La huelga de hambre, arma política contra la dictadura
El castrocomunismo promueve injusticias en Cuba y Venezuela. Ciudadanos de esos países han recurrido a la huelga de hambre para reclamar sus derechos y protestar por sus arbitrarios encarcelamientos. Decenas de ellos perdieron sus vidas. El caso más conocido en Cuba es el mártir Orlando Zapata Tamayo. También en el 2010 falleció el venezolano Franklin Brito. Hoy continúan en ese tipo de protesta cívica Leopoldo López y varios opositores
OPOSITOR CUBANO | 01 de Junio de 2015
En la historia de la humanidad, las acciones a través del concepto de “libertad o muerte” ante las injusticias ha sido un acto magnánimo de virtuosismo y heroísmo de muchas personas en el mundo.
Esa categoría de apego a la justicia que Henry Patrick supo popularizar en 1775, ante los preparativos de la Revolución Americana en su célebre frase, “Dadme la libertad o dadme la muerte”; y que muchos patriotas de diversas naciones la ponen en práctica en los días corrientes.
De la misma manera, otro de las célebres personalidades estadounidenses, Martin Luther King, comprometido con lo mejor de género humano manifestó, “Sostengo que quien infringe una ley porque su conciencia la considera injusta, y acepta voluntariamente una pena de prisión, a fin de que se levante la conciencia social contra esa injusticia, hace gala, en realidad, de un respeto superior por el derecho”.
La combinación de esos conceptos hace renacer el verdadero amor ágape. Donde los luchadores por la justicia y la libertad prefieren poner en prácticas métodos de resistencia activa no violenta para conquistar sus objetivos cívico-políticos y resaltar lo mejor de las personas en la construcción social, su humanidad; que hace poner fin al ciclo interminable de violencia extrema: matazón y brutalidad en la sociedad.
Los métodos más sublimes para reclamar sus demandas humanitarias y/o patrióticas, de los 198 expuesto en los análisis de Gene Sharp, son la búsqueda voluntaria del encarcelamiento y la huelga de hambre. En realidad, ambos métodos generan sostenida y creciente solidaridad nacional y mundial, que es una de las claves del éxito de las disciplinas no violentas.
La búsqueda del encarcelamiento fue expuesto concretamente en párrafos anteriores en el análisis de King; por lo que revisaremos de forma sencilla y con el rigor científico el método de la inanición voluntaria en reivindicación de justicia o huelga de hambre.
La huelga de hambre es una abstención voluntaria de ingerir alimentos en busca de derechos o condenar las injusticias. Esta puede ser total, cuando el individuo se abstiene de ingerir alimentos y agua; o absoluta cuando no deglute alimentos pero sí el elemento hídrico.
Del mismo modo, la inanición de protesta puede ser de forma parcial, para conservarse mejor saludables los activistas en la lucha contra las férreas tiranías que desprecian el sagrado valor humano de la vida. En este caso se suspenden una o dos comidas al día o las personas no incorporan alimentos sólidos sino en presentaciones líquidas.
El cuerpo humano es una maquina perfecta para resistir los contratiempo de la vida. Está constituido por el 55-60% de carbohidratos, 15-25% de grasas, de proteínas 5-15% y de agua 60%. O sea, un hombre de 70 kg y una estatura 170 cm, la proposición aproximada es de la siguiente forma: 15 kg de grasa, 6 de proteína y 0.4 de carbohidrato. La mujer tiene un porciento más elevado de grasa y menor de proteína que el hombre.
La inanición pasa por tres etapas. En la primera se consumen los carbohidratos, después las grasas y por último las proteínas. El objetivo es formar glucosa, sustrato principal del metabolismo energético humano, y mantener el funcionamiento del cerebro y demás órganos vitales, a partir del glucógeno almacenado en hígado y aminoácidos de los músculos durante la abstención de alimentos. El catabolismo de las grasas (lipolisis) en el hígado forma cuerpos cetónicos que se metabolizarán en el musculo para aportar energía al cerebro.
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La prolongación de la abstinencia alimentaria por 30 a 40 días produce una pérdida de 25% del peso inicial de la persona y de continuar más días la perdida corporal sería de un 50%. Proseguir la inanición, se consumiría el cuerpo que la persona se volvería caquéctico. Sin dudas, menos de 60% del peso ideal es incompatible con la supervivencia, efecto fatal desencadenado entre los 60 y 90 días.
El castrocomunismo promueve injusticias en Cuba y Venezuela. Ciudadanos de esos países han recurrido a la huelga de hambre para reclamar sus derechos y protestar por sus arbitrarios encarcelamientos. Decenas de ellos perdieron sus vidas. El caso más conocido en Cuba es el mártir Orlando Zapata Tamayo. También en el 2010 falleció el venezolano Franklin Brito. Hoy continúan en ese tipo de protesta cívica Leopoldo López y varios opositores.
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En Cuba, el activista Yuset Pérez Moreira está protestando por su falsa condena y por el cumplimiento de los derechos humanos por parte del régimen castrista. Él está en sus 43 días de huelga de hambre.
Estos son los hombres de que nos habló Jesús Nazareno, los que saben dar sus vidas por los amigos, los que viven el sacrificio diario de entregarse a la muerte como finalización de las injusticias y resarcir al amor. Los invitos a la solidaridad con estos hombres que brindan lo mejor de sí por una patria honorable y libre.
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