perseverancia en la vía del socialismo y vigencia del pensamiento de Mao Zedong.

"La sociedad china, en su mayoría, no quiere la democracia como la entendemos en Occidente, es decir, no quiere la democracia con los parámetros liberales, la gente lo que quiere son reformas del sistema", advertía Marc Selgas Cors, doctor en Estudios Interculturales, y prominente experto en Asia.

En parte de esto coincide Enrique Fanjul, presidente del Comité Empresarial Hispano China, para quien la nación asiática tarde o temprano será un Estado democrático, pero tardará mucho tiempo en consolidar estos principios. 

"La democracia no es incompatible con la cultura china... pero esa evolución no será rápida sino gradual, como gradual ha sido la reforma económica. El PCCh seguirá desempeñando un papel central", anotaba Fanjul en un ensayo.

"Cuando se habla de democracia, reformas democráticas, no se está hablando de multipartidismo, elecciones libres, alternancia. En China más bien se trata de profundizar en la extensión y el respeto a las leyes, de evitar los abusos, las arbitrariedades, la corrupción", explicaba en su ensayo Fanjul.

Otra de las cosas que hace difícil una transición a otro régimen político en China es el hecho de que no exista una alternativa al Partido Comunista con influencia, simplemente porque el PCCh se ha encargado de que sea así. 

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